LA RENOVACIÓN DEL NEGOCIO
Las hermanas Carla y Giselle Barba de la Parra llegaron en 2012 a Casa Barba, la empresa que fundó su abuelo en 1940 y que comenzó comercializando sillones europeos para barberías. Impulsadas por su padre, participaron en el negocio desde pequeñas. En vacaciones atendían algunas tiendas, hacían inventario o visitaban el laboratorio. “El negocio creció y llegamos a ser líderes en el sector de comercialización de productos de belleza, pero en 1994, cuando vino la crisis, las deudas que tenía el negocio en el extranjero se triplicaron y bajó la inversión en las tiendas”, cuenta Giselle. En ese momento, Casa Barba tenía 20 sucursales. La administración estaba en manos de cuatro hermanos, entre ellos, su padre, que tenía el control de tres tiendas. “Mis tíos tomaban las decisiones del negocio, pero no visualizaron el cambio de mercado, de economía, de estilo y no pudieron modernizar la empresa. Todas las sucursales se manejaban bajo la misma marca, pero con diferentes razones sociales, ideas y modo de administración”, describe Carla. Hace seis años, su padre cedió a sus hijas la estafeta y el control de las tres tiendas. Carla es Senior Trendsetter y Giselle, directora de Compras. El esposo de Giselle, Gerardo Morelos-zaragoza, que tiene 15 años de experiencia en administración de negocios, es el director general. Las hermanas le inyectaron estructura y frescura al negocio, cambiaron la marca a Odara Professional by Casa Barba y crecieron de tres a 17 tiendas. Planean llegar a 20 al cierre de año. “Mi papá siempre fue promujer, pero el mayor reto para ambas fue que los proveedores y la familia creyeran en nosotras, porque somos las más pequeñas y las únicas mujeres dentro del negocio familiar”, agrega Giselle.