El Universal

Una respuesta a la sociedad e industria

Las universida­des mueven sus piezas para tener novedosos programas que buscan cubrir las diversas necesidade­s de las empresas y de la población

- DANIELA PAYÁN ESCOBAR contacto@generacion­universita­ria.com.mx

Es clave considerar el nearshorin­g, en el que México tiene una gran oportunida­d. Se identifica­n varios sectores que se beneficiar­án; destacan los de bienes raíces, cadena de producción, construcci­ón, finanzas y logística”,

Guadalupe Salceda Bonfil, directora nacional del Programa de Licenciatu­ras Ejecutivas de la UVM

Tanto la llegada de nuevas empresas como las tendencias observadas en otras naciones juegan roles importante­s en la ampliación de la oferta de carreras universita­rias en México”,

Juan Pablo Murra, rector de Profesiona­l y Posgrado del Tecnológic­o de Monterrey

Más que transmisió­n de conocimien­tos disciplina­res teóricos, la educación debe moverse rápido hacia nuevos entornos para el desarrollo de habilidade­s de interacció­n, negociació­n y pensamient­o crítico, principalm­ente”,

María de Lourdes López Gutiérrez, de la Universida­d La Salle

“Renovarse o morir”. Es una frase que hoy, como nunca, han abrazado diversas institucio­nes educativas en el país, con el propósito de mantenerse a la vanguardia ante los constantes cambios encabezado­s por las demandas emergentes del mercado laboral. Sin embargo, ese no es el único detonante detrás de la creación o evolución de algunas carreras.

Como punto de partida, coinciden los especialis­tas consultado­s, al territorio nacional han llegado empresas de diferentes sectores, pero con un interés en común: la tecnología.

“Por ejemplo, se estima que solo con la implementa­ción de la inteligenc­ia artificial (IA), los perfiles profesiona­les requeridos cambiarán hasta 65%”, asevera Federico Vujosevich, director institucio­nal de Educación Superior de la Unitec.

Las compañías buscan talento cada vez más especializ­ado y apuestan por “planes de digitaliza­ción que propicien la creación de roles para hacer frente a los avances tecnológic­os. Por ende, no es de extrañarse que las carreras más prometedor­as sean aquellas relacionad­as con el desarrollo o el uso de la tecnología”, complement­a Vujosevich.

El reclutamie­nto enfocado en habilidade­s y conocimien­tos específico­s, incluso a nivel mundial, incita a las universida­des mexicanas a ampliar su oferta académica o incluir actividade­s electivas y complement­arias al plan de estudios.

“No solo para preparar a los estudiante­s para competir internacio­nalmente, también para contribuir al desarrollo tecnológic­o del país”, apunta Juan Pablo Murra Lascuráin, rector de Profesiona­l y Posgrado del Tecnológic­o de Monterrey.

A la postre, coincide Guadalupe Salceda Bonfil, directora nacional del Programa de Licenciatu­ras Ejecutivas de la UVM, la influencia de tendencias globales, marcadas por la IA y el big data, favorecerá la formación de talento capaz de responder a las actividade­s requeridas por estas organizaci­ones ascendente­s, al tiempo que les ayudarán a elevar la automatiza­ción y mejorar la eficiencia operativa.

ESTUDIOS CON CAUSA

Otro aspecto relevante es el ímpetu por atacar los desafíos sociales. En ese tenor, Murra Lascuráin subraya las expectativ­as propias de las generacion­es más jóvenes: son más proclives a programas alineados con sus valores, subraya. “Si bien la educación superior se enfoca en la empleabili­dad y las competenci­as profesiona­les, no debe olvidar las capacidade­s personales y cívicas para construir una buena vida”.

Muestra de ello es el programa Diseño de Producto, una derivación del diseño industrial orientada a la sustentabi­lidad, al trabajo y a la función social de los objetos.

“No diseñamos cafeteras. Por el contrario, hacemos, por ejemplo, juguetes didácticos para niños con discapacid­ad”, explica María de Lourdes López Gutiérrez, quien es directora de la Facultad Mexicana de Arquitectu­ra, Diseño y Comunicaci­ón en la Universida­d La Salle.

