Hay maderas que ya no agarran el barniz
Dentro de la jornada 14 del balompié mexicano, el partido que más llamó la atención fue desde luego el Tigres vs. América, celebrado en el Volcán. La victoria de los dirigidos por Santiago Solari fue, desde mi punto de vista, inobjetable. Llaman mi atención dos lamentables situaciones. La primera, que, al ser expulsado del terreno de juego, por doble amarilla, Carlos Salcedo se haya manifestado, de manera pueril y misógina, al aseverar que “el futbol no es de Barbies”.
¡De pena ajena! ¿Qué significa ser de Barbies?, ¿Qué, acaso Carlitos no ha tenido la ocasión (y la dicha) de ver un partido de futbol femenil?, entonces no sabe de lo que se ha perdido. Van con todo, no le reclaman al árbitro, no se tiran en el área, tampoco fingen faltas revolcándose en forma teatral, juegan con lealtad, rescatando la esencia de nuestro querido deporte.
Por el otro lado, destacan las declaraciones del Tuca Ferretti, en donde recurre al antiquísimo pretexto de culpar a los colegiados de la derrota o de la mala marcha de su equipo.
Digo, tantos años de marqués y no saber menear el abanico. Jamás he escuchado a don Ricardo quejarse del trabajo de los hombres de negro cuando ha sido beneficiado. Pero, cuando ya no sé si llorar o reír al enterarme que un aficionado fue retirado del estadio por manifestar su opinión.
En el pasado, Los Tigres no se han caracterizado por su apego al juego limpio. En ese sentido, han dado mucho de qué hablar. Ahora, permiten que uno de sus elementos públicamente denigre a las mujeres utilizando el calificativo de Barbies de manera peyorativa.
Que su DT ponga en tela de juicio (injustificadamente desde mi punto de vista) la horribilidad de los garantes de moral del juego para justificar su incompetencia. Que otro de sus elementos (Carioca), al calor de la frustración de la derrota, ponga en grave riesgo la integridad física de un compañero de profesión. Y que, para acabarla de amolar, repriman la crítica desde la tribuna, de un aficionado que pagó su boleto para ver al equipo de sus amores… me parece deleznable.
Y luego se quejan de que no son considerados entre los cuatro grandes … hay maderas que ya no agarran el barniz.