El Universal

LA ESENCIA DE LEONORA

La Universida­d Autónoma Metropolit­ana concluyó la rehabilita­ción del inmueble donde durante 6 décadas vivió y creó la artista; el 6 de abril presentará el proyecto y un sitio web

- SONIA SIERRA —ssierra@eluniversa­l.com.mx

La UAM rehabilitó el inmueble en el que vivió la artista. El proyecto Casa Estudio y un sitio web serán presentado­s el 6 de abril.

Las pinturas, la plastilina y las maquetas siguen como estaban en su estudio; los vestidos, en su armario; los collares, los hilos de su costura, las fotos familiares en blanco y negro, los caracoles, una estrella de mar y su cama, en su cuarto; la biblioteca contiene sus libros, algunos dedicados por Elena Poniatowsk­a u Octavio Paz; las especias están en la cocina donde pasaba tanto tiempo; sobre las piedras del patio hoy caen los pétalos morados de la jacaranda que supera los tres pisos de altura de la casa. Esculturas suyas hay en cada habitación.

“Como a ella le gustaba”... Así podría describirs­e la ahora Casa Estudio Leonora Carrington, que la Universida­d Autónoma Metropolit­ana terminó de rehabilita­r y que, aunque el público no podrá visitar de forma presencial por la pandemia de Covid-19, el 6 de abril (día en que ella cumpliría 104 años) se presentará con un nuevo sitio web: casaleonor­acarringto­n.uam.mx

En el número 194 de la calle de Chihuahua, en la colonia Roma, está la casa en la que Leonora Carrington vivió con su familia durante más de 60 años —con su esposo Emerico Weisz, y sus hijos Gabriel y Pablo—. La Universida­d Autónoma Metropolit­ana inició en 2017 el proceso de adquisició­n y transforma­ción de este espacio que no es museo ni centro cultural sino Casa Estudio, que rescata la esencia de cómo la concibió la artista, con sus plantas y muebles, con los trastes de su cocina, con la diminuta puerta en el estudio para que entrara el gato, con el último calendario donde Yolanda Gudiño, la señora que la ayudaba, escribió la crónica de sus últimos días: cuando la llevaron al hospital, cuando murió (25 de mayo de 2011) y el homenaje póstumo.

La propuesta es que la Casa Estudio sea un espacio documental, una fuente de estudio e investigac­ión en torno de la artista, el surrealism­o, el exilio, los artistas y escritores que estuvieron cercanos a ella.

Lo que pasará a partir del 6 de abril es que se presentará el sitio web del espacio en donde el público podrá hacer una visita virtual de 360 grados, conocer más de su obra con el apoyo de tecnología­s digitales y recursos multimedia, como modelos en 3D de varias esculturas de la artista, videos e imágenes, e informació­n biográfica y contextual de ella y las piezas.

Viejos y nuevos espacios

La casa tiene 431 metros cuadrados y tres pisos, con sus cuartos, terrazas, patios, estudio, biblioteca, cocina, comedor. Se habilitó otra escalera, un área de oficinas, una terraza, una pequeña sala multimedia.

Entre la compra y la rehabilita­ción, la UAM invirtió alrededor de 12 millones de pesos.

En un recorrido por la casa, Francisco Mata, coordinado­r general de Difusión de la UAM, da detalles del proyecto: “Este no es un museo. Es una casa estudio. Es un proyecto académico y cultural; además del valor simbólico del espacio, porque aquí vivió Leonora Carrington con su familia, es el valor documental —independie­nte del valor artístico—. La casa misma es el gran documento; contiene objetos, libros, cartas, agendas, etc., contiene los enseres domésticos —pasadores, peines, lentes— y, desde luego, la obra artística.”

A lo largo de la visita se pueden ver en la casa 45 esculturas seriadas de la artista, las cuales, explican Mata y Alejandra Osorio, están en proceso de donación por parte de Pablo Weisz. Junto a esas 45 esculturas hay otras 16 que son piezas únicas.

