Público y privado
INTIMIDAD
Qué tema tan delicado e incluso peligroso.
La línea es frágil cuando se trata de la vida privada de los personajes públicos y más si se involucra a la tecnología actual.
Primero, porque hay que entender cuáles son los límites y hasta dónde se vale informar sobre lo que sucede en el ámbito íntimo de cada persona (famosa o no) y eso incluye nuestros derechos a proteger el ámbito particular o familiar.
Ver en redes sociales escenas filtradas sobre reuniones, fiestas, habitaciones, juntas, comentarios “en privado” o temas que pueden desatar escándalos, se ha convertido en parte de la actualidad y no se salvan políticos, artistas, deportistas, comunicadores y un sinfín de “personajes públicos”.
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La hipocresía y “dos caras” también abundan.
Y cuando se critica a gente “balconeada” en automático recuerdo la frase “que tire la primera piedra el que esté libre de culpa”.
Pero tampoco se puede ignorar un asunto que ya trascendió en medios y ha sido juzgado por la sociedad, pues existe evidencia y obliga a una reacción por parte de jefes o autoridades.
Insisto que aquí no se trata sólo de las figuras públicas, pues infinidad de chismes entre amigos o familiares se dan a partir de un video o captura de pantalla como pruebas contundentes que no admiten negación. Por eso, siempre hay que cuidar lo que se hace y lo que se dice.
DEPORTE PROFESIONAL
Ya puede ser en el automovilismo de la F1 o en el futbol como está sucediendo.
Por más “privacidad” que supongamos que existe, siempre habrá riesgo que se capte o grabe lo que no conviene y que, de golpe, puede terminar en segundos con el prestigio o carrera de alguien.
Sobran ejemplos de fiestas, mal comportamiento, acoso, hostigamiento, violencia y muchas cosas más, y obvio que debe haber consecuencias dependiendo de la gravedad.
Pero convertirnos en jueces es hoy lo más fácil y a la vez lo más delicado.
Conclusión: VER LO “PRIVADO” YA ES CADA VEZ MÁS “PÚBLICO”.
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