ABEL MEJÍA COSENZA
SOCIO DE SÁNCHEZ DEVANNY
Cuando Abel Mejía tuvo que elegir carrera, dudó entre ser chef o abogado. Se decidió por las leyes. “En mi época, ser chef todavía no era tan glamoroso”, bromea. Hoy se benefician de esta decisión más de 30 de las grandes familias empresarias del país, a las que asesora en la planeación patrimonial de sus activos. Como socio del despacho Sánchez Devanny, una de sus misiones es asegurar la continuidad de estas firmas. “A través de vehículos legales sofisticados, les ayudo a organizar su gobierno corporativo y una sucesión ordenada”, dice. También asesora a empresas mexicanas, como Grupo Ángeles, Operadora de Servicios Mega, Arzyz y Grupo Vise, en la expansión de sus operaciones en otras jurisdicciones. Al ver que un gran número de multinacionales se instalaban en el país en los años 90, mientras que pocas mexicanas se atrevían a salir, el abogado se dio a la tarea de contribuir al balance. Hoy, asegura haber ayudado a consolidar inversiones de mexicanas en el exterior, por 700 MDD. “Les he hecho entender que, aunque cualquier operación conlleva un riesgo, hay riesgos calculados que merecen la pena”, afirma. A Mejía le gustaría también contribuir a que el gobierno construyera las herramientas legales y financieras necesarias para que las firmas mexicanas puedan crecer por el mundo. Su labor cobra especial importancia ante la renegociación del TLCAN, explica Jorge Gordillo, director de análisis económico de Cibanco. “México tiene que tener una cara de apertura, de mejora, trabajar en su competitividad, tener un mejor producto y facilitar los trámites”, dice. “La red de tratados comerciales ya está, hace falta la asesoría adecuada”.
ESTUDIOS: Derecho en la Universidad Panamericana. Maestría en Impuestos Internacionales en la New York University. VIVE EN:
Ciudad de México. SECTOR: Legal. 39 EDAD