Afición inglesa fuerza a sus clubes a recular
Se manifiestan contra proyecto de los “12 poderosos”, lo que termina en la renuncia del Chelsea y luego de los equipos británicos restantes
El aficionado inglés y su profundo arraigo por la competición y el futbol doméstico mató a la Superliga. Fue el hombre de a pie el que se alzó en las murallas de Stamford Bridge contra la competición faraónica y el que consiguió que los seis equipos ingleses, miembros fundadores del club de los 12, anunciaran su abandono del proyecto y pidieran perdón.
Todo comenzó a media tarde en las cercanías del barrio londinense de Fulham, donde lo que iba a ser un partido más entre el Chelsea y el Brighton, con la cuarta plaza y el descenso en juego, se convirtió en la imagen que derrotó a la Superliga. Unos mil aficionados del Chelsea se manifestaron contra la decisión de su club de unirse al faraónico proyecto, lo que desencadenó la filtración de que el equipo londinense iba a dar marcha atrás.
Los Blues iniciaban los procedimientos legales para apartarse de la iniciativa. No tardó en responder el Manchester City, que viendo el clamor popular, se unía a la filtración del Chelsea.
Con un escueto comunicado anunciaba su adiós a la Superliga. “El Manchester City puede confirmar que ha iniciado formalmente los procedimientos para abandonar el grupo”.
Era el pistoletazo de salida que daba alas al resto. Era cuestión de tiempo que todos se unieran y la catarata de comunicados confirmó el derrumbe de la Superliga. “El Liverpool puede confirmar que nuestra participación en la propuesta para formar una Superliga Europea no continuará”.
Siguieron el Arsenal y el Tottenham.
“No participaremos en la Superliga europea. Hemos escuchado cuidadosamente la reacción de nuestros aficionados, del Gobierno del Reino Unido y de otros entes”, apuntó el Manchester United.
Ante esto, desde España vino una explicación. Según el periódico Mundo Deportivo reportó que la UEFA “ofreció una suma importante de dinero” por dejar la Superliga.
ALEKSANDER CEFERIN Presidente de la UEFA “Hace falta valor para admitir un error, pero nunca he dudado de que tuvieran la capacidad para tomar esa decisión”