Desafío migratorio
El anuncio de una visita de alto nivel de funcionarios del Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional de EU a México y Centroamérica marca el principio de un periodo en la relación bilateral en el que el compromiso de AMLO con sus objetivos declarados de desarrollo para Centroamérica se pondrá a prueba.
Hasta ahora, Washington ha visto al gobierno mexicano como un socio confiable y valioso para contener el flujo de migrantes centroamericanos a lo largo del país. El equipo que viajó a México es del más alto calibre: Ricardo Zúñiga, Roberta Jacobson y Juan González tienen un profundo conocimiento de México y la región. El gobierno mexicano debería esperar un compromiso mucho más sofisticado del nuevo equipo, y habrá un desafío en dos frentes.
Tanto Biden como AMLO han hecho fuertes declaraciones sobre la necesidad de desarrollo de Centroamérica atendiendo a sus problemas de gobernanza, pobreza profunda, su tristemente pobre infraestructura, crimen organizado y Estado de derecho. Pero AMLO no está dispuesto a dedicar esfuerzos significativos en Centroamérica, optando, mejor, por invertir en el sur de México. Quiere que toda la carga de la inversión en el Triángulo Norte recaiga sobre EU y no es probable que sea una opción viable para la administración Biden. En segundo lugar, los números crecientes (alrededor de 40 mil al mes) de migrantes indocumentados mexicanos que intentan cruzar la frontera con EU está arqueando las cejas en Washington, y AMLO tendrá que responder preguntas sobre cómo su gobierno intenta contener ese flujo. •