APRENDE A COMER CONTANDO NUTRIENTES, NO CALORÍAS. LA CLAVE ES LA CONSTANCIA
En tu cabeza hay un ideal de belleza y de cuerpo perfecto, ¿cierto? Sobre todo, ahora que existen tantos lugares que prometen dejarte fit y con el cuerpo que siempre imaginaste. ¿Y qué me dices de los miles de dietas o planes detox que aseguran bajarte de peso en menos de dos semanas?, ¿o los productos maravilla que están de moda para acelerar el metabolismo y quemar grasa? A todas nos urge estar impecables para esa ocasión especial, por lo que, seguramente, buscas resultados rápidos. Pero esa “solución” que has encontrado al no cenar, quitar los carbohidratos de tu dieta y no comer fruta porque tiene mucha azúcar, es la equivocada. Al hacer esto, solo juegas con tu cuerpo y con tu metabolismo, bajas de peso para esa ocasión especial y, después, te das miles de permisos que te hacen rebotar, en vez de optar por ser siempre saludable y mantener tu peso. Cuando no le haces caso a tus placeres sensoriales y te obligas a permanecer en un estricto régimen alimenticio, comienzas a producir menos serotonina, un químico esencial para sentirte feliz y que hace que tu metabolismo funcione adecuadamente. Si realmente pudiéramos controlar nuestro peso contando calorías y evitando comer, no existirían tantos problemas de obesidad y enfermedades debidas a trastornos alimenticios. Tu cerebro tiene su propia “idea” sobre tu peso ideal, y éste puede variar de dos a cinco kilos. Tu cuerpo es sabio, ya que las señales químicas de tu cerebro le dicen si tiene que ganar o perder peso; esto depende de lo que comes, pero también de tu actividad física, de tu estilo de vida, de tus horas de sueño, etcétera. Pero ¿por qué las dietas no sirven? No sirven para tu cuerpo ni para tu cerebro porque te frustran o te hacen sentir culpable y confundida debido a que, muchas veces, los resultados no son visibles. El 95% de las personas que hacen dieta vuelve a su peso inicial o empeoran, pues al principio de cualquier dieta puede que bajes un poco, es normal, pero, después, tu metabolismo deja de acelerarse, y terminando la dieta, regresas a tus viejos hábitos. En la mayoría de los casos, se vuelve a ganar el peso perdido, pues uno se obsesiona tanto con estar a dieta que evitamos muchos alimentos, haciendo el proceso muy cansado y llevando nuestro cuerpo al extremo. La fuerza de voluntad es científicamente limitada y ese régimen no durará por siempre, el cuerpo puede llegar a estar tan desesperado que, de pronto, recurre a los atracones y se come en exceso. Después, surgen la culpa y el enojo por romper la dieta . Cuando tu cuerpo ya sabe que le darás menos comida, comienza a trabajar más lento para guardar energía y grasa con el fin de que tu organismo se mantenga caliente y puedas realizar
El 95% de las personas que hacen dieta vuelve a su peso inicial o empeora
tus actividades. La buena noticia es que hay maneras mucho más sencillas de mantenerte en tu peso ideal. Lo primero: tener muy claro que la constancia es primordial y que es muy importante estar consciente de que no siempre verás resultados durante el primer mes, y aunque los llegues a alcanzar, puede que no duren para siempre. Te propongo vivir el proceso de acostumbrar a tu cuerpo a una nueva vida más saludable dándole todos los nutrientes que necesita, porque de eso se trata todo. Vamos a contar nutrientes, no calorías. Comienza a comer lo que tu cuerpo te pida, siempre y cuando lo hagas escuchando tu interior y comiendo responsablemente. Aprende a detectar cuándo ya estás satisfecha, cuándo necesitas comer más vegetales o tomar más agua. Se trata de estar en contacto con tus necesidades físicas y emocionales. Aprende a comunicarte contigo misma, en el momento en el que adquieras esta conciencia sobre la comida, podrás vencer esos antojos traicioneros, pues tú misma podrás decidir cuándo verdaderamente sientes hambre o no, y tendrás el poder sobre ello. Solo así dejarás de lado todas las dietas, tu cuerpo volverá a confiar en ti y tu metabolismo regresará a la normalidad.