GRAFFITI
En Coach, el diseñador Stuart Vevers redefine el lujo
Stuart Vevers ha trabajado para algunas de las casas más lujosas de Europa: Bottega Veneta, Mulberry, Givenchy. Así que cuando Coach, la venerable marca neoyorquina con 76 años de tradición, lo contrató para que repensara la línea, a todos nos dio curiosidad hacia dónde la llevaría.
No teman: la marca que definió el lujo discreto y tradicional todavía existe. Pero Vevers le ha inyectado audacia y esto la ha convertido en un ejemplo de cómo reimaginar una casa con un legado tan marcado sin que pierda su alma.
Vevers dirige toda la producción y la mercadotecnia de Coach, incluídos los legenda-
rios artículos de piel, pero realmente está cambiando a la firma en lo que respect a a la ropa. Coach 1941 tiene un toque definitivamente juvenil.
“La siguiente generación está definiendo los nuevos códigos del lujo, quiere gastar su dinero en tenis, playeras o un bolso divertido”, asegura. “Y creo que en gran medida han influido los gustos y el atrevimiento del estilo asiático. Esta nueva generación no ve estatus en un portafolio formal, un zapato clásico o en la sastrería. Quiere algo que refleje su vida y personalidad.”
Para su colección primavera/verano 17, Vevers le pidió al legendario artista angelino Gary Baseman que pintara graffiti en una línea de productos —chamarras de piel, bolsos tote y playeras— unas horas antes de que las prendas salieran a la pasarela. Los diseños de Baseman se vendieron como arte original y seguirán vendiéndose estampados en playeras. Los motivos se inspiraron en los ideales es- tadounidenses, en cosas tan diversas como la cultura surf o el oeste estadounidense. Vevers también jugó con elementos de esta cultura, decoró unos loafers preppy con estoperoles. Es clásico, pero no como lo conocemos.
“Hoy, palabras como clásico ya no son tan relevantes”, dice Vevers. “Yo las he utilizado en mi carrera, pero después de la última recesión me dio la impresión de que las personas se aferran a estos ideales a modo de consuelo y al final pierden significado. Las mejores marcas están haciendo cosas maravillosas y su legado las refuerza, más no las dicta.