La mitad más uno lo agradece y lo celebra
Su personalidad dista mucho de la de un rey; conciliador, gentil, educado, recto, trabajador, creyente, conocedor, un caballero en toda la extensión de la palabra. Su trayectoria lo avala como uno de los técnicos con más títulos en la historia del futbol mexicano, con una idea propia capaz de hacer campeón al León apenas en su segundo año como entrenador en Primera División, darle su único título de Liga a los desaparecidos Tecos, ser artífice del tercer campeonato de Pachuca, meter a Rayados en la conversación nacional en dos ocasiones y hacerlos internacionales con sus tres Concachampions.
Conquistó una tercia de Copas con Tigres, Cruz Azul y Gallos Blancos, el trofeo más importante en la historia de La Corregidora.
A donde ha ido, ha impuesto su autoridad dando respeto y exigiendo respeto, poco importaba si enfrente estaba Ronaldinho, Chupete Suazo o un novato con mucha personalidad como JJ Macías, siempre dejó claro que mandaba el entrenador y que el compromiso con el trabajo era innegociable. Aterrizó en Guadalajara y siguió la estrategia que recita su primer mandamiento: partir de un orden defensivo colgando religiosamente el cero en portería, llegó para sumar puntos y en cuanto encontró su mejor funcionamiento colectivo eliminó al América en Liguilla, se topó con el campeón y hasta ahí llegó la ilusión.
Con pretemporada en tiempo y forma de Cancún a Verde Valle, la nueva era lucía alentadora, pero fue fiel y regresó a su creencia original; claramente se equivocó. Su equipo dejó de proponer y volvió a especular, se enfermó de “empatitis” hasta que ya no pudo más, situación in extremis que lo obligó a dar libertades para volver a los orígenes y regresar a las bases, dejando atrás esa postura que, aunque es ganadora, no deja de ser conservadora; siete canteranos identificados con la camiseta que llevan puesta en el once titular, un estilo alegre, dinámico y valiente frente a Monterrey que dio vida cuando Víctor Manuel Vucetich entendió que la identidad, naturaleza, idiosincrasia y personalidad de la institución a la que hoy representa es mucho más grande que su idea. Chivas recuperó su esencia, está de vuelta y aunque a algunos les incomoda y hasta les molesta, previo al clásico tapatío “la mitad más uno” en el país lo agradece y lo celebra.
Víctor Manuel Vucetich volvió a los orígenes y dejó atrás esa postura conservadora; Chivas recuperó su esencia