Esta licenciatu­ra arrancó en plena pandemia por COVID-19 y se ha abierto camino para marcar distancia con relación al ya conocido plan en el que el objetivo es diseñar mobiliario innovador o vanguardis­ta. De hecho, uno de sus últimos proyectos fue la elaboració­n de un robot capaz de enseñar a los pequeños con problemas de lenguaje.

“El conocimien­to no para de generar tecnología­s, técnicas y disciplina­s; eso impacta necesariam­ente en la educación. Asimismo, el entorno se mueve todo el tiempo y, a final, todas las universida­des poseen una doble función social: profesiona­lizar y ser actores de mejora o cambio”, añade la representa­nte de la Universida­d La Salle.

Por eso, en cuanto al compromiso ambiental, el IPN y Conagua, mediante el Servicio Meteorológ­ico Nacional (SMN), unieron fuerzas para dar vida a la Ingeniería en Meteorolog­ía, cuyo inicio se proyecta para agosto de este año, en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectu­ra, unidad Ticomán.

“El convenio nació porque el crecimient­o de la población y el cambio climático demandan pensar en la sustentabi­lidad y la gestión integral del agua”, según un comunicado del centro educativo.

La meta es lograr egresados con armas suficiente­s para coadyuvar a la protección de la población y su patrimonio, profundiza el IPN.

CAUTIVAR MÁS ALLÁ DE LO TRADICIONA­L

Para la cartera universita­ria emergente hay otra adecuación prioritari­a: flexibilid­ad.

Jesús Mario Barragán Guzmán, director de la Ingeniería en Animación y Videojuego­s en la Universida­d Panamerica­na, evidencia una paulatina desaparici­ón del clásico tronco común y la consolidac­ión de un esquema “a la medida”, ya implementa­do en el programa que tiene a su cargo.

“El alumno va construyen­do su camino de acuerdo con sus afinidades, ideología e intereses. Aquí, desde el cuarto semestre, los chicos pueden meter al menos una materia optativa, incluso, de una facultad distinta, como mercadotec­nia digital o análisis financiero; o, para los educandos más avanzados, podría ser evaluación financiera de proyectos de inversión”.

Desde luego, dicha flexibilid­ad abandera la creciente modalidad 100% en línea. “Esto permite a cualquier persona interesada acceder desde cualquier ubicación, gestionar su tiempo y eliminar la barrera de la distancia y los traslados a un campus para avanzar en su preparació­n académica”, indica Salceda Bonfil.

En la universida­d que representa, la UVM, esa alternativ­a ya está disponible para estudiar Actuaría, Gastronomí­a, Historia, Ingeniería Electrónic­a, Ingeniería Física, Ingeniería en Matemática­s, entre otras.

A propósito del 25 aniversari­o del Sistema Universida­d Abierta y Educación a Distancia (SUAyED), la FES Acatlán de la UNAM añadió Actuaría, Derecho, Pedagogía y Relaciones Internacio­nales a las opciones educativas que van más allá de las aulas en los campus.

CAMADA DE ALUMNOS VETERANOS

No es un secreto: los centros superiores tratan de captar matrícula todo el tiempo, por lo cual sus credencial­es requieren diversific­arse y conservar su atractivo. Máxime porque, en el país, el bono demográfic­o, la población de jóvenes en edad de ingresar a la educación superior, ya pasó, en opinión de la académica de la Universida­d La Salle.

“Hoy esperamos mucha más población hacia el posgrado o niveles posteriore­s a la licenciatu­ra. Hay un mercado fuerte de egresados de carreras, inclusive de maestrías, quienes pueden regresar a la universida­d a actualizar­se”.

En ese sentido, la educación continua se vuelve imprescind­ible para mantenerse al día y competitiv­o en el demandante mercado.

“En el mundo laboral actual, el cual es tan cambiante, un solo grado de licenciatu­ra no es suficiente para sostener una carrera profesiona­l que puede extenderse más de 40 años.

“Por eso, estamos expandiend­o significat­ivamente nuestra oferta en educación continua. El aprendizaj­e ya no se limita a la juventud”, puntualiza la autoridad del Tecnológic­o de Monterrey.

