¡Cowell está encendido!
EL REFUERZO CHIVA SE DESPACHÓ CON UN DOBLETE Y PUSO ASISTENCIA EN EL DEBUT DEL GUADALAJARA
Cade Cowell borró los malos recuerdos de Chivas en la Concachampions. El equipo rojiblanco dejó atrás los fantasmas de un torneo donde tienen una deuda pendiente. Justo en el momento en que la paciencia de la nación rojiblanca se comenzaba a agotar, el mexico-norteamericano les entregó un golpe de ilusión ante el Forge FC, en suelo canadiense, gracias al par de goles y una asistencia, con la que derrotaron 1-3 al oponente canadiense dentro de la primera ronda del torneo regional.
Participativo, determinante y hasta goleador, el desempeño de Cowell rayó la perfección. Motivado por su segunda titularidad con el cuadro tapatío, buscó los espacios, marcó los movimientos a sus compañeros, intentó llegar a la línea de fondo, todas sus acciones fueron cristalizadas con dos soberbios goles que otorgaron ventaja a Chivas para la vuelta.
La noche se pintó rojiblanca desde el arranque, gracias al Oso González. El mediocampista robó la pelota y engañó a toda la zaga con un pase dirigido al lado contrario de su mirada, Cowell fusiló a Kalongo. El refuerzo proveniente de la MLS se estrenó con la camiseta del Rebaño Sagrado. Poco le duró el gusto a la visita, Campbell emparejó los cartones con una genialidad en el área rojiblanca y Whalley recibió su primer tanto bajo los tres palos desde su llegada al Guadalajara.
En vísperas del descanso, Chivas no bajó los brazos. Cade, el más participativo en el campo empujó a Chivas al gol que les dio tranquilidad antes del silbatazo. Un trazo preciso al área canadiense encontró dirección al arco gracias al remate de Marín. El agradecimiento fue para Cowell, gol y asistencia en los primeros 45'.
Durante la segunda mitad, el chiverío apretó el paso. Un contragolpe tapatío selló el duelo. El ‘Chapito se aproximó a la portería de Kalongo buscó un compañero en mejor posición. Cade Cowell fue claro con su compañero, con la mano derecha indicó su desmarque a Sánchez y éste correspondió. La barrida de Metusala no tumbó al artillero y éste no erró.