EXCLUYEN LIBROS USADOS DE FERIA DEL LIBRO 2024
Al dejar fuera a las librerías de segunda mano se discrimina a los lectores que no cuentan con recursos para comprar material nuevo, consideran comerciantes
Para la edición 39 de la Feria del Libro de Tijuana serán excluidos los libreros dedicados a la venta de libros usados, decisión que ha sido señalada como discriminatoria por algunos de estos comerciantes.
“La indicación es que este año no será posible la venta de libros usados ni material usado en general”, respondió mediante un correo electrónico la Gerencia de Difusión y Comercialización de la Subdirección de Educación y Gestión del Centro Cultural Tijuana (Cecut), institución que organiza el evento con la Unión de Librerías.
Esta medida es discriminatoria, especialmente para con los lectores que no tienen las posibilidades económicas para comprar libros nuevos a sobreprecios, opinó René Castillo, de la librería de viejo El Grafógrafo.
“Nuestra ubicación geográfica nos condiciona muchísimo como lectores y como compradores de libros. ¿Cómo es posible que la feria le pertenezca solamente a un grupo de personas, pero que sí se tapen con el nombre de la ciudad?”, agregó.
El pasado 27 de octubre, la Unión de Libreros y el Cecut firmaron un convenio de colaboración para la edición 39 de la Feria del Libro; dicho documento fue solicitado por FRONTERA al Cecut pero no fue proporcionado.
El 16 de febrero, el Cecut lanzó una convocatoria de licitación pública (LA-48L6U-048L6U001-N-10-2024) para contratar servicios de instalación y adecuación de carpas destinadas a la comercialización en varios eventos de 2024, incluyendo 11 partidas distintas.
La partida número 7 se asigna a la XXXIX Feria del Libro de Tijuana, programada del 17 al 26 de mayo, requiriendo varias carpas de distintos tamaños y 120 vallas que serán financiadas con parte del presupuesto federal asignado al Cecut para el año 2024, el cual asciende a 129 millones 359 mil 824 pesos.
UN ACTO POLÍTICO
Uno de los libreros de usado con mayor trayectoria en la ciudad, Miguel Márquez, de la librería Libros, Café y Jazz, apuntó que la actitud de los organizadores contra los libreros de usado resulta en detrimento de la propia Feria.
Lo anterior, explicó, porque la riqueza de ofertas y oportunidades de encontrar libros para coleccionistas, descatalogados o ediciones especiales se pierde.
“Creo que se pierde la sustancia, el ‘feeling’, la sensibilidad de una feria. Si usted quiere comprar un libro nuevo, va usted a las tiendas, a las librerías grandes que están aquí, pero en varios lugares nos los traen.
“Entonces nosotros nos encargamos de traerlos a la gente, a coleccionistas que buscan ediciones raras, primeras ediciones, ediciones autografiadas, ediciones de libros, de historia, de historias de Baja California. Al excluir vender libros usados, se pierde todo ese enriquecimiento”, dijo Miguel Márquez.
Comprar un libro usado es un acto político, señaló Eréndira Márquez también de Libros, Café y Jazz.
“Un libro no muere cada que nace una nueva edición. Los libros usados hacen circular la economía dentro de la comunidad. Y eso es muy importante para una ciudad como la nuestra”, dijo.
CONFLICTO
En 2022, la Unión de Librerías acusó públicamente al Cecut de que por falta de apoyo la edición de ese año no se llevaría a cabo.
“Me parece ridículo que nadie se acuerde que el año antepasado la Unión de Librerías le estaba tirando durísimo al Centro Cultural Tijuana culpándolos de que por ellos no se hizo la feria.
“A raíz de eso se hicieron públicos correos electrónicos institucionales donde queda en evidencia que la Unión de Librerías estaba pidiendo que se nos negara la participación a los libreros de ocasión”, señaló René Castillo.
Tijuana y León son las únicas dos ciudades del país en que no se permite la venta de libros usados, señaló Martín García, quien desde hace 9 años viene a esta ciudad a ofrecer oportunidades que no se consiguen en librerías de nuevo.
A Vianka Robles Santana, directora del Cecut, le fue solicitada una entrevista por FRONTERA en reiteradas ocasiones mediante su departamento de Comunicación Social y vía correo electrónico para conocer su posición sobre el tema, pero fue negada.
De igual forma a José Luis Sánchez, presidente de la Unión de Librerías de Tijuana le fue solicitada una entrevista, pero no respondió.