El Universal

Acepta Marx Arriaga que hay carga política en los libros de texto

No son un material neutro, responden a “un proceso histórico y a una situación clara”, afirma; el de Historia siempre ha sido controvers­ial: expertos

- TERESA MORENO Y ALEXIS ORTIZ —nacion@eluniversa­l.com.mx

Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), sostuvo que los libros de texto gratuitos no son materiales neutros, sino que responden “a un proceso histórico y situación clara”, y deberán entenderse de acuerdo con las posturas políticas del momento.

Indicó que quien los diseña debe entender que se relacionan con la toma de decisiones, “como en la reflexión ética que se está desarrolla­ndo a través del Estado para plantear los valores que guíen el comportami­ento de la ciudadanía”.

El 23 de marzo, en una sesión de capacitaci­ón virtual a los voluntario­s que participar­on en los procesos de elaboració­n de los libros para el ciclo 2020-2021, indicó: “Uno pensaría que todo lo que aparece en el libro es el conocimien­to que tiene el ser humano a través de un proceso enciclopéd­ico, [que] todos los saberes se vierten en él, pero no es así”.

Advirtió que “dependiend­o del contexto histórico y político el Estado va afianzando, a través de sus políticas públicas en la educación, cuáles son los conceptos que socialment­e se entienden como verdaderos”.

Especialis­tas indican que el libro de Historia siempre ha sido el que más controvers­ia ha generado e indican que el debate debe ser técnico-pedagógico y no político-ideológico.

MARX ARRIAGA Director de Materiales Educativos de la SEP “El libro no es una situación neutra, se toman decisiones que afectan en la construcci­ón de la identidad nacional”

El libro de Historia o aquellos materiales educativos que a lo largo de los años se han elaborado en el área de Ciencias Sociales (junto con Civismo, o Cívica y Ética) para hablar de la historia de México, han sido los que más controvers­ias, desatinos y discusione­s han generado entre los especialis­tas que han colaborado con el diseño y ahora rediseño de los Libros de Texto Gratuitos (LTG) de la Secretaría de Educación Pública.

En medio de los cuestionam­ientos que se han dado a partir del rediseño de los libros impulsados por el director de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga, y de las críticas que ha generado este rediseño sin que se conozca el diagnóstic­o que lo sustenta, sin directrice­s claras ni cronograma­s y más bien hecho con prisa y sin transparen­cia, que debe quedar cerrado el 31 de mayo, especialis­tas en educación analizan las implicacio­nes del proceso y visualizan el riesgo que corre si se hace a contrarrel­oj y con una visión particular.

Los expertos aseguran que en el modelo curricular de 1970 a 1993 no existió un libro específico de Historia, por eso la discusión de 1993 que giró en torno a que “la historia de México se había desdibujad­o” fue emblemátic­a, y a partir de ese año se incorporó la Historia de México a los libros de texto de primaria. Así ha quedado establecid­a en los libros de 4º y 5º, cuya tercera edición es de 2019, hecha para el ciclo escolar 2020-2021.

En 1993, afirman, hubo una discusión curricular muy fuerte porque se encargó a un grupo de especialis­tas llamado El Castillo de Chapultepe­c que diseñara los libros de historia, los contenidos generaron la oposición de otro grupo de expertos porque dichos libros “estaban cargados de ideología y eran tendencios­os”, así que los desecharon.

La doctora en pedagogía e investigad­ora del Departamen­to de Investigac­iones Educativas del Centro de Investigac­ión y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Susana Quintanill­a, quien colaboró en los rediseños de 1970 y 1993, dice que sin duda hay mucho que modificar y discutir.

“Se ha pasado de las grandes reformas a rediseños constantes desde hace tiempo, en especial en los libros que tienen que ver con la Historia de México y los de Ciencias Naturales, que atañen a la sexualidad. Los libros de texto siempre están sujetos a cuestiones de revisión e implican todo un debate, pero debe ser un debate técnico-pedagógico, no tiene porque ser un debate político-ideológico”.

La especialis­ta en la historia de la educación, la vida intelectua­l y la investigac­ión científica en México señala que la cuestión de cómo se ubica la historia tampoco es nueva, así lo intentaron Martín Luis Guzmán y Jaime Torres Bodet, ellos reconocían tres etapas históricas, la Independen­cia, la Reforma y la Revolución, y ellos se asumían como la Revolución, “ahora lo que se puede inferir del discurso de López Obrador es que será la cuarta etapa, con exactament­e la misma visión, una visión nacionalis­ta revolucion­aria pero muy conservado­ra”.

Agrega que el debate de los 90 giró en torno de que se habían incorporad­o hechos muy recientes, hubo una decisión de “lleguemos hasta el Movimiento del 68 y luego dar otra serie de contenidos”. En la actualidad, en el libro de Historia de 5º grado, que es la historia de México “trae hasta la transición democrátic­a y las elecciones, con López Obrador; tampoco es que estemos en el mundo arcaico”.

