El Barcelona, con el toque de Messi, sí liquida su serie
Un gran gol de Leo ayudó para obtener su boleto a los cuartos de final; el Nápoli se queda en el camino
Barcelona.— De la mano de Lionel Messi, el Barcelona derrotó 3-1 al Nápoli (global 4-2), para subirse al tren rumbo a los cuartos de final de la Champions League, ronda en la que se medirán al Bayern de Munich.
Tenía que ser la noche de Messi, la reivindicación para asestar un golpe o morir, justo cuando el rival de blanco —el Real Madrid—, quedó eliminado.
El Nápoli dominó la situación en los primeros 10 minutos. La posesión de los de Gennaro Gattuso llegó al 20-80, lo nunca visto ni en el Camp Nou. Pero ese Barça de las dudas supo gestionar. En el primer remate sobre la meta de Ospina, a la salida en un saque de esquina, Lenglet se deshizo de Demme y marcó el 1-0, mas la jugada causó polémica por un empujón del blaugrana.
En el segundo remate a puerta llegó el 2-0. Messi (23’), en una acción en la que a trompicones se llevó el balón y a cuatro rivales y remató cayendo a la red.
Siete minutos después, los de Setién podían haber certificado el pase a Lisboa, pero el VAR anuló el tanto de Messi, por una rigurosa mano. Sin embargo, el videoarbitraje volvió a intervenir en una acción de Koulibaly sobre el astro argentino, quien se adelantó al zaguero, que golpeó el tobillo del ‘delantero 10’; Luis Suárez hizo efectivo el penalti.
Aquí no acabó la historia del primer tiempo. Otro penalti, esta vez de Rakitic sobre Mertens; Insigne (45’+4) atinó, para el 3-1.
En la segunda mitad, el Barça jugó a que no pasara nada y logró el objetivo.
A 20 minutos para el final, Gattuso miró a su banca y decidió jugársela. Puso a Politano y al mexicano Hirving Lozano. Más pólvora para forzar al menos un gol. Milik lo consiguió, en el minuto 80, pero en fuera de juego; en el único de los pocos momentos en los que los italianos se acercaron a la meta de Ter Stegen. Al final debutó el canterano Monchu y el Barça manejó el balón, tocó y tocó hasta extinguir el tiempo.
Messi, disminuido por el esfuerzo y dolorido por el golpe del primer tiempo, fue el reflejo del sufrimiento azulgrana, que logró su pase a la fase final de Lisboa, el próximo 14.