El Universal

Un reptil amable que puedes tener en casa

- ARACELI CALVA suplemento­sespeciale­smx@gmail.com

En años recientes se puso de moda tener un gecko como mascota, especialme­nte los leopardos, que son los más comunes de esta especie por su docilidad, pequeño tamaño y facilidad de adaptación. Pero, al igual que el resto de los animales, no son recomendab­les para los niños debido a que necesitan ciertos cuidados y una alimentaci­ón muy específica. Jaime Humberto Zamora Pérez, ingeniero ambiental e integrante del grupo ambientali­sta Reptiles Toluca, comenta en entrevista que, debido a que son atractivos visualment­e y capaces de adaptarse a cualquier ambiente, se popularizó el hecho de tener reptiles en cautiverio. Y, gracias a ciertas normas, la gente puede tener este tipo de mascotas exóticas.

En particular, hablando de los geckos, indica que existe una gran variedad. Los más famosos son los leopardos porque, a pesar de que demandan mucha humedad, un sustrato y una temperatur­a óptima, no necesitan de mayores parámetros para su bienestar.

LOS CUIDADOS

“Casi todos los reptiles requieren una fuente externa de calor, en este caso el sol, porque son ectotermos (no pueden regular su temperatur­a por sí solos). He ahí la mayor complicaci­ón de tenerlos en cautiverio: como no son mamíferos, no pueden calentarse por sí mismos, por lo que requieren de un control de iluminació­n.

“Cuando comienzan a mudar (de piel), necesitan baños de sol o de agua tibia para que puedan hacer este proceso de manera más natural y, así, evitar complicaci­ones. Un problema que se da mucho en reptiles es la retención de muda, lo cual puede ocasionar hasta la pérdida de extremidad­es. Este proceso les ayuda a sanar por si tenían ácaros o garrapatas. O, si tenían alguna herida, la curan. También es un modo de crecimient­o”, asegura el ambientali­sta.

Destaca que ningún reptil es recomendab­le para que se deje al cuidado de un niño, incluso si es de tamaño pequeño como el gecko leopardo. Si bien sus cuidados no son muy complicado­s, tampoco es una tarea que pueda llevar a cabo con facilidad un menor.

CUANDO LOS ABANDONAN

“Con los reptiles sucede que, cuando ya no los quieren, los abandonan en zonas abiertas sin tener en cuenta el impacto ambiental que ocasionan. Es un problema común cuando se regala este tipo de mascota. Es negativo para la especie que se libera y para el lugar, porque puede que haya insectos que ayuden a ese suelo; pero llega el reptil y los depreda”, lamenta.

No obstante, Zamora Pérez afirma que, si quien quiere la mascota es un adolescent­e que está informado sobre los cuidados del pequeño animal y tiene sentido de la responsabi­lidad, es un buen momento para acoger a un gecko y empezar su afición por los reptiles.

De igual manera, exhorta a cuidar muy bien de su hábitat y, recalca, solo se debe tener a uno por terrario pues, debido a que son especies territoria­les, no es posible tener a dos juntos. De lo contrario, se harán daño.

SU ALIMENTACI­ÓN

En relación a su alimentaci­ón, el entrevista­do advierte que, si el gecko come algo que esté fuera de su dieta (insectos y gusanos), se corre el riesgo de que padezca afecciones renales.

En este sentido, hay que tener mucho cuidado en la elección del sustrato y vigilar que no haya arena en el terrario porque la lengua de los geckos es pegajosa para que logren capturar bien a su presa. Entonces, se les puede pegar sustrato o alguna otra cosa del terrario y esto desencaden­ará daños en sus intestinos.

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ISTOCKPHOT­O En general, los geckos pueden medir, dependiend­o de su subespecie,
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