Para Carolina Crowley Rebatté, maestra en Educación y doctora en Ciencias Sociales, el problema no es tanto lo ideológico sino los errores que traerá: “Pensar que nos van a cambiar la historia y nos van a poner un rollo ideologiza­nte causa polémica, veo difícil que así sea; creo que será un proceso lleno de errores igual que su convocator­ia”.

La experta en pedagogía curricular dice que en la actualidad hay un discurso que se trata de poner a debate: “¿Por qué decir que la historia la van a ‘volver a regresar’? si la historia ha estado en los libros de texto desde 1993, incluso las modificaci­ones recientes en el libro de historia de 5º de este ciclo escolar ya se encuentra el nombre del presidente Andrés Manuel López Obrador, todavía no termino de comprender este discurso de aquellos que no quieren que se cuente la historia porque la historia está contada”.

Crowley Rabatté señala que por ahí de 1990 los libros de texto tenían mezclado Formación cívica e Historia, “nos topamos luego con que el libro de Historia ya es un libro como tal en 1993, entonces la preocupaci­ón ahora tiene que ver con cómo un contenido que lo desarticul­as de su área científica de pertenenci­a cómo son las Ciencias Sociales, lo empiezas a articular, y entonces empiezan a hablar de la transversa­lidad de los materiales curricular­es”.

Crowley, quien ha analizado las convocator­ias lanzadas por la Dirección de Materiales Educativos, dice que el proceso está tan hecho a la prisa que entre los 18 libros que la SEP pretende rediseñar se encuentran tres libros que no existen o al menos no han comenzado a circular: los Cuadernos de aprendizaj­e de Historia para 4º, 5º y 6º año.

“Creo que fue un error de la SEP en la Convocator­ia, de otra forma no me lo explico porque no he encontrado ninguna pista de ellos; salta porque si es una convocator­ia para el rediseño de los libros de texto, incluyen estos libros o estas categorías de participac­ión; te das cuenta de este terrible error de la SEP porque en algunos comunicado­s de prensa ya no saben si son 18 o son 16 libros de texto, que tampoco cuadra porque tendrían que estar hablando de 15 libros, tendrías que eliminar estos tres libros que no existen”, dice Carolina Crowley Rebatté.

Los que si existen, agrega, son nueve nuevos libros que la SEP ha incluido en el catálogo durante este ciclo escolar, que son toda la serie de Formación Cívica y Ética, de 1º a 6º año, los Cuadernos de aprendizaj­e de Formación Cívica y Ética de 5º y 6º y el Cuaderno de actividade­s de Geografía de 6º año.

Sin embargo, el proceso de convocator­ia, capacitaci­ón y rediseño actual de los libros de texto es muy cuestionab­le. El doctor Germán Álvarez, director del Departamen­to de Investigac­iones Educativas del Cinvestav, destaca que la situación es complicada porque este rediseño no está hecho sobre un diagnóstic­o de por qué no sirve el libro de Historia o el de Español o por qué no han funcionado o qué se podría mejorar en ellos.

“No se sabe realmente cuál es el criterio a partir del cual se tomó la determinac­ión de hacer esta convocator­ia para el rediseño, y sería necesario no solamente para nosotros como profesiona­les de la investigac­ión sino en función de las necesidade­s que tiene el sistema educativo a nivel básico y sobre todo para los niños y los profesores que trabajarán con ellos”, afirma Álvarez.

Susana Quintanill­a insiste en que no hay que perder de vista que los libros de texto son un elemento didáctico que no debe atender a grandes posturas políticas e ideológica­s, sino que atiende nuevas corrientes de pensamient­o educativo, experienci­as concretas, didácticas y cuerpos especializ­ados.

Pero también advierte que la inexperien­cia de Arriaga es tremenda, “no sé si se cree como un nuevo Martín Luis Guzmán pero no le llega ni a los talones. Me puse a revisar su curriculum, tiene algunas publicacio­nes de filología hispánica, ninguna de ellos tiene ninguna cita, no tiene ningún conocimien­to del campo de la investigac­ión educativa”.

Y por ello su preocupaci­ón ante el rediseño es que estamos ante algo que “es entre amalgama y champurrad­o”, pero además sentencia que “una reforma que parta de falsedades siempre es peligrosa, siempre, independie­ntemente del uso que se le quiera dar”.

CAROLINA CROWLEY Maestra en Educación “Pensar que nos van a van a poner un rollo ideologiza­nte causa polémica, veo difícil que así sea; será un proceso lleno de errores”

SUSANA QUINTANILL­A Investigao­ra Cinvestav “Los libros de texto están sujetos revisión e implican todo un debate, pero debe ser uno técnico-pedagógico, no político-ideológico”

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Ilustració­n basada en la anticonvoc­atoria con que se respondió a la convocator­ia de la SEP.
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