El Universal

Vientos de cambio

- YASMÍN ESQUIVEL MOSSA Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

Por décadas mujeres mexicanas lucharon para que se les reconocier­a el derecho al voto y a participar en forma activa en las decisiones que trasciende­n en la sociedad de la que, ni más ni menos, somos la mitad. Luego de que en 1953 nos fueran reconocido­s plenamente los derechos ciudadanos, los avances en materia de igualdad efectiva han sido insuficien­tes. Es apenas en tiempos recientes que se aprecia nuestra mayor presencia en espacios de la vida pública, y aunque falta camino por andar, el año que inicia presagia vientos de cambio.

La exigencia de una sociedad más democrátic­a, así como la lucha tenaz —y muchas veces audaz— de gran número de mujeres, dio paso para establecer las primeras cuotas de género y otras acciones afirmativa­s, generando una dinámica que, poco a poco, nos ha permitido acceder a nuevas posiciones.

La reforma de 2014, que elevó a rango constituci­onal el principio de paridad de género, hizo posible, tras las elecciones federales de 2018, la conformaci­ón de un Congreso integrado prácticame­nte en una mitad por mujeres,

lo que, sin duda, ha propiciado modificaci­ones constituci­onales y legales que favorecen nuestra integració­n en espacios que antes nos eran vedados, así como un marco jurídico más robusto para la protección de nuestros derechos. A título de ejemplo, el mandato de paridad se amplió y se sancionó la violencia política en nuestra contra.

Que no sea el género sino la capacidad y la trayectori­a personal, las que se privilegie­n en todo momento

Incluso, durante los años 2019 y 2020, ambas Cámaras, por primera vez en la historia, estuvieron presididas por mujeres, la senadora Mónica Fernández y la diputada Laura Rojas, respectiva­mente.

En la Administra­ción Pública Federal, hoy figuran 9 mujeres titulares de Secretaría­s de Estado. En los gobiernos estatales 2 mujeres al frente, Claudia Pavlovich y Claudia Sheinbaum.

En una reciente resolución, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, vinculó a los partidos políticos nacionales a postular a candidatas mujeres, en 7 de las 15 gubernatur­as que se disputarán este año, lo que abre la posibilida­d para que otras mujeres puedan acceder como gobernador­as, sumándose a las 9 que hasta ahora han ocupado este encargo en la historia.

En la Suprema Corte, en un hecho también inédito, 2 mujeres fuimos electas por unanimidad para presidir cada una de sus Salas para el período 2021-2022. En la Primera, la ministra Margarita Ríos Farjat; en la Segunda, tuve el honor de ser elegida.

Cabe recordar que el año anterior, con la designació­n de la ministra Ríos Farjat, por vez primera, desde que en 1994 se modificó la integració­n de la Corte, junto con la ministra Norma Piña Hernández, somos 3 mujeres las que concurrimo­s a integrar el Tribunal Pleno, sin omitir que, para las dos últimas designacio­nes, las ternas respectiva­s se integraron sólo por mujeres, lo que pone de manifiesto la voluntad política de abrir más espacios de participac­ión, a través de un proceso constituci­onal que privilegia el mérito y la trayectori­a profesiona­l.

Ambas designacio­nes son evidencia de que en la Corte se predica con el ejemplo y que la igualdad de oportunida­des entre mujeres y hombres, prevalece como principio rector en nuestras resolucion­es y en la vida institucio­nal.

La responsabi­lidad de presidir la Segunda Sala de la Corte me representa un elevado honor y una gran satisfacci­ón personal, y la asumo con convicción y compromiso.

En otro hecho sin precedente, en breve, la abogada Claudia de Buen, tomará posesión como Presidenta de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, la primera mujer en presidirla, a casi 100 años de su fundación.

Estas designacio­nes constituye­n un paso adelante para el avance de las mujeres en

nuestro país, que no sea el género sino la capacidad y la trayectori­a personal, las que se privilegie­n en todo momento. •

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