El Universal

Avanzan ensayos de vacunas contra Covid-19 en población infantil

Las farmacéuti­cas dan nuevos pasos en sus estudios clínicos con niños. Se busca probar la seguridad de las vacunas en nuevos grupos y ampliar investigac­iones

- BERENICE GONZÁLEZ DURAND —cultura@eluniversa­l.com.mx

Alrededor de 26% de la población mundial tiene menos de 15 años, un porcentaje importante consideran­do que al menos 70% de la población mundial tendría que estar inmunizada para limitar la expansión del SARS-CoV-2. Los niños tienen un riesgo bajo de sufrir complicaci­ones por Covid-19; sin embargo a los especialis­tas les preocupa su papel como reservorio del virus, lo que podría evitar el control de la pandemia.

El reservorio es el hábitat donde el virus reside normalment­e, crece y se multiplica. Los reservorio­s incluyen seres humanos, animales y medio ambiente. Los humanos pueden convertirs­e en portadores asintomáti­cos o personas con manifestac­iones clínicas. Aunque sigue sin determinar­se con claridad el papel de los niños en la transmisió­n, los especialis­tas consideran que para limitarle el paso al virus se tienen que contemplar todos los grupos.

La experta Angela Rasmussen, viróloga de la Universida­d de Georgetown, Washington, ha dicho que independie­nte de la edad, las vacunas deben abarcar la mayor cantidad de individuos posibles. Esta también es una forma de evitar mutaciones.

En un estudio publicado por los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedad­es en EU se analizaron muestras aleatorias de menores de 18 años, recabadas entre mayo y septiembre de 2020. El hallazgo fue que esta población se había contagiado 13 veces más de los registros que se habían recibido. El virus sigue circulando con fuerza en todo el mundo, aún en poblacione­s sin complicaci­ones graves. Los problemas no están descartado­s totalmente para estos grupos. Los riesgos se intensific­an en niños con asma, diabetes, afecciones cardiacas, obesidad y enfermedad­es genéticas, neurológic­as o condicione­s metabólica­s. Una de las mayores preocupaci­ones sobre el desarrollo de la enfermedad, son las respuestas raras pero preocupant­es en algunos niños contagiado­s de Covid-19, como el síndrome inflamator­io multisisté­mico (MIS-C). Se trata de una afección en la que diferentes partes del cuerpo pueden inflamarse, incluidos pulmones, corazón riñones, cerebro, piel, ojos y órganos gastrointe­stinales.

Vacunas y nueva prueba

Probada la seguridad de las vacunas en los adultos, el siguiente paso ha sido realizar ensayos para incluir nuevas poblacione­s, como los niños. Los menores de edad tienen un sistema inmunológi­co en proceso de maduración, por lo que podrían reaccionar diferente

MILLONES DE VACUNAS

contra el Covid-19 se han aplicado en adultos a nivel internacio­nal

NIÑOS ENTRE 12 Y 16 AÑOS

recibieron la vacuna Pfizer en Israel, país con las tasas más altas de vacunación. No registraro­n efectos secundario­s graves.

o manifestar otros efectos secundario­s. Los especialis­tas necesitan realizar nuevas observacio­nes, pero aprovechan el conocimien­to con adultos, sin que se requieran grupos tan grandes de niños para ensayos.

Tanto para niños como para mujeres embarazada­s, los estudios clínicos no requieren decenas de miles de participan­tes como los trabajos iniciales para obtener la autorizaci­ón de emergencia para adultos. Se basan en marcadores inmunes, tales como indicadore­s de la eficacia de la vacuna. Según informes del Centro de Investigac­ión de Vacunas Gamble en el Hospital Infantil de Cincinnati, un marcador muy utilizado es el de los anticuerpo­s neutraliza­ntes medidos en la sangre que impiden que los virus entren en las células y se repliquen. En los ensayos en adolescent­es de Pfizer y Moderna, los anticuerpo­s se están midiendo un mes después de la segunda dosis. El objetivo es ver si en un grupo más joven la vacuna estimula adecuadame­nte los niveles de anticuerpo­s en coincidenc­ia con los resultados mostrados en los adultos.

Las farmacéuti­cas iniciaron sus ensayos con adolescent­es, ya que sus organismos son más similares a los de los adultos. Pfizer y Moderna empezaron con mayores de 12 años y gradualmen­te han acelerado planes para probar sus vacunas con más pequeños --los ensayos se realizan de adolescent­es a bebés--. Ambas vacunas se basan en el ARN mensajero que codifica la proteína del pico del coronaviru­s e impulsa la producción de anticuerpo­s protectore­s.

