Star Wars: su mercado de juguetes, explicado por coleccionista
Adultos que fueron niños en los 70 y 80, por nostalgia compran figuras en miles de pesos. Los nuevos productos generan fans ávidos de coleccionables
Hace mucho tiempo, en una galaxia no muy lejana: era 1977, año del estreno de la primera película de Star Wars y el nacimiento de una franquicia de millones de dólares que maravilló a un público juvenil que ahora es adulto.
Luego de la trilogía original, en más de tres décadas han surgido otras dos trilogías, así como historietas y libros (universo expandido) y hasta series.
Parte importante de esos productos de entretenimiento han sido los juguetes.
“Esa es la principal causa de que te vuelvas coleccionista: volver a tener lo que tuviste en algún momento dado en tu infancia”, explica Jafet Azmitia, quien posee más de 5 mil figuras y que muestra su colección en Instagram: @jaffcollector y Facebook: Jafetac-Swcoleccion.
El abogado, de 46 años, reconoce que “todo se resume al gusto o al amor por una película, una caricatura”, además de que “los niños de mi edad no teníamos eso de ‘voy a ser coleccionista’, sino que acumulabas los objetos o los guardabas por el gusto que le tenías”.
Azmitia recuerda que “antes eras el nerd que no debería estar comprando cómics de superhéroes, tenías que estar tomando en fiestas tu cerveza (lo que tenías que hacer de joven) o de adulto atendiendo a tu familia, no comprando juguetitos”.
Actualmente, “ya hay Facebook y algunos de nosotros, que hacemos videos o salimos en canales de YouTube, incluso hasta somos admirados por el grado de coleccionables que tenemos”.
Y es que como adulto con poder adquisitivo, el internet y las redes sociales le han facilitado a Jafet el proceso de adquirir todo lo que no pudo en su niñez, pero no es el único, pues hay un mercado ávido.
El costo de la nostalgia
Los precios por juguetes antiguos de Star Wars son altos, sobre todo si son los producidos por la desaparecida marca mexicana Lili Ledy, que en los 70 contaba con la licencia para fabricar figuras de la saga.
“Bib Fortuna [personaje de El Retorno del Jedi] es muy buscado por los coleccionistas y llega a alcanzar precios de 25 mil a 30 mil pesos abierto, ¡ni siquiera en su empaque!, porque es muy difícil encontrarlo”, comparte Jafet.
“Hay figuras vintage carísimas, porque son muy difíciles de encontrar, por ejemplo, las Lili Ledy en México, que fueron muy comunes o más comunes que en Estados Unidos.
“Al ser piezas raras en el país vecino, son más buscadas, entonces pagan más, lo que ha hecho que suban mucho de precio”, expone el coleccionista.
Pone otro ejemplo: las variaciones. “Una variación es la misma figura, pero trae un detalle diferente de color, de plástico, de pintura, de molde. En la línea vintage hay demasiadas variaciones porque cada licenciatario hacía sus propios moldes y entonces salían diferentes”.
También, en la nostalgia cabe el deseo de conocer a los héroes de la infancia. Jafet presume, por ejemplo, su fotografía con Mark Hamill, el actor que da vida a Luke Skywalker, personaje emblemático de la saga.
En 2015, se pagó el viaje a Estados Unidos para asistir a una convención en la que “me cobraron 125 dólares más impuestos por la foto [unos 2 mil 500 pesos mexicanos] y 125 más por la firma [más de 5 mil pesos en total].
“Fue muy padre, me puse nervioso y pues lo único que me acuerdo que le dije fue que, a pesar de que me había tardado tantos años, por fin hacía mi sueño realidad. Mark se rió, me dio un abrazo y a la hora de tomarnos la foto me dijo: ‘Haz así como usando la fuerza’ y fue así de ¡wow!”, recuerda Azmitia.
Con la misma receta, Jafet ha conocido también a Ian McDiarmid (Palpatine), la fallecida Carrie Fisher (Princesa Leia) y otros actores más.
