El templo del futbol
EL SHERIFF RECORDÓ LA FORMA EN LA QUE MÉXICO VIBRÓ DURANTE LA COPA DEL MUNDO DE 1986
Pocas veces en la historia, un equipo local en la Copa del Mundo no inaugura el torneo. En México 86, el equipo nacional se quedó con las ganas y tuvo que ver como el Italia-bulgaria abría el telón. Eso no impidió que el pueblo vibrara tres días después cuando los verdes entraron en acción.
Fue Fernando Quirarte, líder de aquella zaga mexicana, el que, en el marco de la elección del Coloso de Santa Úrsula como sede la inauguración del Mundial del 2026, recordara aquel encuentro en el que él mismo llama “El Templo del Futbol”.
“Es algo histórico, el Azteca, al que yo le digo el templo del futbol, tenga por tercera ocasión un evento así y que vaya a ser parte de una inauguración como en el 70 y 86 es magnífico. Tener otra, como país, es fantástico, se siente uno muy alagado, México es un país muy futbolero, que se le haya honrado con esa distinción no es fácil”, dijo El Sheriff orgulloso de lo que vivió aquel 3 de junio de 1986.
México debutó ante su gente, Quirarte recordó paso a paso cómo se vivieron esos momentos previos al estreno. “Fue un apoyo al 100%. Salir del Centro de Capacitación
Primero Dios ahí estaremos, disfrutando de un Mundial que, lo he comentado, es magnífico; la pasión de un Mundial es otra cosa, es de lo más bonito que me ha pasado en la vida”
FERNANDO QUIRARTE
fue fabuloso. La gente, con mucha alegría, con gritos, siempre de apoyo. Las dos cuadras que caminábamos fue despacio por tanta gente en los carros, esperándonos, ese fue el recorrido que me marcó. Ya en el Azteca, un estadio con 120 mil personas en la grada, creo, ya no sé ni cuántos son, fue una experiencia única, la recordaré por siempre”.
El himno comenzó a sonar y falló al entonar las notas, Fernando narró cómo fueron esos momentos. “Entonar el himno, que falló a los 30 segundos, se fue el sonido, no impidió la fiesta. La gente siguió cantando; abajo, nosotros los jugadores nos tomamos de la mano, seguimos cantando el himno al compás de la gente, siempre lo guardaré en mi memoria”.
La anotación marcó su carrera por un suceso que le dolió mucho. “Fue algo precioso, especial para mí, mi padre había fallecido, los dos goles los disfruté muchísimo, son goles en Mundial, pero el primero tiene un significado especial porque fue dedicado a mi padre; además, el primero, la gente lo disfrutó mucho”.
El entorno nacional tampoco fue el mejor, luego del terremoto del 85, unió más al pueblo para recibir el torneo. “Yo creo que el que haya vivido ese mundial lo recordará, hubo un momento triste un año antes, el temblor que prácticamente fue muy fuerte para los mexicanos, muchos edificios se destruyeron, estuvo a punto de cancelarse, la fuerza del mexicano, la unión, el apoyo al más necesitado fue lo que levantó todo. Así es el mexicano, se logró, casi casi se levantó todo, lo digo, prácticamente parecía descartado, en un año no creíamos levantarnos, independientemente de los estadios, la ciudad como tal, hay escenas tristes de edificios en Tlatelolco, todo eso pues me recuerda ese momento del himno, con una pasión y un cariño tremendo, considero que la gente estaba habida de una alegría, de algo padre, el Mundial llegó en un momento padrísimo, independientemente del papel, era el momento que todos vivíamos”.
EX MUNDIALISTA MÉXICANO