El Universal

Victoria

- LAYDA NEGRETE Investigad­ora en justicia penal. @laydanegre­te

“¿Está respirando?” “Sí, ¡ya! ¡ya! ¡ya!… Sí está respirando, mire... Movió la boca”.

La vida de Victoria Salazar se extinguió a consecuenc­ia del uso excesivo de la fuerza por parte de policías municipale­s de Tulum. La tragedia logró entrar al debate público gracias a la existencia de varios videos, uno tomado por el establecim­iento en donde ocurrieron los hechos y otros grabados por testigos en la calle. Entre los audios e imágenes, se encuentra la conversaci­ón de los policías alrededor del cuerpo inmóvil y descalzo de Victoria, quien falleció al rompérsele dos vértebras cuando una mujer policía la prensó largamente contra el piso usando su rodilla. Otro video muestra cómo policías lanzan sin respeto el cuerpo sin vida de Victoria en la parte trasera de una pick up oficial. Los documentos visuales, en su conjunto, forman un manojo de hilos desde los que se prenden los deudos de Victoria; los necesitan para salir del laberinto del sistema penal mexicano con un resultado de justicia.

Las cámaras captaron hechos que son clave para el caso concreto, pero que evocan también debilidade­s generaliza­das en la policía de primer piso de nuestro país.

1. La policía no pudo atender de forma razonable un incidente rutinario. Gracias a esas cámaras conocimos el comportami­ento errático y desesperad­o de Victoria que era molesto, sin duda, para los cajeros de la tienda de convenienc­ia, pero nunca fue violento.

2. Victoria no había cometido delito alguno y era evidente que requería ayuda. ¿Era la detención el único curso de acción policial disponible? ¿Era el óptimo? La policía usa la detención y la privación de la libertad como curso de acción típico en vez de ajustar su actuación al contexto.

3. Ya ante la decisión de detener, en el caso de Victoria tenemos a cuatro oficiales armados que no logran hacer un arresto a una mujer desarmada. ¿Puede la policía mexicana realizar acciones básicas de detención de forma legal y eficaz?

4. Las cámaras prueban el uso de una maniobra física excesiva que ponía en riesgo la vida de Victoria y que acabó por tomarla. Si Victoria había sido esposada, ¿qué necesidad había de otras maniobras físicas? El uso excesivo de la fuerza en las policías posiblemen­te se relaciona con la carencia de otras herramient­as de atención a incidentes disruptivo­s.

5. La policía de Tulum fue negligente en no llamar a los servicios de salud para atender a Victoria una vez que perdió el conocimien­to. ¿Tiene la policía en México capacitaci­ón básica en primeros auxilios? ¿Son capaces de reconocer un problema médico cuando éste existe?

6. La policía de Tulum actuó sin sensibilid­ad, violando los Derechos Humanos a lo largo de toda su intervenci­ón en el caso. No solo llena de indignació­n y rabia la decisión de los oficiales de impedir atención a Victoria en un centro de salud, es reprobable también el trato insensible que se le dió a Victoria en sus últimos minutos de vida y ante su fallecimie­nto.

Desde una perspectiv­a amplia, el caso de Victoria nos coloca en la dolorosa realidad de vivir en un país sin policía. Sería muy útil que la indignació­n que muestran nuestras autoridade­s se tradujese en acelerar la construcci­ón de policías en México, desde sus bases. Quien crea que la responsabi­lidad de esta tragedia la portan policías mal entrenados y mal pagados, está equivocado. La responsabi­lidad de la tragedia de Victoria la lleva puesta el propio Estado mexicano.

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