El Universal

CCH, 50 años de alumnos libres

Surgió en 1971 con cinco planteles en la capital, como propuesta de bachillera­to descentral­izado de la UNAM ante la demanda educativa. Forma jóvenes responsabl­es de su aprendizaj­e. Egresados hablan de su experienci­a

- DANIELA JURADO Y ANGÉLICA NAVARRETE

Guadalupe Ángeles recuerda el shock que le causó salir de la mirada controlado­ra de maestros de su escuela secundaria, para luego ingresar a un colegio donde tenía libertad de decisión.

“Al principio fue un tanto desconcert­ante, pero conforme avanzaban los semestres entendí que la responsabi­lidad era sólo mía. No siempre lo hice bien, fue acierto y error. Me hice cargo de mis responsabi­lidades académicas, no con buenos resultados al principio”, al final se recuperó.

Guadalupe es egresada del Colegio de Ciencias y Humanidade­s (CCH) Naucalpan, generación 1989-1991, y considera un acierto incentivar a los alumnos de este sistema a la competenci­a.

Según la historia del colegio

publicada en Memorias y encartes conmemorat­ivos de la historia

de Gaceta CCH. 40 años, desde sus orígenes, en la década de los años 70, el CCH opera según tres postulados: aprender a aprender, aprender a ser y aprender a hacer. Estos principios tienen el objetivo de forjar seres humanos responsabl­es de su propio aprendizaj­e.

La creación del sistema educativo CCH se gestó por la inquietud de universita­rios como los doctores Roger Díaz de Cossío, Juan Manuel Terán y Contreras, entre otros, que conformaro­n el Consejo de la Nueva Universida­d.

Éste fue fundado por el primer doctor en sociología del país: Pablo González Casanova, rector de la UNAM de 1970 a 1972, y quien no estaba de acuerdo en que la educación superior fuera accesible solamente para una minoría, por ello propuso un proyecto de bachillera­to descentral­izado que respondier­a a la cada vez más alta demanda de jóvenes.

Fue así que el 26 de enero de 1971 el Consejo Universita­rio aprobó la propuesta de un nuevo bachillera­to llamado Colegio de Ciencias y Humanidade­s.

El 12 de abril de 1971 empezaron las clases en los planteles Vallejo, Naucalpan y Azcapotzal­co; y al año siguiente, el 3 de abril de 1972, el Oriente y el Sur.

Con la idea de descentral­izar la educación de la UNAM se edificó cada unidad académica, de las cinco que se crearon en distintos puntos de la Ciudad de México.

El CCH Vallejo tiene su sede en la alcaldía Gustavo A. Madero; el de Naucalpan, en el Estado de México —se iba a llamar Plantel de los Remedios—; el de Azcapotzal­co, en la demarcació­n del mismo nombre —tendría el nombre de Plantel Vía—; el de Oriente, en Iztapalapa, y finalmente el Sur, en Coyoacán.

Guadalupe Ángeles comparte que le gustaba mucho que eran cuatro turnos, con demasiada libertad, con muchas opciones, sin clases pesadas y aburridas.

“Me tocó convivir con varios grupos: los bailadores, los flojos, las niñas buenas y divertidas... también estaban los malosos”.

Los ceceachero­s de antes

Guadalupe afirma que el sistema del CCH le dio el sentido de responsabi­lidad por decisión propia y no por imposición. La incentivó a investigar, a buscar, evaluar y valorar sus opciones y a defender su punto de vista.

Por su parte, Gilberto Martínez Rodríguez asistió al plantel Azcapotzal­co de 1987 a 1989. Afirma que lo mejor que le dejó la escuela es el valor de la libertad y gran capacidad de análisis que le ayudaron mucho cuando entró a la universida­d: “Nos enseñaron a investigar, pensar y reflexiona­r para ser más críticos”.

Para Gilberto, la gran mayoría de los maestros mostraba a los jóvenes la realidad que vivían y el contexto socioeconó­mico del país y el mundo.

Javier Aviña, alumno del plantel Sur, generación 1975-1978, estudió en el CCH antes de la actualizac­ión del plan de estudios, es decir, tomó clases de una hora.

“Yo entraba a las 7 de la mañana, tenía cuatro clases por día, a las 11 del día ya estaba libre. Había mucho qué hacer por fuera: ir a los institutos y biblioteca­s para hacer las tareas”, dice Aviña.

Cuando se creó el CCH había cuatro turnos y las clases eran de una hora. Fue hasta que el primer director General del colegio, José de Jesús Bazán Levy, propuso hacer algunas modificaci­ones al plan de estudios original. En entrevista vía correo electrónic­o, el doctor comenta:

“La revisión y actualizac­ión del plan de estudios del CCH tuvo lugar entre 1992 y 1996. Los trabajos estuvieron a cargo de comisiones de profesores de todas las áreas y de todos los planteles.

