Al actor Odín Dupeyrón le urgía ser adulto
Odín Dupeyrón es un filósofo de la era moderna. Le pegunto: ¿Eras rebelde de adolescente?
Tan rebelde que me fui de la casa a los 19 años a vivir solo, me urgía ser adulto, ponerme en mis propias manos, fui rebelde no de drogas y rock and roll y de andar en la fiesta, sino de decir "yo quiero hacer lo que yo creo que debo hacer y hacerlo por mí mismo”.
¿Cómo fue tu infancia?
Mi infancia fue complicada, fui un niño atípico que habló muy rápido, camino muy rápido, fui contestatario, indómito e insumiso, no era fácil controlarme, nunca fui corrido de ninguna escuela, ni un niño malo, fui un niño cuestionador, mi primer cuestionamiento fue el ratón de los dientes, ¿cómo que un ratón tiene dinero y me lo va a dejar? ¿Para qué quiere mi diente? ¿Cómo consigue ese dinero?
¿Eso te preguntabas siendo un niño?
Y los Reyes Magos, ¿cómo es eso?, que alguien me explique. Y lo mismo preguntaba con Santa Claus y con Dios sobre todo. Cuestioné todo, por qué todo lo que enseña Dios es dándome pruebas dolorosas, como que pierda a mi familia o que alguien se enferme horrible sin cura, ¿por qué tengo que aprender de pruebas malas y tristes?, prefiero entonces quedarme tonto, no aprender nada. Respeto las creencias de todos pero yo no voy a creer que eso es lo justo y así me comporté desde niño y mi mamá padeció el no poder controlarme nunca. Así nací, vengo cableado y programado de esa manera, es mi personalidad y todo eso me llevó al cuestionamiento de la vida.
Odín en su obra de teatro A vivir, relata el viaje de todo ser humano, con un gran éxito. Tan es así, que cumple 16 años ininterrumpidos en cartelera y daba cinco funciones a la semana antes de la pandemia.
NO HAY QUE ESCANDALIZARSE CON LA REACCIÓN DE ALFREDO ADAME
No sólo Alfredo Adame explota. Las mentadas las usamos todos. Así nos la gastamos, así se porta la mayoría cuando nadie los ve en el Periférico, entonces, no hay que escandalizarse con el video de Alfredo Adame cuando reacciona a un "recuerdo" que le gritaron en la calle. Deberíamos preocuparnos por realmente tener políticos que den un ejemplo de cómo gobernar, de lo que es un buen ciudadano.