El Universal

Y si Xóchitl gana, ¿López Obrador lo aceptará tan fácil?

- LUIS CÁRDENAS

Los primeros días de campaña han sido terribles para Claudia Sheinbaum, la furia venida en incontinen­cia verbal del presidente le resta puntos, la minimiza y desdibuja ante la imposibili­dad de marcar diferencia­s.

Para colmo, la candidata puntera desborda arrogancia, se aferra a la narrativa que canta la inevitabil­idad de su triunfo y mira de soslayo todo lo que no sea visto con buenos ojos en Palacio Nacional: cancela a los ejecutivos de CitiBaname­x, neoliberal­es que saldrían con preguntas incómodas; le da largas a los estudiante­s de la Iberoameri­cana ante el riesgo de un desplante como a Peña Nieto en 2012. Más a fuerzas que de ganas, firma bajo protesta y con reservas una propuesta de la Iglesia Católica para pacificar el país, no sin antes espetar su desacuerdo por lo que considera una “exageració­n” en el diagnóstic­o de la violencia.

Tampoco ayudan varios de los impresenta­bles candidatos de la 4T, como el acosador Enrique Inzunza, de Sinaloa, candidato a Senador, que presume el apoyo de Sheinbaum en sus recorridos públicos.

Por otro lado, a la exjefa de gobierno le reclaman las mentadas candidatur­as, antier en Puebla de plano dijo a la muchedumbr­e que acusaba de corrupción a algunos de los premiados: “Hay compañeros, compañeras, fundadores de Morena que son fundadores, pero que no ganan una encuesta y hay otros compañeros que se acercaron hace seis años, hace tres y que sí ganan una encuesta”... ¡Qué forma tan curiosa de dar palmaditas en el hombro y llamar a la unidad!

Súmele a todo esto la ausencia total de simpatizan­tes de carne y hueso en sus eventos sustituido­s por el acarreo masivo y sin pudor, el bonito arte de la asistencia a fuerzas. Sí, han sido malos días y la cosa no pinta mejor.

Claudia Sheinbaum todavía cuenta con una cómoda ventaja frente a Xóchitl Gálvez, pero en su equipo tienen muy claro que desde hace mucho se llegó al techo; el crecimient­o es imposible y van a perder puntos, muchos puntos, pero no los suficiente­s para la derrota.

Es por eso que el presidente López Obrador se ha obsesionad­o más en estos días con el golpe de estado técnico, el golpe blando, el fraude y su discurso conspiraci­onista, particular­mente en torno a la búsqueda de la anulación de la elección por la vía legal, para lo que sería necesario un margen relativame­nte reducido entre las punteras.

En un escenario hipotético, si Xóchitl Gálvez terminara por ganar la elección es claro que sería el Presidente y su 4T quienes buscarían la nulidad, pero claramente su esfuerzo no terminaría en los tribunales.

Un escenario complicadí­simo, toma de calles, protestas violentas, desconocim­iento de las institucio­nes y la ley, el premio al drama más estridente de la República y que por desgracia terminaría por decidirse bajo la mirada de los militares. ¿Qué harían los verdes si gana Xóchitl y su jefe máximo no quiere aceptar el resultado?

De Colofón.- A Mario Delgado se le acumulan acusacione­s por la venta de candidatur­as, así de simple y así declaro. El tema le estallar áenl acara en los próximos días por la candidatur­a a la Presidenci­a Municipal de Los Cabos, Baja California Sur, que dio al hijo de Narciso Agúndez, Christian Agúndez Gómez,a pesar de que el mismoLó pez Obrador vetó a la familia Agúndez por considerar al exgobernad­or un traidor cercano a su mayor némesis: Felipe Calderón. Hay mucha gente molesta que no se va a guardar evidencias en el sucio juego del presidente de Morena, un escándalo monumental para la ya de por sí vapuleada campaña de Sheinbaum. Y no solo es en la Baja Sur donde los clientes molestos del presidente de Morena emprenderá­n una campaña fuerte en su contra, también hay traicionad­os en Puebla y Michoacán. Y todavía faltan 80 días para la elección presidenci­al.

Se ha obsesionad­o más en estos días con el golpe de estado técnico, el fraude y su discurso conspiraci­onista.

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