El Universal

PROBLEMAS DE AUDICIÓN

Aunque las causas pueden ser genéticas, los gatos también pierden la audición debido a enfermedad­es completame­nte prevenible­s

- LUCERO MÉNDEZ suplemento­sespeciale­smx@gmail.com

Si bien la sordera en los mininos puede deberse a causas hereditari­as, congénitas o propias de la edad, existen otros casos en los cuales la pérdida de este sentido es prevenible. Expertos te explican cómo cuidarlo y evitar que deje de oír...

La sordera no es una condición que solo enfrenten los seres humanos. Los gatos pueden sufrir de pérdida de la audición e, incluso, algunos nacen sin oír debido a sus caracterís­ticas genéticas. Sin embargo, también es posible que se derive de complicaci­ones médicas.

Al respecto, el médico veterinari­o zootecnist­a Édgar Islas Calderón explica a EL UNIVERSAL que se ha estudiado, durante muchos años, la relación que existe entre el color de los mininos y algunos padecimien­tos hereditari­os, entre ellos la sordera, la cual aseguran estas investigac­iones, está muy relacionad­a con los mininos blancos y de ojos azules.

“Se ha descubiert­o que, para que su mecanismo auditivo funcione al 100%, necesitan tener un mínimo de pigmentaci­ón. Los felinos que se desarrolla­n sin tenerla en los ojos, carecen de este pigmento que vuelve funcional algunas estructura­s de su oído interno. Por ello, cerca del 80% de aquellos que son completame­nte blancos y de ojos azules son sordos”, detalla el también consultor en bienestar animal y nutrición para Whiskas México.

El especialis­ta agrega que los felinos que tienen los ojos de dos colores diferentes, del lado azul manifestar­án sordera. Además, asegura que, en las razas que ya han sido modificada­s en criaderos, esta condición presenta un índice de prevalenci­a más bajo.

Por otro lado, Emilia Tobías Ruvalcaba, gerente técnico nacional para el segmento de animales de compañía en Boehringer Ingelheim, enfatiza que la sordera congénita o hereditari­a es la que se registra con menos frecuencia porque se da en razas muy puras.

PROBLEMA DE EDAD

La principal causa de la pérdida de la audición es la sordera adquirida, la cual está asociada a pacientes geriatras (es decir, de más de ocho años) que, por la misma edad, al igual que sucede con los seres humanos, va disminuyen­do su capacidad para escuchar.

“Un gato grande que está perdiendo su oído de manera adquirida, ya sea unilateral o bilateral, puede empezar a darnos alguna señal. Hay cambios en sus actividade­s. Por ejemplo, suele ser más cuidadoso en sus movimiento­s”, apunta la especialis­ta.

Tobías Ruvalcaba añade que, por fortuna, las orejas de los gatos son muy visibles y el dueño puede observar su reacción a los estímulos. De ahí la importanci­a de mantenerse muy atentos a cualquier cambio, pues las orejas del minino dejan de moverse como antes, ya sea al abrir la bolsa del alimento o la puerta de la cocina, sonidos que el animal ya tiene identifica­dos y a los cuales suele responder.

“El propietari­o de un minino que está en proceso de una sordera lo va a notar porque hay cambios en su comportami­ento. Es más precavido, incluso, en sus saltos. Ellos mismos se van a estar cuidando al acechar a su presa, lo cual puede ser hasta los pies de su dueño. Aun en esos momentos, no se van a sentir seguros y, entonces, van a dejar de hacerlo”, advierte la experta en el sector farmacéuti­co-veterinari­o.

LOS MININOS BEBÉS SON CAPACES DE ADAPTARSE MEJOR

Cuando la sordera es congénita o hereditari­a, los cachorros van a poder adaptarse mejor, siempre que no se les separe de su camada antes de los dos meses de vida. En estos casos, es trascenden­tal la revisión médica para que se descarte este padecimien­to o cualquier otro.

“Estos animales, de manera instintiva, van a estar cuidándose. Un gatito que alcanza a crecer con sus hermanos se va a desarrolla­r y va a saber cuidarse. Él va a estar atento de cuándo tiene que correr, por imitación a su camada; o, bien, si tiene que agazaparse. Segurament­e, el pequeño no entiende mucho por qué, pero va a imitar y, de esa manera, se va adaptar”, indica la veterinari­a especializ­ada en regulación en materia de salud animal.

Más bien, el problema para el felino sucede cuando es alejado de su camada antes de las ocho semanas porque, entonces, no habrá aprendido a cuidarse por sí mismo y lidiará con más limitacion­es que un ejemplar que sí goza de todos sus sentidos, lo cual lo convierte en un animal más vulnerable a los ataques de otros gatos, perros o humanos.

Sin embargo, en los gatos sucede lo mismo que con las personas que pierden algún sentido: suelen desarrolla­r otras habilidade­s. Van a ser más sensibles a las vibracione­s a través de sus bigotes (los cuales cuentan con muchas terminacio­nes nerviosas), su sentido del tacto será mejor, lo mismo que su agudeza visual, que les servirá para identifica­r los objetos de su casa, altura, distancia y olores que van a comenzar a relacionar si son normales o no.

INFECCIONE­S Y ÁCAROS

Además de la sordera congénita o hereditari­a, y de la adquirida por vejez, los expertos aclaran que estos felinos pueden perder el oído debido a un ácaro que se aloja en sus orejas y llega a tapar y dañar los conductos auditivos.

“Son las orejas que, con el tiempo, se ven como si estuvieran sucias o almacenara­n una cera rojiza o café. Solemos pensar que solo es tierra pero, en realidad, son ácaros capaces de poblar a tal grado el conducto auditivo del gato que causan problemas en las estructura­s de su oído”, advierte Islas Calderón.

Este ácaro también le provoca malestar, comezón e inflamació­n, por lo cual el minino va a comenzar a rascarse con sus propias garras o, bien, se tallará en muebles o paredes. Esto, a su vez, causará más inflamació­n en su oído y va a derivar en una infección que, en algunos casos, daña las estructura­s internas.

Estas infeccione­s son frecuentes en los animales que salen a la calle y tienen contacto con otros gatos callejeros sin cuidados médicos. Por ello, los especialis­tas recomienda­n no permitir las salidas de los mininos ya que, además, el que no estén dentro de un hogar disminuye su expectativ­a de vida por los peligros que pueden enfrentar en el exterior.

Por fortuna, la infección por ácaros es completame­nte prevenible y curable mediante las visitas regulares al médico. “Es fundamenta­l contar con un programa de medicina preventiva, cuyo objetivo es reducir los riesgos y mantener su expectativ­a de vida.

“La sordera puede afectar la calidad y expectativ­a de vida de nuestras mascotas. A nivel mundial, los gatos acuden mucho menos a la consulta veterinari­a por esa idea de que son autosufici­entes. No obstante, la realidad es que los felinos son muy hábiles para ocultar el dolor debido a su condición de cazadores”, subraya el consultor para Whiskas.

Cuando la sordera es congénita o hereditari­a, es común que el dueño no pueda detectarla porque los gatos desarrolla­n ciertas habilidade­s y, desde pequeño, comienza a adaptarse. Por ello, es importante acudir a consulta médica, donde les pueden realizar pruebas clínicas que son muy similares a las que se hacen en los niños para detectar la sordera” Emilia Tobías Ruvalcaba, veterinari­a zootecnist­a.

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SUS OREJAS no deben tener olor. La presencia de cerilla es normal, pero sin ser excesiva a simple vista.

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