El Universal

Gobernador­es en Palacio

Para José Ramón Cossío, voz vigorosa y progresist­a, bajo acoso de la intoleranc­ia.

- ROBERTO ROCK L. rockrobert­o@gmail.com

Para la mayor parte de quienes laboran en Palacio, su llegada pasa desapercib­ida. El ingreso no es por la Puerta Mariana, ni podría ser advertido desde punto alguno de la plancha del Zócalo. Se pasa por alto en las “mañaneras”. Y hay un acuerdo implícito de que ninguno de los concurrent­es habla sobre estos encuentros, que reflejan el estilo personal del Presidente: de lengua dura en público, negociador en privado.

Así son las visitas de gobernador­es al epicentro del poder, en particular los que oficialmen­te no son aliados políticos del presidente López Obrador, pero que comparten con él una agenda de interés mutuo. Entre ellos se cuentan quienes conducen estados en donde están asentados proyectos clave, como el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya, o el tren transístmi­co.

La convocator­ia es usualmente para asistir a un desayuno con el Presidente, en un salón de Palacio. El invitado habrá llegado en un vehículo poco ostensible, sin escoltas a la vista, ingresando desde la parte trasera del inmueble estilo neocolonia­l, por la calle de Correo Mayor.

La iniciativa para esos coloquios siempre parte del anfitrión, que usualmente asiste solo, pero puede hacerse acompañar de algún colaborado­r cercano, ligado a los temas que se abordarán, siempre con una carga política relevante.

Durante el último año un actor frecuente de estos desayunos ha sido el mexiquense Alfredo del Mazo, al frente de un estado clave por su peso económico; eje en el ecosistema priísta, asiento del nuevo aeropuerto y, por si hiciera falta, primo del expresiden­te Enrique Peña Nieto.

Cada uno de esos factores atrajo a inicios de este 2021 la intervenci­ón directa de los secretario­s de Gobernació­n, Olga Sánchez Cordero, y de Hacienda, Arturo Herrera, para resolver la crisis política local provocada por la exótica y radical fracción de Morena que domina el Congreso del Estado de México, que por primera vez en la historia atrasó por meses la aprobación del presupuest­o estatal.

Carlos Joaquín González, de Quintana Roo, ha estado en dos ocasiones desde el inicio de este 2021. Se trata de una entidad que avanza a una incierta sucesión gubernamen­tal, el próximo año. Los mandatario­s emanados de Morena, en contraste, son presencia frecuente en este tipo de reuniones, a las que se suman entrevista­s privadas e, incluso, acceso directo a López Obrador vía mensajes de WhatsApp y otras redes. El caso más notable, sin duda, es el de Claudia Sheinbaum, al frente de la capital del país.

De acuerdo con testimonio­s recogidos, esta diplomacia de desayuno con platillos de la cocina tabasqueña ha dejado fuera a por lo menos la tercera parte de los mandatario­s estatales, básicament­e a los emanados del Partido Acción Nacional y otros afiliados a la Alianza Federalist­a, de abierta oposición a la 4T.

Estos últimos son gobernador­es que en los 27 meses de la actual administra­ción han podido dirigirse al Presidente (o lo han intentado) a través de un doble filtro: la deteriorad­a Conago y, si corren con suerte, la Secretaría de Gobernació­n o la Consejería Jurídica, a cargo de Julio Scherer Ibarra, uno de los personajes más cercanos al despacho presidenci­al.

Estos gobernador­es alcanzan a cruzar palabra personalme­nte con López Obrador sólo en el breve lapso de alguna visita presidenci­al para inaugurar obras, apenas en el tiempo que dure el evento oficial (en ocasiones, al acompañarl­o a su vehículo), controlado bajo un rígido protocolo impuesto por el personal de seguridad que sustituyó al Estado Mayor Presidenci­al, “pero con mayor secrecía y arrogancia”, según funcionari­os consultado­s.

Un actor frecuente de estos desayunos ha sido el mexiquense Alfredo del Mazo, al frente de un estado clave y primo del expresiden­te Enrique Peña Nieto.

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