Rompen el mito de la maternidad
Esther Vivas, Jazmina Barrera, Ana Casas Broda y Sara Escobar reflexionan sobre ser madre en el siglo XXI, la urgencia de políticas públicas para la crianza y cuidado de los hijos, y la necesidad de que el feminismo abandere ese lucha
Escritoras y artistas dejan de ver la experiencia de dar vida como el eje de la identidad femenina y buscan desromantizar la idea de la madre abnegada y sacrificada.
La maternidad no es como la pintan e idealizan. A lo largo de la historia se ha exaltado esa función, ser madre se convirtió en el eje de la identidad femenina, por eso en los años 60 y 70 las feministas se rebelaron contra ese rol, y también por eso hoy en día, las mujeres feministas que han decidido ser madres luchan por visibilizar los tabús que hay a su alrededor y pelean por una maternidad que sea reponsabilidad colectiva y batalla del movimiento feminista.
En los últimos años e impulsadas por el feminismo que, aseguran, debe incluir a la maternidad porque alrededor del mito materno creado por el patriarcado hay una serie de violencias que la sociedad ha normalizado históricamente, escritoras y artistas como Esther Vivas, Jazmina Barrera, Ana Casas Broda y Sara Escobar, en el marco del Día de la Madre, reflexionan y analizan la maternidad, la crianza y el cuidado de los hijos.
Acabar con el mito de la madre perfecta y sacrificada, pero también romper con el ideal que priva hoy de la superwoman, la madre capaz de compaginar trabajo, crianza y belleza, desde la literatura y el arte, escritoras y artistas han hecho de la maternidad su tema y visibilizado una tarea que aún se cree doméstica, íntima y preestablecida, y aspiran a la toma de conciencia de que gestar, parir, lactar y criar es una responsabilidad colectiva en el marco de un proyecto social emancipador, como afirma Esther Vivas.
La socióloga, escritora y pertiodista española, quien en su libro Mamá desobediente. Una mirada feminista a la maternidad (Ediciones Godot, 2021) plantea una perspectiva distinta sobre ser madre, lejos del ideal romántico y cerca de acabar con los tabús que se ocultan como la infertilidad, el dolor por la muerte gestacional, la depresión postparto y la violencia obstétrica.
“A las mujeres se nos ha impuesto un determinado ideal de buena madre, de madre sacrificada y abnegada; en ese ideal la figura de la mujer desaparece, no tenemos vida propia”, asegura Vivas y señala que debemos reivindicar hablar de la experiencia materna con sus luces pero también y sobre todo en relación con sus sombras.
A las madres no se permite hablar de todas las sombras que rodean a la experiencia materna porque hacerlo es reconocer que socialmente somos malas madres, y éste es el discurso que Vivas pone en cuestión porque nos genera culpa y malestar a las mujeres con la propia experiencia materna.
La feminista y ecologista que parte de su propia experiencia como madre, asegura que gracias a la lucha de las antecesoras feministas, las mujeres de hoy han podido escoger si ser madres o no, “esto nos permite mirar a la maternidad con menos prejuicios y distinguir entre lo que es el mandato patriarcal impuesto de la maternidad, de lo que es la experiencia libremente elegida”.
La escritora y editora mexicana Jazmina Barrera asegura que “desromantizar la maternidad y desde la literatura visibilizar la parte oscura de la maternidad es muy importante porque dentro de la ideología patriarcal alrededor de los estereotipos de las madres, la madre se construye como un ser que desde su instinto y su naturaleza está hecha para ser madre”, afirma.
La autora del libro Linea nigra (Almadía, 2020), reconoce que persiste la idea de que maternidad como el lugar en el que la mujer se realiza y por ser así es algo que ella debe disfrutar, es algo que ya debe estar capacitada naturalmente para hacer y es algo que debe hacer con entrega y sacrificio total y que no requiere la ayuda de nadie.
