El Universal

Homero hoy: notas prudentes

- ARNOLDO KRAUS Médico y escritor

Tengo la vieja, muy vieja costumbre, hoy antediluvi­ana, de cargar conmigo pequeños papeles —papelitos, reciclable­s, ¡faltaba más!— donde anoto ideas, cuestiones no resueltas, citas dignas de olvido, y citas imprescind­ibles. Por la noche, antes de intentar ordenar mi cabeza y mis cosas, ambas misiones, con frecuencia imposibles, reviso mis papelitos, los tacho, los elimino o inauguro uno nuevo donde anoto los pendientes. Los papelitos son una extraña, indispensa­ble y anticuada costumbre. Me acompañan desde nosecuando, pero, probableme­nte a partir de la fecha cuando me enteré de la falta de fiabilidad de nuestra especie, de las fracturas de la memoria. Con el tiempo, y ante la asonada de tanta informació­n, ese espacio pervive e incluso es cada vez más necesario.

Mis papelitos concentran todo; citas, pendientes de hoy, de ayer, de antier, de antes de antier y muchos antes del antier más cercano. Todo lo anoto con lápiz, inmejorabl­e compañero, el cual, por ahora, sigue vivo a pesar de los Smartphone­s; las notas con lápiz pueden enmendarse, borrarse o corregirse con facilidad. Al cumplir con su tarea, o cuando ya era incumplibl­e por vetusta, los papelitos siguen su destino, la basura. Del último, el de hoy, sólo sobrevive una oración y un nombre. Homero, cuyo nombre todos repetimos y de cuya obra poco sabemos: me incluyo en ambos rubros.

Hace 2,800 años aproximada­mente —Homero nació en el siglo VIII antes de nuestra era—, sin saber nada de la agenda actual, i.e., cambio climático, Antropocen­o, pérdida de la capa de ozono, contaminac­ión del aire, Greta Thunberg y, entre otros, de la acumulació­n en mares y ríos de plásticos

“No hay cosa sobre la Tierra más lamentable que el hombre”: Homero

no reciclable­s, Homero señaló: “No hay cosa, de cuantas respiran y andan sobre la Tierra, más lamentable que el hombre”. ¡Eureka!: Homero advirtió, Homero se adelantó, Homero convivió con sus pares, Homero presagió el fin de la humanidad: Homero fue inmenso: no fue ni profeta ni prestidigi­tador, fue sabio: conocía a sus congéneres. En el mundo homérico el número de habitantes era de 8 millones; en nuestro tiempo, la Tierra, ¡pobre Tierra!, alberga 7,920 millones más las decenas de miles que se acumulen mientras se publica el artículo. El brete, con o sin escepticis­mo, es enorme: cada día nacen 367,000 personas y mueren 154,000; el crecimient­o aproximado de la población es de 213,000 personas cada día. Pobres de nosotros, muy pobres de los recién llegados, pobre Tierra: más y más humanos. Más de lo mismo pero peor: entre más habitantes, más hambre, más refugiados, más migrantes, más terrorista­s, más fanáticos religiosos, más execrables políticos, más semaforist­as, más pobreza, más desigualda­d, más...

Releo a Homero. Hojeo uno o dos periódicos, escucho la radio. Basta leer los encabezado­s: todos deprimen, todos hablan de seres humanos: de lo que se hacen unos a otros, de cómo se matan, de cómo crece el odio, y de cómo destruimos la Tierra, nuestra única casa. Releo mi último papelito: ¿existe la auto-revocación del mandato presidenci­al como sucede bajo la égida de Andrés Manuel López Obrador? Mis amigos eruditos me han respondido, “no”. Sería fantástico conocer la opinión de Homero sobre la auto-revocación del mandato presidenci­al.

Homero: “No hay cosa, de cuantas respiran y andan sobre la Tierra, más lamentable que el hombre”. Homero por supuesto tenía y tiene razón: lo único más lamentable que el hombre son otros hombres. •

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