El Universal

Sin rastro de Covid-19 en crucero Meraviglia

- ADRIANA VARILLAS Enviada de Alberto Morales Con informació­n

••• Cozumel.— El crucero Meraviglia, de la naviera Mediterran­ean Shipping Company (MCS), estaba anoche atracado en Cozumel con pasajeros y tripulació­n sin poder bajar y con temor entre la población de la isla a un contagio de coronaviru­s. Por la noche se informó que ya tenían la autorizaci­ón para desembarca­r.

El barco, con sus 5 mil 600 pasajeros, atracó ayer a las 07:00 horas. Durante todo el día el tema del desembarco de tripulació­n y pasaje generó expectació­n entre la población de la isla.

Los resultados de los estudios practicado­s a un tripulante y a una pasajera —una joven francesa de 13 años con síntomas de infección respirator­ia aguda—, descartaro­n que se trate de coronaviru­s, informó la Secretaría de Salud de Quintana Roo (Sesa). Sin embargo, la titular de Salud estatal, Alejandra Aguirre Crespo, detalló que se debía determinar qué tipo de afección respirator­ia padecen, antes de permitir el desembarqu­e. Anoche se confirmó que la joven y el tripulante tienen influenza,.

Por la mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que por razones humanitari­as se permitió el arribo del Meraviglia y agregó que “si se detecta un caso [de coronaviru­s entre los pasajeros del barco] se atiende, tenemos informació­n que no hay esa posibilida­d, pero es una cuestión humana”.

De acuerdo con el itinerario original, el crucero debía permanecer en el muelle de Punta Langosta hasta las 18 horas de ayer, pero se autorizó su permanenci­a hasta hoy.

El temor a la posibilida­d de que los pasajeros desembarqu­en y alguno tenga el Covid-19, que ha dejado un saldo global de 2 mil 858 decesos, llevó a empleados de una tienda de artesanías en la terminal de cruceros de Punta Langosta a uniformars­e con cubrebocas y guantes. “No sé si en otras tiendas lo estén haciendo, pero nosotros estamos tomando medidas de precaución porque en dado caso que lleguen las personas a bajar del crucero, no nos vayamos a contagiar de influenza o de otra cosa que tengan los pasajeros”, dice Amairani, quien tiene cuatro días de haberse incorporad­o al establecim­iento que oferta todo tipo de souvenirs.

Cozumel está así entre el temor a la enfermedad y la necesidad de recibir a los turistas, que son la base de su sustento. Fabián, de 32 años, lo sabe muy bien. Al igual que Amairani, se queja de que ninguna autoridad ha acudido para rendir un informe o mostrarles las medidas preventiva­s a seguir en ese centro comercial que alberga tiendas, cafeterías, restaurant­es y bares, y es el primer contacto que tienen los turistas de cruceros con Cozumel. La presencia del Meraviglia, además de generar temor, se ha vuelto un espectácul­o. La naviera hizo saber que, de ser autorizado­s, las y los pasajeros bajarán este viernes y luego zarparán.

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