La vacuna de Pfizer/BioNTech está aprobada para uso de emergencia para mayores de 16 años; en octubre inició las pruebas con el grupo de 12 a 15 años. La compañía anunció que en este grupo los niños produjeron 100% en respuestas de anticuerpo­s y no experiment­aron efectos secundario­s graves. Actualment­e, se realizan estudios para probar la seguridad y eficacia de su vacuna en niños con edades de hasta 12 años. Para la primera fase de ese ensayo, la compañía identifica­rá el nivel de dosificaci­ón para tres grupos de edad: de 5 a 11 años, de entre 2 y 5 años y de 6 meses a 2 años.

En adolescent­es se prueban la misma dosis que reciben los adultos, pero es posible que se requiera un programa de dosificaci­ón modificado en el nivel de anticuerpo­s de las vacunas, sobre todo para menores de 12 años. En los medicament­os, la dosificaci­ón tiene otras variantes: el peso del individuo es importante para la determinac­ión de la dosis porque se requiere cierto nivel de fármaco en el organismo para que funcione, pero con las vacunas las dosis suelen tener menos variacione­s. Se trata de encontrar el equilibrio entre eficacia y seguridad. Según el Hospital Infantil de Filadelfia, a medida que se abren ensayos en niños más pequeños, las empresas buscan experiment­ar con menor dosificaci­ón, pues si se obtiene la misma respuesta inmune, pero con menos efectos secundario­s, probableme­nte convendría un cambio.

Protocolos y expectativ­as Moderna empezó en diciembre pasado a probar su vacuna en niños de 12 a 17 años en un grupo de 3 mil voluntario­s. Para que un menor de edad pueda participar en los protocolos debe presentars­e el consentimi­ento de los padres y adaptar la informació­n para su comprensió­n. Muchos de niños que participan en estos estudios son hijos de adultos que ya han formado parte como voluntario­s o hijos de trabajador­es de la salud. Este laboratori­o tiene un nuevo protocolo con un grupo más extenso que abarca menores de seis meses a 11 años.

La mayoría de las empresas que han creado las vacunas contra Covid-19 que ya circulan en el mundo, han iniciado sus protocolos con niños para conseguir la autorizaci­ón para uso pediátrico. El reto es grande: se estima que hay 2 mil 200 millones de menores de 18 años en el mundo. A mediados de febrero, AstraZenec­a y la Universida­d de Oxford anunciaron que comenzaría­n a probar su vacuna en 300 niños del Reino Unido de 6 a 17 años. Sinovac Biotech está probando su producto en niños en China de 3 a 17 años, los especialis­tas del Centro Nacional de Investigac­ión de Epidemiolo­gía y Microbiolo­gía Gamaleya, parte del Ministerio de Salud de Rusia, quienes están detrás del diseño de la Sputnik V, iniciarán este tipo de estudios en verano, después de que terminen los ensayos con pacientes oncológico­s.

Se han aplicado en todo el mundo alrededor de 400 millones de vacunas contra el Covid-19 en adultos, es así que hay lugares en el mundo que ya han decidido dar el siguiente paso. En Israel, el país con las tasas más altas de vacunación contra Covid-19, el Ministerio de Salud recomendó recienteme­nte vacunar a algunos adolescent­es con afecciones subyacente­s que los hacen vulnerable­s. Es así que se ha administra­do la vacuna Pfizer a unos 600 niños de entre 12 y 16 años, sin registrar efectos secundario­s graves. El jefe del grupo de trabajo de vacunas de Israel, Boaz Lev, ha dicho que esto es alentador para el ritmo de la pandemia en general.

Las vacunas apenas están comenzando a probar que tan bien detienen la transmisió­n y el tiempo restante será útil en los ensayos para saber qué tan seguras y efectivas son en adolescent­es y niños pequeños. Los biológicos para estos grupos segurament­e se someterán a un estándar regulatori­o más alto hasta tener las adaptacion­es y dosificaci­ones pertinente­s para los diferentes subgrupos. Las autorizaci­ones en EU para algunos biológicos podrían estar listas a finales de año y abarcar mayor cantidad de países en algún momento del año entrante, y cuando ya haya más disponibil­idad de las existentes, e incluso nuevas vacunas, que aunque no son el único recurso para acabar la pandemia, son indispensa­bles para cerrarle el camino.

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