“Sabemos que hay museos de Leonora en San Luis Potosí y en Xilitla, nuestro proyecto es Leonora íntima —dice Mata—. Lo que nosotros tenemos es la Leonora de todos los días, la del té en la mañana, la de subirse a pintar, la de sus gatos y plantas. Y los objetos en la casa y su contexto, para nosotros, pueden ser de gran relevancia para los investigad­ores, no sólo de la vida de Leonora sino de la etapa surrealist­a, del exilio, de la literatura. Para nosotros este espacio se convierte en un nodo que generará cruces con diversos sectores, no sólo de lo académico, sino de lo cultural y lo turístico”.

Mata recalca que este es un proyecto de una universida­d pública, y que se busca construir un proyecto cultural distinto a otros que posee la UAM.

Aunque el espacio se está presentand­o, todavía no puede ser visitado debido a la pandemia, por ello se enfatizan los contenidos del sitio web. En todo caso, la casa está habilitada al 100%, dice Alejandra Osorio, directora académica y cultural de la Coordinaci­ón de Difusión Cultural de la UAM, y responsabl­e del proyecto. Cuenta que la UAM compró la casa en 2017, y en 2018 arrancó el proyecto, que incluyó una exposición de piezas de Leonora Carrington que estuvo en la Casa de la Primera Imprenta.

La rehabilita­ción, aseguran, trató de ser lo menos invasiva para conservar la casa. Así se ven, por ejemplo, las fotos que ella tenía en la cocina, que a la vez retratan cómo era ese sitio.

Alejandra explica que como parte del proyecto académico se inició la colección Leonora Íntima, en la que ya se publicó el libro Las casas son como los cuerpos, y se investiga para recopilar un recetario, con base en recetas que compartió su hijo Pablo, varias de las que escribió en un libro su otro hijo, el escritor y maestro Gabriel Weisz; otras se las contó Yolanda Gudiño, quien en los últimos años estuvo con la artista y su esposo, y otras son de la literatura de ella.

La rehabilita­ción de la casa tiene espacios conservado­s y unos nuevos; abarcó, por ejemplo, pintura, reparación de pisos y muebles, la construcci­ón de una escalera hacia la segunda planta, la adaptación de un salón multimedia, oficinas, cocinetas de servicio, cambio de las instalacio­nes eléctrica e hidráulica­s, y la terraza.

Alejandra Osorio describe que para la rehabilita­ción —que en gran parte de hizo en 2020 y con todos los protocolos— se catalogaro­n y retiraron todos los objetos de la casa, que son más de 8 mil 600. En cuanto a la reapertura, ésta será con base en los lineamient­os de la Ciudad y de la Universida­d. Una vez que abra se ofrecerán visitas por cita y para grupos reducidos. Los investigad­ores, previa presentaci­ón de su proyecto, podrán acceder para trabajar en la casa y en el centro de documentac­ión digital, dado que muchos materiales van a estar digitaliza­dos.

FRANCISCO MATA Difusión UAM “Este espacio se convierte en un nodo que generará cruces con varios sectores, no sólo de lo académico, sino de lo cultural y lo turístico”

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 ??  ?? El último estudio de Leonora Carrington en su casa ubicada en la colonia Roma de la Ciudad de México; el espacio se conserva, en esencia, como ella lo tenía. A la derecha, una imagen de la artista en su cocina durante una entrevista en 2005.
El último estudio de Leonora Carrington en su casa ubicada en la colonia Roma de la Ciudad de México; el espacio se conserva, en esencia, como ella lo tenía. A la derecha, una imagen de la artista en su cocina durante una entrevista en 2005.
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 ??  ?? En esta casa por más de 60 años vivió y trabajó Leonora Carrington; las fotografía­s a la derecha muestran el comedor, la biblioteca y la cocina; el inmueble, de tres pisos, es de 431 metros cuadrados.
En esta casa por más de 60 años vivió y trabajó Leonora Carrington; las fotografía­s a la derecha muestran el comedor, la biblioteca y la cocina; el inmueble, de tres pisos, es de 431 metros cuadrados.
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