La estúpida polarización en el tema de Rayados de Monterrey
En lugar de la estúpida polarización llena de ignorancia entre periodistas y comunicadores sobre el tema de Rayados de Monterrey, hay que detenernos en lo que importa. El coronavirus vuelve a amenazar al deporte y, claro, al negocio que de éste se desprende.
No es alarmar por alarmar, pero sí para tomar en consideración, ya que vuelve a estar en peligro el trabajo de miles de personas alrededor del mundo. Insisto, no es cuestión de buscar culpables, sino de detectar cuáles fueron las fallas y qué se debe hacer para evitar suspensiones, cancelaciones, sanciones y pérdidas, muchas pérdidas.
En estos momentos, los Juegos Olímpicos Tokio 2020 están en un alto riesgo de ser cancelados, según lo reportado por el periódico británico The Times, en el que se añade que los organizadores buscarían una nueva negociación para que el Comité Olímpico Internacional le otorgue otra fecha. París será la sede en 2024 y Los Ángeles en 2028, así que está decisión haría que tuvieran que esperar a 2032 o 2036, decisión que se tomará en 2025.
Anunciar que no se realizará esta justa sería devastador en muchos sentidos. En lo deportivo, marcaría la pérdida de la competencia para generaciones enteras de atletas o el adiós, gris y triste, de algunos veteranos; en lo económico, será un desastre por donde se le vea, y tanto el Comité Olímpico Internacional como el Comité Organizador tardarán en reponerse de un golpe como ese.
A ello hay que sumar la antipatía que han generado entre los japoneses por dos cosas: la primera es tratar de privilegiar a los deportistas con las vacunas, y la segunda, querer mantener todo como está en el calendario, cuando a partir de los nuevos brotes, el 80 % de la población nipona encuestada ha pedido que no se lleven a cabo. La mayoría de la gente ve como una irresponsabilidad seguir adelante. Hacerlos sin público sería catastrófico también, así que podrían sumarse a la cancelación de los Juegos de 1916, 1940 y 1944, cuando por las Guerras Mundiales no se realizaron.
Y hablando de irresponsabilidades que pueden traer grandes consecuencias, la Liga MX ha reforzado los protocolos después del relajamiento que generó un brote en Monterrey y que pegó en América. No son los únicos equipos que han tenido positivos en este 2021, pero es el ejemplo de lo que puede suceder si no se siguen las reglas. Porque no solamente es la realización de las pruebas de Covid-19, es el hecho de festejar los goles entre abrazos, dar autógrafos al salir del hotel de concentración, escupir en la cancha o utilizar el mismo cilindro para beber agua. Son cosas tan básicas, pero tan importantes, que a la Liga, equipos y jugadores se les hicieron cotidianas y siguen siendo un factor de riesgo.
Mucho peor en la Liga de Beisbol del Pacífico, en la que manejan las pruebas como se les pega la gana y un pitcher puede lanzar infectado y después aparecer como si nada, o el manager de uno de sus principales equipos, como Tomateros, ir por café mientras da una conferencia y cuando se supone que debería estar en cuarentena. En fin, irresponsabilidades por donde se le vea, irresponsabilidades que al final cuestan demasiado.