El Universal

Una decisión equivocada

- ADRIANA MALVIDO CAMBIO Y FUERA adriana.neneka@gmail.com

La pequeña por fin conoció a su tía al verla descender del avión. Anita, la hermana de su madre, de quien tanto había oído hablar, regresaba al país enferma, débil, en los huesos, con el pelo muy corto. Cuando la mujer vio a la niña, un vínculo indisolubl­e se creó entre las dos, y se apresuró a abrazarla sin saber que lo hacía para siempre. Porque su sobrina, entonces de siete años, se convertirí­a en periodista y escritora. Y un día contaría su historia, la de una mexicana que sobrevivió a Siberia y a los campos de concentrac­ión soviéticos en la Alemania de la posguerra. Durante 12 años la habían dado por muerta.

Aquella niña era Verónica Ortíz Lawrenz. Ha publicado por lo menos cinco obras literarias más, pero Una decisión equivocada (Lectorum, 2020) es, sin duda, la más importante. No sólo porque narra una historia silenciada, la de la incursión soviética en Alemania luego de la derrota del nazismo, para hacer suyos los campos de concentrac­ión, la crueldad y la venganza, sino porque su lazo familiar con la protagonis­ta, Anita Lawrenz Tirado, le dio acceso a fuentes de primera mano. Así, le revela al lector la capacidad de superviven­cia de una joven sometida, junto con miles más, a atrocidade­s inimaginab­les. Se sabe por múltiples libros y películas detalles sobre los campos de Hitler pero poco sobre la dimensión de la barbarie estalinist­a contra alemanes y extranjero­s inocentes al terminar la guerra. Y menos aún, acerca de la historia de una niña sonorense de 12 años que, por decisión de su padre, viajó sola a Alemania junto a sus hermanitas —Martha, de 10 años, futura madre de Verónica, e Irene de ocho— y cómo sobrevivió a un infierno.

Se sabe por libros y películas detalles sobre los campos de Hitler pero poco sobre la dimensión de la barbarie estalinist­a contra alemanes y extranjero­s inocentes

“Somos muchos los hijos de los sobrevivie­ntes de la guerra. Una decisión equivocada puede marcar generacion­es. Yo también vengo de ahí”, me dice Verónica.

Cierro el libro conmociona­da. Y recuerdo La bailarina de Auschwitz, de Edith Eger, y el prólogo de Suite francesa, que cuenta la vida de su autora Irene Nemirovsky. Las dos mujeres, víctimas del nazismo, del odio y la xenofobia. Pero también del machismo. La primera, húngara, sobrevivió para contar su paso por los campos de concentrac­ión, pero también para documentar su resilienci­a. La segunda, rusa judía, murió asesinada, pero su hija rescató el manuscrito de su novela póstuma. Como ellas, Verónica da luz a la memoria. Asume el compromiso de contar una historia familiar y al escribirla trasciende el valor literario de su obra y dignifica la vida de miles a quienes arrebataro­n la voz. Esas voces, hoy, cobran vigencia. Porque son testimonio­s de alerta contra el racismo, el resentimie­nto, el odio… es decir, contra el fascismo que sigue vivo y amenazante en la mente de tiranos con poder y sus fanáticos.

Verónica se entregó 11 años a investigac­ión y la escritura de este libro. Entrevistó a su tía Anita y se lanzó a Alemania, recorrió campos de concentrac­ión, cárceles y bosques siguiendo sus huellas. Enfrentó el silencio, la culpa y la vergüenza de algunos y logró atravesar ese otro muro que se alzó luego de que cayera el Muro de Berlín. El que levantó Rusia al borrar toda la evidencia del sadismo estalinist­a después de la guerra.

Parece que Verónica Ortíz, la reconocida conductora, la pionera de educación sexual en los medios, la periodista y novelista… llegó a la vida para escribir esta historia. Y publicarla en este momento.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico