El Universal

Mujeres: cambio radical en las relaciones sociales

- Por CARLOS HEREDIA ZUBIETA Profesor asociado en el CIDE @Carlos_Tampico

Respaldo y hago mío entusiasta­mente el llamado multitudin­ario de las mujeres mexicanas al Paro Nacional del 9 de marzo.

Nuestro país necesita un cambio radical en las relaciones sociales.

La tradición, la educación convencion­al, los usos y costumbres nos han llevado a ver como algo natural y normal que la mujer ocupe roles subordinad­os, y que sólo excepciona­lmente tenga acceso a cargos de dirección. Ello ocurre en todas las clases sociales y en muy distintos ambientes socioeconó­micos.

Mi esposa ha impartido talleres a mujeres campesinas e indígenas durante años. En esos talleres una de las dinámicas de grupo consiste en que las participan­tes formen un círculo, y una por una den un paso al frente y digan tres frases:

1. Soy mujer;

2. Soy bella; y

3. Merezco respeto.

Lo que ocurre habitualme­nte es que difícilmen­te pasan de la primera frase. Argumentan que no puedendeci­r‘soybella’porquenose­ven así, y que menos aún pueden pronunciar ‘merezco respeto’ porque nadie las ha respetado nunca, y no las vaya a escuchar su marido…

Al día siguiente de iniciado el taller, algunas pueden balbucear las dos últimas frases. Supongo que por su cabeza pasan muchos pensamient­os contrastan­tes y por su corazón atraviesan una multitud de sentimient­os encontrado­s.

En el otro extremo de la escala social, tras las elecciones presidenci­ales de 2018, uno de los más grandes empresario­s de México me preguntó qué pensaba yo que él debía hacer en la nueva situación política. Le contesté con otra pregunta: ¿cuántas mujeres hay en tu consejo directivo que no sean de la familia? y me dejó entrever que ninguna. ¿Cuántas en la operación cotidiana en niveles de dirección? —ninguna. Le comenté que la mayor transforma­ción política que podía emprender era precisamen­te empoderar a las mujeres en su equipo de trabajo.

Como lo señala Marina Castañeda en la nueva edición de El machismo invisible (Penguin Random House, México, 2019): ‘es cierto que cada vez se tolera menos la violencia contra las mujeres, la notoria desigualda­d en sueldos y oportunida­des, y la escasa representa­ción de las mujeres en diversos ámbitos… se ha dado una voz a las víctimas de acoso sexual, largamente silenciada­s, y se ha conseguido atraer la luz pública sobre una forma de dominación masculina que hasta hace poco se sufría en silencio’

Continúa MC: ‘Sin embargo, las normas y los juegos de poder del machismo invisible siguen vigentes en la experienci­a diaria de todos. Permean la relación entre hombres y mujeres en la comunicaci­ón, la vida emocional y sexual, la doble moral, las actitudes y los pequeños gestos, así como en la autoimagen y los roles de género de todos.’

Debemos movernos hacia pago igual por trabajo igual. Necesitamo­s programas de apoyo a las mujeres para compatibil­izar la vida laboral con la vida familiar. Que cese la discrimina­ción contra mujeres embarazada­s en los centros de trabajo. La falta de guarderías afecta de manera desigual a las mujeres porque ellas asumen la carga de los cuidados de manera exclusiva.

Las familias requieren igualdad en el reparto de las tareas domésticas y en la responsabi­lidad en el cuidado de los hijos e hijas, adultos mayores, enfermos y personas con discapacid­ad.

La barrera más alta para el desarrollo global no es el hambre, ni la enfermedad. Es la discrimina­ción y la violencia de género. No podemos seguir consideran­do los feminicidi­os y la violencia de género como algo ‘normal’ o ‘natural’.

Concluyo donde empecé: necesitamo­s una transforma­ción de raíz en las relaciones sociales, para dejar de ver a las mujeres como subordinad­as. Trabajemos para hacer valer los derechos más básicos de las mujeres y de las niñas, empezando por nuestro propio entorno.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico