La inquebrantable Liguilla
Seamos serios por un momento. Ayudemos a comprender que no es ma... que la Liguilla es emocionante y que tampoco es el sistema más justo que existe.
Es más, si buscáramos seriedad, seguro ya se hubiera regresado al torneo largo y estilo europeo de puntos para premiar al mejor club semana a semana y no al que juegue bien un mes, para coronar la Fiesta Grande.
Pero lo que no puedo seguir permitiendo es que se envenene a un sistema novedoso, un sistema que en Estados Unidos es un éxito y que justo ahí no fomenta la mediocridad, sino la competencia y cultura que deben existir para luchar en cada juego por ser el mejor.
Es decir, fomentar la narrativa de la competencia en los récords, los logros, los goleadores, los minutos sin anotaciones, los puntos obtenidos (eso sí, sin engañar como el Ame, que se aventó la puntada de comparar un torneo de 17 fechas con uno de 19, para decirse como les gusta: “El más grande”).
En pocas palabras, enaltecer la competencia, el día a día. No guardarse nada, dosificar, administrar recursos. Urge que entendamos que sumar un punto no sirve para el orgullo del aficionado, pero que debería frustrar al jugador y al DT.
No fomentarlo, ni aplaudirlo.
De ahí que hablar o escribir con la misma cantaleta de hace 50 años sobre que la Liguilla fomenta la mediocridad, ya me cansó. Ojalá tengamos la oportunidad de darle la vuelta, de entender que el sistema de competencia es emocionante y que, para que sea de calidad, depende de cada activo para que luche no sólo por el lugar 12, sino por ser el mejor semana a semana.
Así, seguro —además de emociones por un sistema— tendríamos un futbol que sea una maravilla para todos y por fin dejar atrás un debate estéril, sin sentido, ya que los dueños están felices con el repechaje, con los juegos de más y la afición gozará —sin duda— la eliminación a un juego. De ahí la Fiesta Grande, como le dicen, y cerrar festejando un título igual de vigoroso si terminaste en primer lugar o en el noveno sitio.
Lo que urge cambiar no es el sistema, es la cultura deportiva. ¡Bienvenidos, bienvenidos! A la inquebrantable Liguilla de nuestra amada Liga MX. •
Lo que no puedo seguir permitiendo es que se envenene a un sistema novedoso, un sistema que en Estados Unidos es un éxito