Amador Narcia
Pendenciero y bravucón, amenazador, abusivo y mentiroso se muestra quien es acusado de violar a varias mujeres y se define como “el toro sin cerca”, convertido hoy en el “buey de la barranca” al que quieren sacar, a costa de lo que sea, y mantener como candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero, a pesar de que el INE por segunda vez lo quitó.
Fue él, Félix Salgado Macedonio, quien rebajó el nivel del debate sobre su persona y su actuación en la vida pública, con sus desatinos y supuestas fechorías.
Lenguaraz, esta semana cometió el gravísimo error de evidenciarse como probablemente es en realidad.
Sin prudencia, gritoneó en un mitin frente a sus seguidores:
“Para nosotros el INE se murió. Puede ser que se reivindique el INE, pero si no se reivindican se los decimos de una vez: los vamos a hallar a los siete (los consejeros que argumentaban para sancionarlo con la cancelación de su candidatura). Los vamos a hallar, los vamos a buscar y vamos a ir a ver a Córdova.
Fue Salgado Macedonio quien rebajó el nivel del debate sobre su persona y su actuación en la vida pública.
¿No le gustaría al pueblo de México saber donde vive Lorenzo Córdova? ¿Sí, cabroncito? (…) No hay manera que nos quiten la candidatura”.
Y con una delicadeza, tan propia de él, describió así la actuación de los consejeros electorales:
“Estos señores se han zurrado y han pisoteado a la democracia en México y ahora quieren pisotear la dignidad del pueblo de Guerrero. ¡Se equivocan, con nosotros se picaron el ojo! No vamos a admitir un atropello. Y que no le rasquen los huevos al toro, porque nos van a encontrar”.
Cuando le hicieron ver qué se había equivocado intentó recular, pero el daño ya estaba hecho.
Negó que sus dichos incitaran a la violencia e insistió en que su movimiento es pacífico, que debe ser respetuoso y conducirse con serenidad.
Mario Delgado, el todavía dirigente de Morena, quien esta semana siguió mostrando lo peorcito de sí mismo, intentó defenderlo:
“En ningún momento hubo una amenaza para nadie. Ustedes conocen a Félix como es de dicharachero”.
En la “mañanera”, el presidente López Obrador demostró una vez más que es amigo de sus amigos.
Arremetió contra el INE y los consejeros electorales que sancionaron a Salgado Macedonio. Calificó su decisión como un atentado contra la democracia y defendió su derecho a ser votado. Dijo que el Tribunal Electoral tomaría la decisión final pero que el pueblo de Guerrero decidiría el futuro de Félix: “¿Por qué impedir que el pueblo sea el que decida? Sin son malos ciudadanos, ¿qué? ¿no puede el pueblo calificarlos, reprobarlos o elegirlos? (…) Que haya debate pero que no haya insultos ni violencia”.
Félix Salgado Macedonio es hoy un animal herido, se ve difícil que cumpla esa premisa.
Ayer, viernes, recibí la segunda dosis de la vacuna de Pfizer contra Covid-19. Como cuando me aplicaron la primera, todo salió bien. Tras el escándalo de hace unas semanas, me cercioré qué me inyectaran correctamente.
Tuve tiempo para reposar mi opinión así que no es apresurada: realmente ha sido un gran trabajo de Claudia Sheinbaum.
Los contratiempos que ocurrieron cuando inició la vacunación en la capital, fueron corregidos y superados. Ya no es tema que pedían la credencial de elector y le tomaban foto los “Servidores de la Nación”, a quienes se les dieron nuevas instrucciones y realmente lo han sido.
Valga el reconocimiento a la Jefa de Gobierno que, indiscutiblemente, lleva mano en la sucesión presidencial, si es que en efecto quien hoy gobierna se va en el ‘24 a su rancho.