Narra la vida de un niño en el mundo campirano
Ansioso de empezar un nuevo día, Brayan se despierta cuando apenas hay unos rayos de sol entrando por su ventana. Ayuda en casa, despierta a su hermano y de inmediato se arregla para el trabajo; toma su camisa, su sombrero y su valioso cinturón con sus iniciales grabadas.
Brayan apenas tiene 11 años, pero sabe que el resto de sus días quiere dedicarlos a trabajar en el campo cuidado a los toros de lidia, y convertirse así en un vaquero.
“Brayan me decía: ¿Qué sentido tiene que vaya a la escuela si yo al final del día sé que me voy a dedicar a esto?’”, dice Isabel Vaca, realizadora mexicana que hace su debut como directora con el documental Temporada
de campos, donde narra la experiencia de este joven en el mundo western.
“Me sorprende mucho la seriedad y el respeto que le tiene a su profesión. No es una cosa de un niño al que le gusta jugar futbol y sale en la tarde con sus amigos. Él lo hace con mucho orgullo y respeto. Tiene su cinturón con sus iniciales, el sombrero que le regaló su abuelo, su camisa favorita y todo un especial de ritual alrededor del vaquero”.
Durante cuatro semanas, Isabel Vaca siguió a Brayan y a uno de sus amigos en las actividades diarias que realizaban durante las vacaciones de verano. El resultado fue Temporada de campos, documental que tuvo su estreno en el festival suizo Visions du Réel y el canadiense Hot Docs, donde se encuentra disponible este fin de semana de manera virtual.
“No siempre hay una rutina marcada. Hay días en que tienen que vacunar a los toros y otras cosas; luego comen y se regresan a casa. Pero es bien cansado para un niño de 11 años. Estar de ocho de la mañana a las dos o tres de la tarde bajo los rayos del sol de arriba para abajo es agotador”.
Isabel Vaca conoció la historia de Brayan gracias a que su familia es la dueña del rancho de toros de lidia donde se desarrolla la historia, en el pueblo de Chinampas en Jalisco. “Siempre tuve admiración por el mundo de los vaqueros”, confiesa la realizadora.