Un reptil amable que puedes tener en casa
En años recientes se puso de moda tener un gecko como mascota, especialmente los leopardos, que son los más comunes de esta especie por su docilidad, pequeño tamaño y facilidad de adaptación. Pero, al igual que el resto de los animales, no son recomendables para los niños debido a que necesitan ciertos cuidados y una alimentación muy específica. Jaime Humberto Zamora Pérez, ingeniero ambiental e integrante del grupo ambientalista Reptiles Toluca, comenta en entrevista que, debido a que son atractivos visualmente y capaces de adaptarse a cualquier ambiente, se popularizó el hecho de tener reptiles en cautiverio. Y, gracias a ciertas normas, la gente puede tener este tipo de mascotas exóticas.
En particular, hablando de los geckos, indica que existe una gran variedad. Los más famosos son los leopardos porque, a pesar de que demandan mucha humedad, un sustrato y una temperatura óptima, no necesitan de mayores parámetros para su bienestar.
LOS CUIDADOS
“Casi todos los reptiles requieren una fuente externa de calor, en este caso el sol, porque son ectotermos (no pueden regular su temperatura por sí solos). He ahí la mayor complicación de tenerlos en cautiverio: como no son mamíferos, no pueden calentarse por sí mismos, por lo que requieren de un control de iluminación.
“Cuando comienzan a mudar (de piel), necesitan baños de sol o de agua tibia para que puedan hacer este proceso de manera más natural y, así, evitar complicaciones. Un problema que se da mucho en reptiles es la retención de muda, lo cual puede ocasionar hasta la pérdida de extremidades. Este proceso les ayuda a sanar por si tenían ácaros o garrapatas. O, si tenían alguna herida, la curan. También es un modo de crecimiento”, asegura el ambientalista.
Destaca que ningún reptil es recomendable para que se deje al cuidado de un niño, incluso si es de tamaño pequeño como el gecko leopardo. Si bien sus cuidados no son muy complicados, tampoco es una tarea que pueda llevar a cabo con facilidad un menor.
CUANDO LOS ABANDONAN
“Con los reptiles sucede que, cuando ya no los quieren, los abandonan en zonas abiertas sin tener en cuenta el impacto ambiental que ocasionan. Es un problema común cuando se regala este tipo de mascota. Es negativo para la especie que se libera y para el lugar, porque puede que haya insectos que ayuden a ese suelo; pero llega el reptil y los depreda”, lamenta.
No obstante, Zamora Pérez afirma que, si quien quiere la mascota es un adolescente que está informado sobre los cuidados del pequeño animal y tiene sentido de la responsabilidad, es un buen momento para acoger a un gecko y empezar su afición por los reptiles.
De igual manera, exhorta a cuidar muy bien de su hábitat y, recalca, solo se debe tener a uno por terrario pues, debido a que son especies territoriales, no es posible tener a dos juntos. De lo contrario, se harán daño.
SU ALIMENTACIÓN
En relación a su alimentación, el entrevistado advierte que, si el gecko come algo que esté fuera de su dieta (insectos y gusanos), se corre el riesgo de que padezca afecciones renales.
En este sentido, hay que tener mucho cuidado en la elección del sustrato y vigilar que no haya arena en el terrario porque la lengua de los geckos es pegajosa para que logren capturar bien a su presa. Entonces, se les puede pegar sustrato o alguna otra cosa del terrario y esto desencadenará daños en sus intestinos.