Tema de amplio debate
Las declaraciones fueron desafortunadas. Como desafortunada fue la exagerada reacción de todos aquellos que se envolvieron en la bandera de México.
Bill Belichick, coach de los Patriotas de Nueva Inglaterra, fiel a su estilo agrio y sátiro, habló del viaje a México e hizo comentarios que indignaron a cierto sector de la opinión pública, principalmente en redes sociales.
“Los jugadores hicieron un buen trabajo al lidiar con todos los problemas con los que tuvimos que lidiar”, dijo Belichick en una entrevista de radio, horas después del partido en el estadio Azteca. “Creo que tuvimos suerte de que no hubo erupciones de volcanes, terremotos o cualquier otra cosa mientras estuvimos ahí. O sea, tienes dos franquicias de la NFL en un área de la que no sé qué tan estables sean las placas geológicas que estaban debajo de nosotros, pero nada pasó y eso es lo bueno”.
Sí, son declaraciones impropias y hasta insensibles, si así lo quieren ver. Pero hay que tomar las cosas de quien vienen y cómo vienen.
Belichick tiene un sentido del humor negro y en todo caso mostró una ignorancia importante, que en más de las veces obedece al estereotipo que de nuestro país se tiene en Estados Unidos.
Pero condenarlo por ello y casi declararlo persona “non grata” en México me parece exagerado y fuera de lugar.
Belichick y los Patriotas vinieron a nuestro país a cumplir con un compromiso de trabajo. Eso no los obligaba a enamorarse de México y su gente.
Los equipos de la NFL están compuestos de tribus costumbristas que odian romper sus rutinas y Nueva Inglaterra no es la excepción.
Lo irónico de todo esto es que, le guste o no al señor Belichick, los Patriotas son candidatos a regresar a México en los próximos cuatro años, ahora que se extendió el contrato de la NFL con el estadio Azteca hasta el 2021.
“Las palabras de Belichick no afectarán los próximos partidos de la NFL en México”, dijo Arturo Olivé, director de la oficina de la NFL en México. “Respeto lo que dijo. Entendemos que su viaje haya sido largo, ya que no vinieron de Boston y entrenaron en Denver la semana anterior. Creo que estar muchos días fuera de casa les hizo largo viaje y a eso se refería Belichick”. Probablemente.
Soy de los que piensa que es ocioso darle más vueltas a este penoso asunto. Lo verdaderamente importante es que la NFL está satisfecha con los partidos en la Ciudad de México, que por su parte presume de una derrama económica de casi 300 millones de dólares en cada juego en el Azteca.
Olivé dijo que el reto es que los 32 equipos de la liga jueguen al menos un vez en México. Eso implica 14 juegos más, y eso sin que repita ningún equipo, porque hasta el momento apenas han jugado cinco: San Francisco, Arizona, Houston, Oakland y Nueva Inglaterra.
El reto es ambicioso y felicito a Arturo por ser ambicioso.
Es mejor eso que ser patriotero.