Cae en hospital
ROBERTO DURÁN TIENE PIDEN ORAR POR SU HÉROE
El ex campeón mundial panameño de boxeo Roberto Manos de Piedra Durán, de 72 años, fue hospitalizado por una complicación cardíaca, informó ayer su familia, que pidió a sus seguidores orar por él. "Nuestro campeón sufrió una complicación de salud debido a un Bloqueo AV (Auriculoventricular) Completo", dijo la familia en un mensaje divulgado en las redes sociales. También señaló que está a la espera de resultados de exámenes médicos para dar más información.
"Agradecemos a nuestros familiares, amigos y todos sus seguidores lo mantengan en sus oraciones", añadió.
Durán, un héroe nacional en Panamá, boxeó como profesional desde los 16 hasta los 50 años. Protagonizó 119 peleas, 103 ganadas y 16 perdidas. Lo noquearon cuatro veces y mandó a dormir sobre la lona a 70 de sus oponentes, lo que le valió el apodo Manos de Piedra.
Fue campeón mundial en distintas categorías, incluyendo la de pesos ligeros, que ganó en 12 ocasiones.
Entre sus peleas, los aficionados recuerdan la victoria sobre el escocés Ken Buchanan (1972) y los estadounidenses Sugar Ray Leonard (1980), Davey Moore (1983) e Iran Barkley (1989).
El popular comentarista panameño de boxeo Juan Carlos Tapia contó que habló con la esposa de Durán, Felicidad Iglesias, Fula, quien le informó que su marido se encuentra "tranquilo y estable" en el hospital y le pondrán un marcapaso.
En 2016, el director venezolano Jonathan Jakubowicz llevó a la gran pantalla la vida de Durán con la cinta Hands of Stone, protagonizada por el también venezolano Édgar Ramírez, en el papel del púgil panameño, y Robert De Niro.
BOXEO Y FIESTAS
Y es que Durán ha tenido una vida de película, entre el boxeo y las fiestas.
Dicen que en 1989 cuando Estados Unidos invadió Panamá para derrocar al dictador Manuel Antonio Noriega, Durán estaba tan borracho que quería enfrentarse a golpes con los invasores. Pero él desmintió esa versión en una entrevista con la AFP en Ciudad de México, en octubre de 2016: "¡No a golpes, a tiros, que no es lo mismo!", dijo con seguridad al recordar aquel episodio en su país.
"Pensé que mi mujer quería llevarme a la casa para que dejara de gastar plata", recordó en esa entrevista el carismático boxeador, en los días del estreno de la película sobre su vida.
Quien lo convenció de irse del bar fue un amigo. Contó que al salir, miró al cielo, que se ponía rojo, blanco, azul, negro. "Y yo dije: 'Coño, pero qué fuegos más lindos'. 'No, compadre, vámonos para la casa que esto es la invasión'".
Ya en su hogar insistía en tomar un par de ametralladoras que había comprado para salir a combatir al grito de "¡Vamo' a