“No nos dicen nada”, declaran los mexicanos en el barco
••• Nueve mexicanos viajan en el MSC Meraviglia, el crucero que llegó a la isla mexicana de Cozumel, y del que no pueden desembarcar en tanto no estén listos los resultados médicos realizados a un tripulante filipino y una pasajera de 13 años a fin de confirmar el tipo de infección respiratoria que padecen.
Dos de los mexicanos, Regina Videgaray y Eder Ortiz, coincidieron en entrevistas con EL UNIVERSAL en el grave problema que ha sido la falta de información de parte de las autoridades mexicanas sobre lo que está ocurriendo.
La incertidumbre ha generado nerviosismo entre algunos pasajeros, reunidos en el lobby del crucero. “No nos dicen nada”, contó Regina, quien viaja acompañada de tres familiares. Ellos han pedido a las autoridades mexicanas que les permitan viajar. “Ya queremos llegar a tierra”, y volver al hogar, en Guanajuato, explicó.
Una de las cosas que les dijeron es que “iban a hacer estudios de coronavirus de forma aleatoria entre los pasajeros”, aunque las autoridades de Sanidad sólo señalaron que aplicarían estudios al tripulante y la pasajera enfermos.
Por las noticias, Regina se enteró de la gente que protestaba en Cozumel, exigiendo que el barco no atracara, por temor al Covid-19. Pero su familia está tranquila. “Estamos calmados, esperando realmente que todo esté bien, que aquí todos en el barco están calmados, simplemente con la incertidumbre de saber si nos dejan o no nos dejan” desembarcar.
Eder, originario de Zapopan, Jalisco, y quien viaja acompañado de su esposa, tuiteó. “Esto se va a descontrolar. Urge una respuesta de mi país”. Luego, en entrevista con A este diario, explicó que la ruta del crucero era “Miami, Jamaica, Islas Caimán, Cozumel, islas MSC y luego Miami”. Dijo que la compañía dueña del barco, la ítalo-suiza MSC Cruceros, reembolsará a los pasajeros “100% del dinero”, al no haber podido hacer las excursiones programadas. Lo que le molesta es la actitud del gobierno mexicano. “[Llevamos] tres días a la deriva en altamar, debido a que mi propio país negara el desembarco. [Es] un acto inhumano, discriminatorio... Como ciudadano mexicano exijo que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto”.