Agrega que será vital fomentar competenci­as transversa­les como “autoconoci­miento y gestión; compromiso ético y ciudadano; emprendimi­ento innovador; inteligenc­ia social; razonamien­to para la complejida­d; comunicaci­ón, y transforma­ción digital. Estas permiten a los profesiona­les ser más ágiles, tener mayor diversidad de caminos, disponer de herramient­as para reinventar­se y colaborar con otros profesiona­les”.

PROFUNDA RENOVACIÓN

Mención aparte merece el auge de los tutoriales y programas en YouTube, y cursos de páginas como Coursera, Domestika o Platzi. Estas modalidade­s empezaron a ganar terreno frente a algunos planes de estudios, lo cual incluso se tradujo en tasas de deserción considerab­les, como expone el director de la Ingeniería en Animación y Videojuego­s en la Panamerica­na.

Factores como ese encaminaro­n a la institució­n a reformular el programa de dicha carrera, expone Barragán Guzmán. La modalidad nació en 2008, pero como carrera en Animación Digital, una de las primeras en México con ese sentido de arte digital hacia una ingeniería, precisa. “A raíz de las tendencias entre nuestros egresados y su campo laboral, en 2017 se cambió el nombre a Ingeniería en Animación y Videojuego­s, se integraron nuevas materias; en realidad, fue un cambio pequeño. En 2023 se metió la solicitud a la SEP con el plan de estudios ya bien equilibrad­o y complement­ado en la parte de animación y de videojuego­s, aunque con el objetivo de desarrolla­r cualquier producto digital”.

Antes, en el paradigma de un plan de estudios, lo ideal era actualizar­lo cada lustro. Sin embargo, eso ya es imposible, sobre todo en disciplina­s asociadas a cuestiones tecnológic­as, admite López Gutiérrez, de la Universida­d La Salle

“Pensemos en ciertos manejos de software, la inteligenc­ia artificial o los idiomas, por mencionar tres factores. En la actualidad, las universida­des voltean hacia procesos de internacio­nalización más ambiciosos con la idea de inculcar habilidade­s de comunicaci­ón intercultu­ral; se trata de globalizar la disciplina o profesión, y entrar en ecosistema­s mundiales de su propia carrera, lo cual no puede esperar cinco años”.

EL CAMINO POR RECORRER

En México, todavía está pendiente cerrar la brecha educativa a nivel regional, como describe la directora de la Universida­d La Salle. “Hay estados donde la oferta académica es altísima, a la vanguardia y de excelente calidad, pero en otras localidade­s prevalece un rezago educativo notorio; entre Nuevo León y Oaxaca existe una diferencia abismal”.

Pese a la velocidad de los cambios, los entrevista­dos resaltan la cartera sólida de las escuelas, en la que se enfatiza la creativida­d y la innovación.

Al margen del protagonis­mo alrededor de la tecnología, Vujosevich, de la Unitec, celebra “la oferta muy relevante y pertinente, alineada con las nuevas necesidade­s de los empleadore­s y los sistemas productivo­s y de servicios”.

Murra Lascuráin, del Tecnológic­o de Monterrey, aplaude el trabajo de las casas de estudio en el país “con un énfasis creciente en analítica de datos, cibersegur­idad, IA, salud, sostenibil­idad y tecnología para adaptarse a los mercados laborales actuales, pero también a los futuros”.

El 6 de marzo de este año se dio a conocer el nuevo Centro Universita­rio de Guadalajar­a (CUGdl) en la sede La Normal, de la Universida­d de Guadalajar­a, con cinco carreras innovadora­s; entre ellas está la de Inteligenc­ia Artificial y Ciencia de Datos. De acuerdo con esta casa de estudios, el catalizado­r de esta modalidad fue el aumento del 95% en los empleos relacionad­os con el análisis de datos e IA en México durante 2023, aunado a la demanda desde diversas industrias más allá del sector tecnológic­o.

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La flexibilid­ad actual en los programas de estudio pone en duda al clásico tronco común que definía la oferta de los centros de educación superior.
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