RECETA INCLUYENTE Además de invertir en México, la firma busca llegar a la población más vulnerable.
Merck, la firma fundada en el siglo XVII, amplía su planta en México para triplicar su producción, mientras busca cómo llegar a la población con menos poder adquisitivo.
Cuando Pedro Galvis asumió la dirección general de Merck en México, tenía el peso de la historia a sus espaldas. Fundada en 1668, Merck es la empresa química y farmacéutica más antigua del mundo, y en México está presente desde 1930. Pero Galvis, colombiano con cinco años en el país y en el cargo, prefiere mirar al futuro en lugar de al pasado. Su pasión es la genética. “Ya se puede tomar el ADN, identificar cuáles son los genes que pueden estar generando algunas de las enfermedades, y cortar, retirar y colocar un gen que está bien. Es increíble lo que eso representa en términos de posibilidades para curar enfermedades”, dice Galvis. En el presente, la misión del directivo es ampliar la planta del Estado de México para triplicar la producción.
EXPANSIÓN: ¿Cuál es el objetivo de la ampliación de su planta en el país?
PEDRO GALVIS: México cuenta con una de las dos plantas que tenemos en Latinoamérica –la otra está en Brasil– y, desde hace unos años, Merck tomó la decisión de ampliar la capacidad de la operación aquí, por el potencial que vemos tanto en el mercado local como en el de exportación en la región y hacia Estados Unidos, Asia y Europa. Ampliamos la capacidad de nuestra área de fabricación de productos hormonales, Eutirox, que es líder en el mercado de hipotiroidismo, con 60% del mercado. Aquí se fabrica para toda América Latina, exportamos a Europa y tenemos el plan de exportar a Estados Unidos. La otra parte es el proyecto de ampliar la capacidad de producción de dispositivos de doble cámara, que utilizamos para productos como Dolo-neurobión (un analgésico antiinflamatorio para el tratamiento del dolor).
E: ¿Cuánto invierte en este proyecto?
PG: El plan viene desde hace dos años, y hasta 2019 estamos invirtiendo un total de 39 millones de euros (MDE). Adicional a esa inversión, estamos creando un nuevo centro de distribución en Toluca para nuestro negocio de Life Science. Es un proyecto que inició su construcción con la colocación de la primera piedra el 30 de enero, con una inversión de cerca de 7 MDE.
E: ¿Qué innovación ha desarrollado Merck en México que hoy se exporte en el mundo?
PG: La adecuación de Neurobión a Dolo-neurobión se desarrolló en México en 1973, y consiste en una jeringa de doble cámara con varios componentes. Lleva varias vitaminas que, cuando se combinan en un solo producto, tienden a perder estabilidad, y en algún momento se separaron los componentes en dos ampolletas para mezclarlos y luego aplicarlos, pero eso no es lo ideal. Entonces, se desarrolló una jeringa de doble cámara que permite tener los dos componentes separados, y al momento de hacer la aplicación se combinan de manera automática.
E: ¿Cuál es su mayor reto en el país?
PG: Lo principal es que al tema de salud no se le da la importancia que se le debe dar, a nivel de gobierno. El acceso de los pacientes a los tratamientos está realmente muy limitado. México sigue siendo un país donde la mayor parte del gasto como paciente es gasto de bolsillo. Esto tiene un impacto muy fuerte y limita el tipo de terapias a las que se puede acceder.
E: ¿Cómo trabaja con las instituciones públicas?
PG: Desafortunadamente, las instituciones como el IMSS y el ISSSTE –que tienen una cobertura muy importante– están en una situación económica muy difícil y limitan los recursos que dedican a adquirir medicamentos innovadores. Otro tema es la cobertura que tiene el sistema de salud. Con el Seguro Popular se ha logrado ampliar, pero todavía queda cerca de un 20% de la población que no tiene acceso a la salud, y lo triste es que no está en las agendas de los candidatos como uno de los temas prioritarios. Ésa es nuestra mayor preocupación. Estamos trabajando con las instituciones en buscar acuerdos que permitan tener un mayor acceso, podemos tener unos modelos de riesgo compartido, donde me pagan los tratamientos que sí funcionaron, pero no en donde no lo logramos. Entendemos las dificultades económicas, y buscamos que sea un ganar-ganar.
E: ¿Qué nuevas soluciones preparan este año?
PG: Para esclerosis múltiple, tenemos un producto que se llama Mavenclad. Es un producto oral que el paciente toma 10 días, en vez de inyectarse todos los días, en el primer año, y después no toma nada hasta finalizar ese año. Eso da libertad al paciente, casi se olvida de que está en ese tratamiento.