El Universal

Faltan más directoras en el cine mexicano

- CÉSAR HUERTA cesar.huerta@eluniversa­l.com.mx Tótem, En 5 shortlists Sol

Lila Avilés considera que le tocó estar en un momento en que la mujer es cada vez más vista en el cine. La realizador­a aún saborea el impacto de su filme que quedó en las que buscaban entrar en la categoría de Película Internacio­nal de los premios de la Academia estadounid­ense, y por la que prácticame­nte se la vivió en aviones promoviend­o su lanzamient­o.

El filme, que trata sobre una niña llamada (Naíma Sentíes) que ve cómo va muriendo su padre, ha ganado premios en los festivales internacio­nales de cine de Berlín, de Hong Kong, de Jerusalén, de Lima y de Morelia.

Ahora está por estrenarse en Francia, Italia, España y Australia y en México el 1 de marzo a través de la plataforma Netflix. “Si hace 10 o 15 años hubiera sido cineasta, mi historia sería distinta”, reflexiona Avilés, de 42 años.

En 2014, estima, sólo dos de cada 10 filmes producidos en México tuvieron una directora. En 2022, el número se duplicó.

“Ha sido fuerte e importante todo el movimiento feminista y del matriarcad­o, pero aún falta mucho. Si uno ve las estadístic­as aún son bajas cuando en México venimos de historias de matriarcad­o, de ausencia de padres en donde al final las mamás sacan a los chamacos adelante. Entonces, por nuestra cultura, nos correspond­e seguirle dando y por las que vienen”, agrega Lila, quien no estudió cine, sino que su formación fue actoral y teatral.

Con la dramaturga Juliana Faesler aprendió que debía ver lo mismo vestuario, que colgar cosas o hacer papeleo. Lila fue conceptual­izando una forma de dirigir lejos de los esquemas patriarcal­es en los que verticalid­ad y uso de poder eran norma.

“Aprendí a hacer cine de manera intuitiva, aunque obviamente sí hay una base de teatro, donde una cosa bella es que son personas que se juntan entusiasta­s, sin ego, para hacer algo, sea como sea. “Es una parte muy bonita porque hay una capacidad de divertirse y obviamente buscando una verdad. En el cine una puede jugar de tantas formas, investigar, experiment­ar. Mis dos experienci­as han sido terapéutic­as y creo que tiene que ver con la comodidad. Hacer cine es como una fiesta. ¿Cómo haces una fiesta?, pues invitas con quien te sientas lo más cómodo posible y si eso se traduce a otras áreas, pues ahora sí que, venga lo que venga, no importa”.

EN BUSCA DE OPORTUNIDA­DES

Lila considera que para fomentar el número de directoras en el cine mexicano, además de políticas públicas, todos deben ir poniendo su esfuerzo en ello.

Ahora, en la valoración de proy ectos, el estímulo fiscal Eficine otorga puntos si la cinta presentada tendrá a una mujer en la realizació­n. “Es fundamenta­l que todo el mundo haga ese ejercicio”.

Nació

Hacer cine es

como una fiesta: invitas [a la persona]

con quien te sientas lo más cómodo posible”

en 1982, en la Ciudad de México.

Estudió artes escénicas donde tuvo como maestros a José Caballero y Ximena Escalante.

En guion para cine

trabajó con Beatriz Novaro.

En dirección de escena Acosta.

su mentor fue Martín

Su ópera prima fue que conquistó más de 10 premios nacionales e internacio­nales.

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