Sin contratos pero buscan reinventarse
La pandemia acabó con muchas opciones de los profesionales de la música; aún así han ideado propuestas desde espacios virtuales o domésticos, y plantean ideas a instituciones
dientes porque los teatros y salas de conciertos están cerrados, si a ello sumamos que muchos también trabajan en restaurantes, bares, iglesias y conciertos privados, pues las cosas empeoran. En este momento, ¿quién contrata a un músico o cantante para amenizar? Nadie o muy pocos. Me enteré de una música que, buscando alternativas de supervivencia, se metió a onlyfans. No es un caso aislado. Algunas y me contaron que las borraron de sus contactos porque se enfrentaron a la estigmatización”.
Mercado refiere otro fenómeno, el pudor de los profesionales para dar a conocer que su situación económica es crítica. “En muchos músicos existe la idea de que no pueden decir que se dedican a otra cosa como dar clases de idiomas o que la pasan mal porque creen que les resta glamour, sé de varios casos así y es muy triste”, dice.
En enero, Música UNAM lanzó una serie de convocatorias, una de fue para intérpretes, se postularon más de 350 y 69 fueron elegidos; la de compositores recibió más de 450 postulaciones y se seleccionaron 34. José Wolffer, titular de la esa dirección universitaria, dijo en su momento: “La respuesta fue muy nutrida y eso nos indica, claramente, que la gente está buscando un ingreso ante la situación tan crítica que se vive”.
Analí Sánchez Neri fue de las compositoras seleccionadas en esa convocatoria; también se dedica al teatro musical, donde ha trabajado como directora musical. “Me he dedicado a escribir, pero también hago arreglos y transcripciones, en ese sentido no me ha ido mal porque el trabajo no ha parado. Pero todo lo que tiene que ver con lo performático sí le ha ido mal. Es verdad que existe una virtualidad que nos ha permitido hacer proyectos y enlazarnos con músicos de otras regiones, pero en términos generales lo laboral está paralizado. A los músicos de escena, si bien ha habido proyectos en streaming, les ha ido mal”.
Sánchez Neri, quien da dirección vocal en el Tecnológico de Monterrey, también advierte que hubo una sobreoferta en línea, y que un año después sólo sobreviven aquellos que pudieron adquirir herramientas tecnológicas y que ofrecen proyectos creativos. “La mudanza a lo virtual ha sido muy complicada, que ensaye un ensamble a distancia es prácticamente imposible. Lo que sí hemos hecho es aprender a grabar y editar. Yo sólo he tenido un proyecto en streaming en todo este tiempo. Lo presencial no tiene fecha próxima. Ahora en lo que estamos es en búsqueda de becas y convocatorias, el problema es que somos demasiados”, lamenta.
Rodrigo Garibay López es clarinetista y saxofonista, ha colaborado con orquestas como la Filarmónica de la UNAM y la Filarmónica de la CDMX, y ha realizado grabaciones y compuesto música para cine. La pandemia, cuenta, lo llevó a profesionalizarse en otras áreas para poder seguir trabajando. “Soy músico independiente y sí me ha afectado, no puedo tocar, pero me he dedicado a campos que no han parado como la música para cine, pude colaborar con compositores. Muchos hemos podido hacernos de pequeños estudios para hacer grabaciones que nos solicitan. Necesitaba ampliar mi campo de acción y por eso tuve que aprender producción e ingeniería en sonido”, cuenta.
Arturo Martínez Zanabria, compositor y guitarrista, que acaba de ganar el Premio Nacional de Composición Orquestal “Raíces” 2020, dice: “Todo lo presencial está parado, hay obras que no sé cuándo podrán ser estrenadas y eso genera una gran incertidumbre. Sin embargo, encontré en lo virtual una oportunidad para hacer proyectos, es como si se hubiera descentralizado la música, estoy en contacto con músicos que en otro momento habría sido muy difícil”.
Sylvia Rittner es directora de la compañía Arpegio Producciones, dedicada a la ópera, especialmente para niños. “Tuvimos que suspender nuestro trabajo y no hay en este momento una fecha probable de retorno, nosotros no nos propusimos mudarnos a lo virtual porque los niños ya están en las pantallas para su educación, no queremos saturarlos. Pero también suspendí los festivales que hacía en Baja California, así como las presentaciones en el Teatro de la Ciudad La Paz, que yo dirijo”, dice.
¿Qué hacer frente a esta realidad? Rittner, propone: “Promover los conciertos en redes en formatos híbridos, en teatros con aforo reducido, necesitamos dar trabajo a los músicos independientes, abrir los espacios y ofrecerles los insumos de producción para que puedan trabajar. La infraestructura institucional se tiene que poner al servicio de los independientes. Los artistas no sólo necesitan becas, necesitan trabajar”.