Los nuevos coleccionistas
Para 1999 se estrenó Episodio I La amenaza fantasma, el inicio de una nueva trilogía, y con ella llegó una nueva generación lista por comprar coleccionables, ahora con estándares más exigentes. “De lo nuevo hay piezas también muy caras, las recientes de Hot Toys, que son piezas muy elaboradas con gran nivel de detalle”, cuenta Jafet.
Después de unos años se dejan de producir y llegan a alcanzar precios de hasta 40 mil pesos.
“Ahí separamos lo vintage de lo nuevo. Digámoslo así, en los dos mundos hay figuras muy caras, por ejemplo el set que tengo aquí de la Estrella de la Muerte ahorita vale entre 40 mil y 50 mil pesos, y es de 2011, exclusivo de una Comic-Con [Convención Comics de San Diego]”, dice.
En 2012, Disney Company compró Lucasfilm para la producción de una nueva trilogía, spin- offs y series. Los episodios VII, VIII y IX recibieron opiniones muy diversas, pero The Mandalorian reivindicó a los viejos fans y atrajo a nuevos.
“Si llega a más personas está bien, a mí no me desagrada que, por ejemplo, el Baby Yoda sea muy famoso, es un personaje que nos gustó, trascendió más allá del fandom de Star Wars y, en lo particular, está bien”, externa.
Para 2021, se esperan decenas de nuevos proyectos para la franquicia, lo que califica el entrevistado como “una época dorada”.
Apenas este 4 de mayo —Día de Star Wars— se estrena la serie animada The Bad Batch, en Disney Plus.
“No dudo que cuando empiecen a lanzarse las series empiecen a sacar más figuras y a lo mejor habrá gente que no compre todo o que compre una que otra, pero habrá mucho en el mercado para escoger, pues es un negocio. A fin de cuentas, para las empresas, es un producto que nos gusta consumir”, refiere Jafet.
Considera que “el fanatismo ahorita está en eso, en la época dorada, y además el coleccionismo creo que va de la mano con eso, lo está haciendo más popular, más gente colecciona, esto hace que sea negocio”.
¿Juguetes como inversión?
Con precios que suben a través del tiempo, hay coleccionistas que apuestan por los juguetes de Star Wars como una inversión, pero Jafet advierte que “es una inversión muy arriesgada”.
Recuerda el caso de un Boba Fett prototipo de seis pulgadas, cuyo precio de salida era de 400 pesos y no se vendía en México. “Lo más barato era de mil 500 pesos a mil 800, pero un año después la trajo Walmart y lo encontrabas en 300”, recuerda.
Recomienda: “Si quieres invertir, no lo hagas en figuras, compra oro, propiedades, pero figuras no, esto para mí es un gusto y si algún día llega a ser una inversión, pues qué bueno”.
También habla de los revendedores, que acaparan el producto en tiendas y lo agotan: “Lo que no nos gusta a los coleccionistas es que una figura de 500 pesos te la estén vendiendo en mil 500”.
Aunque en tiempos de pandemia admite haber recurrido a ellos “porque si la figura cuesta 500 pesos y un revendedor me la da en 600, no tengo que salir a buscarla a cinco centros comerciales, no tienes que gastar en gasolina y pagar el estacionamiento, me evito la vuelta”. La cuarentena, además, “ha acentuado las ventas en línea y hace no mucho empezaron las preventas”.
Jafet admite que se las ha podido ingeniar para conseguir sus figuras. “Me gusta tener todo”, dice, aunque en su casa ya se la dificulta apilar tanto empaque. “Mi verdadera preocupación, es el espacio”, asegura.
JAFET AZMITIA Coleccionista “El fanatismo ahorita está en la época dorada (...) el coleccionismo va de la mano con eso, lo está haciendo más popular, más gente colecciona, esto hace que sea negocio”
“No dudo que cuando empiecen a lanzarse las series empiecen a sacar más figuras (...) habrá mucho en el mercado para escoger, pues es un negocio. A fin de cuentas, para las empresas, es un producto que nos gusta consumir”