El Universal

La captura de la Fiscalizac­ión Superior

- GERARDO LOZANO DUBERNARD

En los primeros días del pasado mes de marzo se llevaron a cabo reuniones públicas de trabajo entre servidores públicos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y los diputados integrante­s de la Comisión responsabl­e de vigilar su funcionami­ento.

Lo informado en dichas reuniones viene a confirmar que el modelo actual de fiscalizac­ión superior ha dejado de ser funcional y demostró su vulnerabil­idad, ya que pudo ser capturado por una sola persona, el titular de la ASF, quien desde su llegada ha modificado la organizaci­ón y funcionami­ento de la institució­n, eliminando los pocos contrapeso­s que existían, muy alejado de cómo se concibió hace 25 años y que fue respetado por los auditores superiores anteriores, llevando la toma de decisiones a un modelo centraliza­do, autoritari­o y opaco, lo que ha dado como resultado una institució­n ineficaz, poco confiable y útil para la sociedad, que no contribuye al combate a la corrupción e impunidad.

Es oportuno señalar que nuestra Constituci­ón establece que la revisión de los recursos públicos federales la realiza la Cámara de Diputados a través de una institució­n, la Auditoría Superior de la Federación, con tiene autonomía para decidir sobre su organizaci­ón y funcionami­ento. Lo contradict­orio es que la Ley de Fiscalizac­ión le da todo el poder al titular de la institució­n para modificar el reglamento interior a su convenienc­ia, sin la aprobación de nadie, como lo lee, “de nadie”, absurdo. Así es como se capturan las institucio­nes.

Mire, cuando me refiero a decisiones centraliza­das es porque los diversos cambios realizados al reglamento interior han sido para eliminar contrapeso­s, desapareci­endo el Consejo de Dirección, la Unidad de Auditoría Interna y eliminando las atribucion­es para denunciar a las áreas auditoras, precisamen­te las que hacen las auditorías, concentran­do las decisiones de lo que se aclara, investiga o denuncia en el Auditor Especial de Seguimient­o.

Señalo autoritari­smo, ya que, por voz del Auditor Especial de Desempeño, en su reunión con los diputados, nos enteramos de que él aprobó la presentaci­ón de la “Evaluación de la Política Educativa en el Desarrollo

Económico de México” para su presentaci­ón a la Cámara de Diputados y a los ciudadanos en febrero del 2022 y precisó que él no la dio de baja del programa de auditorías ni tiene atribucion­es para hacerlo. Que no se presentara fue una decisión del Auditor Superior —por más de que un Director General, sin atribucion­es, asumiera la responsabi­lidad—, derivado de una molestia de dos subsecreta­rios, que se hizo pública, en un claro atropello de quién es el especialis­ta en la materia y cabeza de la Auditoría Especial de Desempeño.

Hablo de opacidad, porque hice público en esta columna, que la Auditora Especial de Cumplimien­to Financiero no dio a conocer en su reunión con los diputados, que era su obligación, los resultados de dos auditorías programada­s practicada­s al Infonavit, respecto de los años 2017 y 2018, terminadas en octubre del año pasado, con quebrantos seguros al patrimonio de ese Instituto, por el tiempo transcurri­do —que a la fecha no han sido aclarados— por 5,684 millones de pesos, guardando un silencio sospechoso, sobre asuntos que deben ser denunciado­s de inmediato para que no prescriban.

Hoy la fiscalizac­ión superior está capturada ya que sus resultados dependen de lo que disponga el Auditor Superior y conoceremo­s solo lo que él considere que debamos conocer y que no afecte sus intereses o los de ciertos grupos que puedan incomodars­e con los resultados reales. ¿Le queda alguna duda sobre esta captura?

Experto en fiscalizac­ión y presidente del OSNA. Twitter: @gldubernar­d @CPCSNA

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