“Fue necesaria una reflexión que llevara a reconocer los problemas que afectaban el aprendizaj­e de los alumnos en las cuatro áreas generales: Matemática­s, Ciencias experiment­ales, Historia y Talleres de lenguaje”.

El doctor considera que en la década de los 90, la condición académica y social de los alumnos era diferente a cuando se concibió el plan original, ya que “además de que venían con muchas deficienci­as de la secundaria, la mayoría de estudiante­s carecía de apoyo familiar y del espacio físico indispensa­ble para el estudio por cuenta propia”.

Hortensia Herrera Álvarez eligió estudiar en el CCH Sur por la cercanía a su casa y porque no tenía que gastar mucho en el transporte, es generación 1992-1995.

Comenta que un aspecto importante que se trabaja es el gusto por la lectura, capacidad de síntesis, terminolog­ía, comprensió­n de temas y la práctica del diálogo y la tolerancia, además de los idiomas inglés o francés.

Para Hortensia, en el CCH la cultura es relevante creando vínculos con la historia, lengua, costumbres y tradicione­s.

Afirma que al ingresar resultó una falacia estudiar sólo cuatro horas al día. Dice que el primer y segundo semestres tuvo que pedir permiso en su trabajo para continuar con sus estudios.

Guadalupe reconoce que lo que no le gustó del CCH fueron los grupos porriles.

“Recuerdo que esos grupos hacían destrozos y me daba miedo cuando comenzaban a agredir a quienes no estaban con ellos”.

Tampoco lidiar con profesores “rudos” y “sin vocación”, pero la peor experienci­a fue el acoso de otro docente, ante lo cual le ayudó no demostrar miedo.

Hay que mencionar que en los últimos años los medios de comunicaci­ón han difundido varios casos de insegurida­d, violencia y acoso sexual en estos centros educativos.

De estos espacios también han egresado personajes como la periodista Carmen Aristegui, la cantante Eugenia León, la actriz Arcelia Ramírez y el caricaturi­sta de este diario: Arturo Kemchs, generación 1976- 1979, quien publicó sus primeros cartones en la Gaceta del CCH.

“Un día me mandaron a llamar de la dirección y me mostraron todos los folletos y me preguntaro­n si yo los había hecho, pensé que me iban a correr, pero cuál fue mi sorpresa que me pidieron que hiciera un dibujo de varias de las carreras que ofrecía la UNAM en ese momento. Ese fue mi primer trabajo. Cuando terminé montaron una exposición con mi obra”, relata Kemchs.

Leonardo Bazán estudia en el CCH Naucalpan. Dice que lo que más le gusta es el ambiente cálido, para llegar viajaba dos horas desde su casa en Ecatepec.

Ahora toma clases virtuales: “Sí se nos está haciendo más fácil tomar clases en línea, son dos horas más de sueño para descansar”, pero la verdad, admite, ya quiere regresar a su escuela.

JOSÉ BAZÁN LEVY

Primer director del CCH

“Venían con muchas deficienci­as de la secundaria, la mayoría de estudiante­s carecían de apoyo familiar y del espacio físico indispensa­ble para el estudio por cuenta propia”

 ??  ?? Alumnos del CCH de los años 80, algunos acompañado­s de sus padres y de profesores. En los últimos años en estos centros educativos se han registrado casos de violencia y denuncias de acoso sexual hacia alumnas por parte de docentes. A causa de la pandemia por Covid-19 estos planteles están vacíos.
Alumnos del CCH de los años 80, algunos acompañado­s de sus padres y de profesores. En los últimos años en estos centros educativos se han registrado casos de violencia y denuncias de acoso sexual hacia alumnas por parte de docentes. A causa de la pandemia por Covid-19 estos planteles están vacíos.
 ??  ?? Alumnas del Colegio de Ciencias y Humanidade­s (CCH) en la década de los años 70, de las primeras generacion­es de este sistema de bachillera­to.
Alumnas del Colegio de Ciencias y Humanidade­s (CCH) en la década de los años 70, de las primeras generacion­es de este sistema de bachillera­to.
 ??  ?? Postal del CCH Oriente a fines de los años 70. Algunos jóvenes caminan en medio de las instalacio­nes rodeadas de árboles y espacios abiertos. Las clases en este plantel iniciaron el 3 de abril de 1972.
Postal del CCH Oriente a fines de los años 70. Algunos jóvenes caminan en medio de las instalacio­nes rodeadas de árboles y espacios abiertos. Las clases en este plantel iniciaron el 3 de abril de 1972.
 ??  ?? Estudiante­s del sistema del Colegio de Ciencias y Humanidade­s en 1976. Este año se cumplen 50 de su aprobación en enero de 1971.
Estudiante­s del sistema del Colegio de Ciencias y Humanidade­s en 1976. Este año se cumplen 50 de su aprobación en enero de 1971.

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