PROBLEMAS DE AUDICIÓN
Aunque las causas pueden ser genéticas, los gatos también pierden la audición debido a enfermedades completamente prevenibles
Si bien la sordera en los mininos puede deberse a causas hereditarias, congénitas o propias de la edad, existen otros casos en los cuales la pérdida de este sentido es prevenible. Expertos te explican cómo cuidarlo y evitar que deje de oír...
La sordera no es una condición que solo enfrenten los seres humanos. Los gatos pueden sufrir de pérdida de la audición e, incluso, algunos nacen sin oír debido a sus características genéticas. Sin embargo, también es posible que se derive de complicaciones médicas.
Al respecto, el médico veterinario zootecnista Édgar Islas Calderón explica a EL UNIVERSAL que se ha estudiado, durante muchos años, la relación que existe entre el color de los mininos y algunos padecimientos hereditarios, entre ellos la sordera, la cual aseguran estas investigaciones, está muy relacionada con los mininos blancos y de ojos azules.
“Se ha descubierto que, para que su mecanismo auditivo funcione al 100%, necesitan tener un mínimo de pigmentación. Los felinos que se desarrollan sin tenerla en los ojos, carecen de este pigmento que vuelve funcional algunas estructuras de su oído interno. Por ello, cerca del 80% de aquellos que son completamente blancos y de ojos azules son sordos”, detalla el también consultor en bienestar animal y nutrición para Whiskas México.
El especialista agrega que los felinos que tienen los ojos de dos colores diferentes, del lado azul manifestarán sordera. Además, asegura que, en las razas que ya han sido modificadas en criaderos, esta condición presenta un índice de prevalencia más bajo.
Por otro lado, Emilia Tobías Ruvalcaba, gerente técnico nacional para el segmento de animales de compañía en Boehringer Ingelheim, enfatiza que la sordera congénita o hereditaria es la que se registra con menos frecuencia porque se da en razas muy puras.
PROBLEMA DE EDAD
La principal causa de la pérdida de la audición es la sordera adquirida, la cual está asociada a pacientes geriatras (es decir, de más de ocho años) que, por la misma edad, al igual que sucede con los seres humanos, va disminuyendo su capacidad para escuchar.
“Un gato grande que está perdiendo su oído de manera adquirida, ya sea unilateral o bilateral, puede empezar a darnos alguna señal. Hay cambios en sus actividades. Por ejemplo, suele ser más cuidadoso en sus movimientos”, apunta la especialista.
Tobías Ruvalcaba añade que, por fortuna, las orejas de los gatos son muy visibles y el dueño puede observar su reacción a los estímulos. De ahí la importancia de mantenerse muy atentos a cualquier cambio, pues las orejas del minino dejan de moverse como antes, ya sea al abrir la bolsa del alimento o la puerta de la cocina, sonidos que el animal ya tiene identificados y a los cuales suele responder.
“El propietario de un minino que está en proceso de una sordera lo va a notar porque hay cambios en su comportamiento. Es más precavido, incluso, en sus saltos. Ellos mismos se van a estar cuidando al acechar a su presa, lo cual puede ser hasta los pies de su dueño. Aun en esos momentos, no se van a sentir seguros y, entonces, van a dejar de hacerlo”, advierte la experta en el sector farmacéutico-veterinario.
LOS MININOS BEBÉS SON CAPACES DE ADAPTARSE MEJOR
Cuando la sordera es congénita o hereditaria, los cachorros van a poder adaptarse mejor, siempre que no se les separe de su camada antes de los dos meses de vida. En estos casos, es trascendental la revisión médica para que se descarte este padecimiento o cualquier otro.
“Estos animales, de manera instintiva, van a estar cuidándose. Un gatito que alcanza a crecer con sus hermanos se va a desarrollar y va a saber cuidarse. Él va a estar atento de cuándo tiene que correr, por imitación a su camada; o, bien, si tiene que agazaparse. Seguramente, el pequeño no entiende mucho por qué, pero va a imitar y, de esa manera, se va adaptar”, indica la veterinaria especializada en regulación en materia de salud animal.
Más bien, el problema para el felino sucede cuando es alejado de su camada antes de las ocho semanas porque, entonces, no habrá aprendido a cuidarse por sí mismo y lidiará con más limitaciones que un ejemplar que sí goza de todos sus sentidos, lo cual lo convierte en un animal más vulnerable a los ataques de otros gatos, perros o humanos.
Sin embargo, en los gatos sucede lo mismo que con las personas que pierden algún sentido: suelen desarrollar otras habilidades. Van a ser más sensibles a las vibraciones a través de sus bigotes (los cuales cuentan con muchas terminaciones nerviosas), su sentido del tacto será mejor, lo mismo que su agudeza visual, que les servirá para identificar los objetos de su casa, altura, distancia y olores que van a comenzar a relacionar si son normales o no.
INFECCIONES Y ÁCAROS
Además de la sordera congénita o hereditaria, y de la adquirida por vejez, los expertos aclaran que estos felinos pueden perder el oído debido a un ácaro que se aloja en sus orejas y llega a tapar y dañar los conductos auditivos.
“Son las orejas que, con el tiempo, se ven como si estuvieran sucias o almacenaran una cera rojiza o café. Solemos pensar que solo es tierra pero, en realidad, son ácaros capaces de poblar a tal grado el conducto auditivo del gato que causan problemas en las estructuras de su oído”, advierte Islas Calderón.
Este ácaro también le provoca malestar, comezón e inflamación, por lo cual el minino va a comenzar a rascarse con sus propias garras o, bien, se tallará en muebles o paredes. Esto, a su vez, causará más inflamación en su oído y va a derivar en una infección que, en algunos casos, daña las estructuras internas.
Estas infecciones son frecuentes en los animales que salen a la calle y tienen contacto con otros gatos callejeros sin cuidados médicos. Por ello, los especialistas recomiendan no permitir las salidas de los mininos ya que, además, el que no estén dentro de un hogar disminuye su expectativa de vida por los peligros que pueden enfrentar en el exterior.
Por fortuna, la infección por ácaros es completamente prevenible y curable mediante las visitas regulares al médico. “Es fundamental contar con un programa de medicina preventiva, cuyo objetivo es reducir los riesgos y mantener su expectativa de vida.
“La sordera puede afectar la calidad y expectativa de vida de nuestras mascotas. A nivel mundial, los gatos acuden mucho menos a la consulta veterinaria por esa idea de que son autosuficientes. No obstante, la realidad es que los felinos son muy hábiles para ocultar el dolor debido a su condición de cazadores”, subraya el consultor para Whiskas.
Cuando la sordera es congénita o hereditaria, es común que el dueño no pueda detectarla porque los gatos desarrollan ciertas habilidades y, desde pequeño, comienza a adaptarse. Por ello, es importante acudir a consulta médica, donde les pueden realizar pruebas clínicas que son muy similares a las que se hacen en los niños para detectar la sordera” Emilia Tobías Ruvalcaba, veterinaria zootecnista.