El castigo para Morena
“Nadie puede ser sensato con el estómago vacío” George Eliot.
Los consumidores del círculo rojo nacional parecemos embelesados, obsesionados y perdidos con debates ideológicos de largo aliento, con profundas reflexiones que destrozamos, aderezamos o alabamos pensando que tenemos un público más allá de nosotros que se halla expectante a nuestra opinión.
Sin embargo, nos hemos convertido en algo parecido a los poetas que solo se leen entre sí, con la desventaja de que la estética casi nunca juega de nuestro lado y de que la prosa parece limitar aún más nuestra creatividad frente al reto literario de los versos.
Seamos francos, fuera de nuestra pequeña burbuja las preocupaciones de la sociedad mexicana son, más bien, unas mucho menos espirituosas pero sí más urgentes: pagar la renta, encontrar la chamba perdida aunque pague menos o estirar el gasto para llegar al fin de la quincena, porque, realmente, las bribonerías de Morena con sus “juanitos” o los dislates mañaneros del presidente que cada vez se asemeja más a una caricatura totalitaria están fuera de las verdaderas charlas de la sociedad.
Mientras que el círculo rojo se debate en nimiedades, hay una sociedad urgida de propuestas y soluciones, hastiada de idioteces que no llevan a ninguna parte y que no resuelven su legítima urgencia.
El mensaje que la sociedad dará el próximo junio será triste y desesperado, sí, quizás un voto
Temo que la irrelevante oposición va terminar mareada en un ladrillo, se bañará de gloria con pírricas victorias que no la llevarán a buen puerto