“Es muy fácil para el Estado, para las parejas, para el resto de la sociedad lavarse las manos y depositar la responsabilidad entera de la crianza en las madres cuando se ve como algo tan natural, algo tan maravilloso, algo tan luminoso y tan fácil. Visibilizar todos los problemas que trae la maternidad es una forma de exigir una crianza colectiva, compartida, que es la forma de tener maternidades gozosas, de tener maternidades libres, plenas y elegidas”, afirma Barrera.
La fotógrafa y documentalista mexicana Sara Escobar, quien ha desarrollado un par de proyectos sobre el parto en casa y las parteras (uno de ellos apoyado por National Geographic), reconoce que el feminismo ha venido “a replantearnos y cuestionarnos desde dónde estamos tomando decisiones tan trascendentales y tan importantes como el hecho de ser mamá que era como una cosa natural, pero que trae consigo una serie de violencias.
“En generaciones previas no teníamos opción, todo era ser mamá, ¿para cuándo? no te preguntan si eres feliz o si necesitas algo, más bien cuándo vas a parir pues te creen una máquina de bebés. Muchas parteras ya dicen: ‘soy partera feminista’, eso también ayuda un montón porque es justo intentar deconstruir de dónde vienen un montón de imposiciones y hábitos que traemos de pronto bien asumidos con la maternidad, que es un trabajo inmenso y súper abandonado socialmente, es una obligación ser buena mamá, porque a las mamás que abandonan o que no crían ‘correctamente’ se les cuestiona”, afirma Escobar.
La artista visual y editora española-mexicana Ana Casas Broda, dice que la maternidad ha sido siempre un tema complejo considerado entre una “experiencia normal, cotidiana” o tabú.
“Había trabajado el tema de la maternidad en el libro y exposición Álbum publicado en 2000, desde mi lugar en las cuatro generaciones de mujeres de mi familia”, dice Casas, y entre 2006 y 2012 trabajó Kinderwunsch, un libro sobre su experiencia con la maternidad. La artista que dirige Hydra Editorial, afirma que el libro le planteó una toma de postura frente a la maternidad, y “apunta a la urgencia de comprender la necesidad de dar visibilidad a la dificultad para las mujeres de vivir su maternidad y seguir teniendo un rol activo en el campo laboral”.
ESTHER VIVAS Escritora “A las mujeres se nos ha impuesto un determinado ideal de buena madre, de madre sacrificada y abnegada; en ese ideal la figura de la mujer desaparece”
Exigencias
La maternidad trae consigo no sólo claroscuros, las escritoras y artistas coinciden en que esta experiencia debe de estar acompañada de derechos para vivirla libres de violencia y abuso. Desde el derecho a decidir sobre la maternidad hasta vivirla como responsabilidad colectiva y que es necesario que se reivindique desde el feminismo.
“Si no es desde el feminismo que defiende el parto respetado, acabar con la violencia obstétrica, unas licencias de maternidad más amplias, yo me pregunto ¿quién lo va a hacer? Si el feminismo no defiende los derechos de las madres deja en el camino a millones de mujeres que tenemos hijos”, dice Vivas.
Para Jazmina Barrera las batallas feministas no tiene que ver con considerar a las madres seres humanos que necesitan ayuda en la crianza, con arroparlas en una red que les ayude a tener una crianza colectiva que es la forma en que ellas pueden desarrollarse en otros aspectos de su vida.
“Implica por ejemplo luchar por un sistema nacional de cuidados, exigir licencias de maternidad más amplias, exigir licencias de paternidad equivalentes a las de las madres e igual de amplias; hay otras políticas públicas: pelear por jornadas de trabajo reducidas que permitan tanto a madres, padres y cuidadores tener tiempo para el cuidado y la crianza, todas estas son batallas feministas, tienen que serlo porque tienen que ver con la autonomía de las mujeres que son en quienes recaen los trabajos de cuidados y de crianza, tiene que ver con la libertad de las mujeres y su felicidad; todo esto son problemas fundamentales del feminismo”, asegura Barrera.
JAZMINA BARRERA Escritora y editora “Visibilizar los problemas que trae la maternidad es una forma de exigir una crianza colectiva, compartida”