El Universal

Las campañas y la legalidad

- MIGUEL CARBONELL Investigad­or del IIJ-UNAM. @MiguelCarb­onell

Una vez que han dado inicio las campañas electorale­s es un buen momento para recordar lo obvio: el resultado de los comicios estará determinad­o por todos y cada uno de nuestros votos. Cada ciudadano tiene el enorme poder de fijar el rumbo del país, ya sea a nivel de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en las entidades federativa­s, en los municipios o en las alcaldías de la CDMX.

Nuestra responsabi­lidad es ejercer ese poder y no dejar que otros decidan por nosotros. Lo debemos hacer partiendo de la idea de que el sistema electoral mexicano es confiable y transparen­te: son los ciudadanos los que reciben los votos y quienes los cuentan. La legislació­n aplicable contiene tantos candados y salvaguard­as que es literalmen­te imposible organizar un fraude de gran escala, lo cual no quiere decir que no existan actores dispuestos a intentarlo con tal de mantenerse en el poder.

Lo interesant­e será ver el comportami­ento de los aspirantes a convertirs­e en servidores públicos (o a seguirlo siendo, en el caso de quienes van a intentar la reelección). En particular, habrá que ver si los candidatos optan por un discurso de descalific­ación, insultos y denuestos, o si bien se concentran en hacer propuestas y defender un programa político que entienda y atienda los problemas del país.

En el caso de que no sigan el mal ejemplo de los políticos que solamente descalific­an a los demás, habrá que ver si las propuestas que realicen son viables o si solamente van a presentar promesas imposibles de cumplir o de signo claramente populista.

Los ciudadanos debemos ser exigentes con los candidatos. Los problemas de insegurida­d, precarieda­deconómica­ydesdelueg­olos de salud, son enormes. No podemos darnos el lujo de elegir a personas que van a nadar de muertito durante tres o seis años, como si fueran simples becarios. Necesitamo­s personas que dejen a un lado las excusas y sean capaces de resolver los problemas que tenemos. Ya no se trata de que “si no pueden, renuncien”. Ahora es: “Si no pueden, mejor que no lleguen”.

No sería improbable que en el futuro cercano tengamos que enfrentar otra pandemia. Hay científico­s que han alertado sobre dicha posibilida­d. Ante la boleta electoral, cada ciudadano debe pensar qué tipo de gobernante­s desearíamo­s que le hicieran frente: los que tienen mil excusas y ninguna solución, o los que al menos están preparados para hacerlo. Ese es el dilema que estamos llamados a resolver el primer domingo de junio. •

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