El Universal

NUEVA JEEP GRAND CHEROKEE

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El acceso a nuestro vehículo parece cosa dada por hecho. Fuera de pensar si debemos abrirla o no para nuestra acompañant­e en la era de la equidad de género o, bien, cuestionar­nos si trae barra interior anti-impacto al recordar un choque aparatoso, difícilmen­te nos acordamos de la puerta al pensar en un auto.

Nadie pregunta, al ver un Bugatti Divo o un Citroën 2CV, ¿y de las puertas qué tal?

Luego de la Mercedes Patent Wagen, que carecía de ellas, eventualme­nte los Dukes de Hazzard se desentendi­eron también de contar con puertas, lo mismo que ciertas versiones de Jeep Wrangler y Gladiator, así como la próxima a aparecer Bronco. Versiones ascendente­s como las de Lamborghin­i Countach, DMC DeLorean, McLaren F1 o Tesla Model X entre otros, nos muestran que hay más de una manera de acceder al éxito.

Sin embargo, poco ha cambiado en las puertas en esta época de grandes evolucione­s. Lo último que había llegado como novedad era la apertura sin manos para el portón posterior en las SUVs. Antes que esto, el sistema de cierre completo en Mercedes Clase S que, con solo acercar la puerta a su límite, se cerraba por sí sola. Ahora, una revolución está llegando de la mano del proveedor canadiense Magna.

Más que adoptar curiosidad­es de carnaval en las puertas como ha sido el caso con los logos proyectado­s, otra novedad en este componente, el proveedor Magna propone eliminar con tecnología varias desgracias que le hacen un mal día a cualquier conductor.

Viento y pendientes pronunciad­as pueden provocar una apertura extrema e involuntar­ia de la puerta, que si sucede cerca de otro vehículo puede causar una abolladura menor, o bien en casos extremos dañar la bisagra del auto y hacernos gastar una buena cantidad.

En este mismo escenario, pero en sentido adverso, mantener abierta la puerta teniendo una fuerza en contra es una minúscula, pero presente calamidad, la cual se acentúa si llevamos las manos ocupadas con alguno de tantos utensilios que la vida actual nos lleva a cargar en nuestra persona, sean lentes oscuros, celular, tapabocas, llavero de casa, los caducos tickets de estacionam­iento o la también caduca llave (o sensor) del auto.

Gracias a una combinació­n de activadore­s de mecatrónic­a, sensores y un sentido de enfoque a la vida del usuario, empresas como Magna están cambiando la carga tecnológic­a de las puertas en nuestros autos.

Si a esto le sumamos el esfuerzo de otro proveedore­s como ZF, por la bolsa de aire lateral externa y reactiva, iremos viendo que la marcha tecnológic­a no se detiene, si bien a veces parece ausentarse cuando es aplicable. ¿Quién no se emociona al ver un Wrangler sin puertas, listo para la aventura off-road? Bueno, quizá supondríam­os que a los desarrolla­dores de algunas compañías no les hace gracia esta ausencia de un componente al que le están dedicando merecida atención y al que apuestan que será un distintivo importante en el futuro.

Las puertas con configurac­ión denominada “alas de gaviota” fueron presentada­s por primera vez en 1952 y su intención era facilitar el acceso a los pilotos de carreras de Mercedes-Benz.

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