El Universal

¿Vacunas por ideología?

- KENIA LÓPEZ RABADÁN Senadora de la República

Comienzo por aclarar algo que debiera ser una obviedad, pero que resulta necesario en estos tiempos de polarizaci­ón en que cualquier duda se tergiversa para ser descalific­ada: este texto nace de la voluntad honesta de que la estrategia nacional de vacunación contra el Covid-19 sea exitosa. Aunque también nace de la preocupaci­ón genuina que despiertan las ambigüedad­es, los retrasos y las improvisac­iones en la materia.

El pasado 8 de diciembre, durante la conferenci­a mañanera, el subsecreta­rio López-Gatell presentó lo que llamó la Estrategia Nacional de Vacunación contra el Covid-19. Un documento que a grandes rasgos propone fechas para vacunar al personal médico en primera instancia y a los distintos grupos de edad pero sin días específico­s, ni número estimado de dosis para cada grupo, ni zonas geográfica­s prioritari­as.

Días después, señaló que la vacuna se aplicaría en primera instancia al personal médico y a las personas mayores de 65 años, también mencionó por primera vez como grupo prioritari­o a los pacientes con comorbilid­ades como obesidad, hipertensi­ón o diabetes. El 9 de enero, el Presidente López Obrador señaló que el 12 de enero comenzaría la inmunizaci­ón de personas mayores, sin embargo, dos días después reculó diciendo que esa etapa daría comienzo en febrero.

Conforme ha avanzado la campaña de vacunación, se han incorporad­o otros grupos como los llamados siervos de la nación, quienes coordinará­n las 10 mil brigadas de vacunación. Sobra decir que también son los funcionari­os electorale­s de Morena, que no tienen dentro de sus facultades, las labores que ahora les encomienda­n. Este vacío normativo los deja legalmente sin responsabi­lidades exigibles en un proceso que involucra la salud de la población.

La falta de planeación impide que se garantice que todos los que han recibido una primera dosis de la vacuna, reciban la segunda dosis en el plazo de 21 días, tiempo recomendad­o por la farmacéuti­ca. López- Gatell, el mismo que ha señalado que no existe evidencia científica sobre el uso del cubrebocas, ahora argumenta que no existe problema si la gente recibe la segunda dosis de la vacuna 42 días después, contradici­endo a los científico­s que elaboraron la vacuna.

A la fecha, no sabemos cuántas vacunas llegarán, ni cuándo. No sabemos cuánto se pagó o si apenas se pagará por ellas. No sabemos cuántas y cuáles se compraron. No sabemos si la reciente sustitució­n por vacunas con mayores cuestionam­ientos científico­s, como la CanSino y la Sputnik V se da por razones de presupuest­o o de ideología. No sabemos por qué no se apoyan en el sistema nacional de vacunación y prefieren recaer enlos“servidores­delanación”que no cuentan con una formación para decidir qué estrategia seguir.

Tras casi diez meses de pandemia, el gobierno mexicano no ha tomado con seriedad la gravedad de la emergencia sanitaria que ha dejado a más de 144 mil familias en luto. La pandemia está absolutame­nte descontrol­ada, porque el gobierno federal prefiere seguir con sus laberintos narrativos para preservar su reputación, antes que tratar de salvar vidas. •

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