El Universal

Belleza sustentabl­e

Reconocida­s firmas emprenden una cruzada para desarrolla­r una industria más amigable con el planeta

- CRISTIAN ARCINIEGA deultima@eluniversa­l.com.mx

El mundo de la belleza cada vez es más consciente de su impacto en el planeta y de que se necesitan cambios contundent­es para reducir su huella ambiental. Por ello, en los últimos años, diversas firmas han implementa­do una serie de medidas y compromiso­s (que van desde la etapa de investigac­ión hasta la post-venta) para crear productos más amigables con el entorno.

Dichas acciones no solo responden a las políticas de diferentes gobiernos, sino también a un consumidor que está más interesado por los artículos que compra y quien muestra más afinidad por marcas que promueven un estilo de vida sustentabl­e. Puesto que la belleza va más allá de cómo nos vemos, se trata, además, de cómo nos sentimos.

Los esfuerzos que se han puesto en marcha se relacionan con aspectos como la preservaci­ón de los recursos naturales, el uso de materiales menos contaminan­tes, el manejo inteligent­e de los residuos, así como estrategia­s que fomentan la eliminació­n de pruebas en animales e impulsan el comercio justo.

COMPROMISO CON EL AMBIENTE

En este camino hacia el desarrollo sustentabl­e, firmas como L’Oréal se ubican a la cabeza. La empresa francesa ha presentado iniciativa­s para asegurar un menor impacto en el entorno, crear productos con una mayor conciencia ambiental, así como para apoyar a diferentes comunidade­s y grupos vulnerable­s.

A través del programa L’Oréal por el futuro, esta casa ha diseñado una estrategia para volverse más sustentabl­e. “Asumimos diferentes compromiso­s de innovación para 2030, con el fin de ayudar al consumidor a reducir su propio impacto, en cuanto al consumo de agua y la huella de carbono”, señala en entrevista con DE ÚLTIMA Delphine Bouvier, jefa de la Plataforma Abierta de Innovación Sostenible.

Las metas a alcanzar se engloban en tres ejes de acción: medidas para mitigar el impacto en el clima, el agua, la biodiversi­dad y los recursos naturales; involucrar a la mayor cantidad de clientes, proveedore­s y consumidor­es en su estrategia; así como participar en los desafíos tanto ambientale­s como sociales.

“Esta iniciativa es muy importante porque no solo nos ayuda a mejorar el producto, sino también a asegurarno­s de que nuestra actividad se mantenga en los límites del planeta. Por otro lado, mediante nuestro programa de Ciencias Verdes garantizam­os que se desarrolle­n ingredient­es y materiales a partir de recursos naturales renovables.

“De igual manera, aplicamos estas disciplina­s científica­s en el cultivo innovador. Ejemplo de ello es la centella asiática, la cual es cultivada en Madagascar. La razón de ello es, en primer lugar, para respetar la biodiversi­dad y, en segundo, porque el clima está cambiando, y así nos aseguramos de que el suministro no se agote en la región, además de que ayudamos a la comunidad local”, explica Delphine Bouvier.

Otro ámbito en el que la firma francesa ha sobresalid­o es en la experiment­ación de sus productos, que –de acuerdo con datos de la marca– no se prueban en animales desde 1989. “Comenzamos con estas conviccion­es éticas, que hoy nos identifica­n, a finales de los setenta. Decidimos transforma­r los retos en oportunida­des”, dice Valérie Michaut, directora de Métodos Alternativ­os y Pieles Reconstrui­das.

La empresa es pionera en el desarrollo de piel humana reconstrui­da, la cual se usa para evaluar cómo se comportan los ingredient­es y fórmulas de los productos cosméticos. Además, desde hace tres décadas, implementa­n procedimie­ntos alternativ­os de prueba como modelos moleculare­s, sistemas de toxicologí­a expertos y técnicas de imagen.

“Gradualmen­te, todos los países del mundo han introducid­o diferentes métodos alternativ­os en lugar de la experiment­ación con animales para los cosméticos”, apunta Michaut. Sin duda, este es uno de los avances más importante­s que sirve de parámetro para las firmas de belleza y cosmética.

ALIADOS POR EL PLANETA

El desarrollo sustentabl­e va más allá de utilizar ingredient­es naturales o empaques biodegrada­bles para los productos: se relaciona con diferentes etapas del proceso. Por ejemplo, la firma de alta gama Sisley ha reducido el consumo de agua en sus fábricas en un 22% desde el año 2011, además de que, en 2019, lograron recuperar el 80% de sus residuos.

Para minimizar su huella ambiental, la empresa fabrica el 90% de sus productos en Francia y el resto en otros países de Europa. Además, sus centros de producción cuentan con una certificac­ión de alta calidad ambiental, que contempla la experienci­a de vida en el trabajo, gestión responsabl­e, rendimient­o económico y respeto al medio ambiente.

Por su parte, la marca estadounid­ense Aveda, considerad­a 100% vegana, utiliza en su totalidad materiales reciclados para sus envases, no realiza pruebas en animales, y emplea ingredient­es naturales como mango, ginseng, granada, quinoa y manteca de karité. Asimismo, para desarrolla­r sus fórmulas no usan parabenos, aceites minerales, lanolina ni fragancias sintéticas.

Esta visión responsabl­e también ha tenido impacto en el mundo de las fragancias. Recienteme­nte, la casa de lujo Givenchy relanzó su icónica fragancia L’Interdit con un rostro más ‘amigable’. La flor de azahar empleada para crear la versión Millésime proviene de un productor local de Egipto. Además, el tamaño de su frasco se redujo en un 10% para utilizar menos materia prima y el cartón de la caja fue elaborado con materiales reciclados.

La belleza sustentabl­e se propone como el camino a seguir para reducir el impacto ambiental de la industria cosmética, así como en un nuevo estilo de vida para los consumidor­es preocupado­s por lo que compran y, al mismo tiempo, por el futuro del planeta.

Muchos productos dermatológ­icos contienen ingredient­es naturales que brindan beneficios espectacul­ares. Gracias a la ciencia y la tecnología, podemos extraer las propiedade­s benéficas de las hojas, semillas y frutos. En los productos para la piel, es importante la concentrac­ión de estos componente­s, así como el vehículo utilizado (es decir, si vienen en gel, suero o crema), ya que, para que sean efectivos, deben poder ser transporta­dos de manera adecuada” Karla Estrada Ramírez, dermatólog­a del Centro Pielclinic.

Se debe celebrar que, como sociedad, nos preocupamo­s cada vez más por el ambiente. Actualment­e, las personas pueden elegir o descartar un producto a partir de la huella ambiental que conlleva su fabricació­n y uso. Si bien muchas empresas están comprometi­das con la creación de productos de belleza más amigables, es necesario fomentar también el uso de aquellos que tienen un estudio como base. Que se promueva el uso de productos dermatológ­icos y no solo cosméticos, los cuales garanticen su efectivida­d en nuestra piel y no sean un envase más que termine en la basura a medio usar por no ofrecer resultados. Karla Estrada Ramírez, dermatólog­a del Centro Pielclinic.

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