Mónica Vergara, merecido nombramiento
Hacía falta darle una buena sacudida a las Selecciones femeniles. Estancados estaban la organización, trabajo y resultados bajo el mando de Christopher Cuéllar. Heredó el puesto de su padre, Leonardo, en la Selección Mayor y no pudo entregar buenas cuentas. Dirigió a la Preolímpica y no logró clasificar a Tokio.
Los Cuéllar tuvieron un largo reinado. Para muchas jugadoras, será un respiro, porque les regresa la esperanza de estar en la Selección; para otras, llegará la incertidumbre al quedar fuera su protector. El asunto es que ya se habían tardado en darle un giro a los representativos.
Llega Mónica Vergara como nueva entrenadora de la Selección Mayor. Justo y merecido nombramiento a una mujer que ha trabajado muy duro. A sus 37 años de edad, está en el mejor momento para tomar la responsabilidad. Como jugadora, participó en el Mundial del 99, en EEUU; en la Copa del Mundo Sub-20 de Canadá, en 2002; en los Olímpicos de Atenas 2004 y en las Copas Oro 2002 y 2006.
El proceso de Mónica es el adecuado, está preparada para este gran reto. Admira y ha compartido ideas con Jill Ellis, la entrenadora campeona del mundo con Estados Unidos. Mucho le habrá aprendido, y eso se verá en la cancha. Vergara tiene todo para trascender. Ya dio un primer aviso cuando ganó el subcampeonato mundial Sub-17 en Uruguay, hace tres años.
Comienza una nueva etapa en las Selecciones femeniles. Estoy seguro de que les irá muy bien. Lo más importante es el apoyo que se les brinde. Besos y abrazos para todos.