UNA SAGA DE DIAMANTES
El extraordinario Diamond Outrage de Audemars Piguet termina con la excéntrica e innovadora historia inicidada por la marca en 2015.
l escuchar Audemars Piguet, seguramente lo primero que te viene a la mente son un Royal Oak en oro rosado, o una repetición de minutos vintage, y, ¿por qué no sería así? Son dos pilares sobre los que descansa la permanencia e influencia de la firma en la Alta Relojería. Pero la manufactura de Le Brassus además de relojes complicados, también fabrica piezas inusuales, divertidas e intrincadas, que semejan más a una obra de joyería de renombre que a un guardatiempos. Para este punto, tal vez recuerdes que en 2015 Audemars Piguet presentó el imponente Diamond Punk, al que siguió el Diamond Fury de 2016. Ambos empezarían un nuevo capítulo en la historia de la marca: uno que le prestaría atención no sólo a la precisión de un reloj, sino que llevarían al máximo nivel de innovación su savoir faire para alcanzar un nuevo estándar de diseño y lujo. El gran lanzamiento de 2017, el Diamond Outrage, es El brazalete en oro de 18 quilates del Diamond Outrage lleva 11,043 zafiros azules engastados, alcanzando un total de 65.47 quilates. la adición final de la entrega de Alta Joyería producida por Audemars Piguet durante los últimos tres años. Su nombre, así como el del resto de la saga, implica cierto sentimiento de ira, implícito en el diseño de sus imponentes brazaletes. Éstos no intentan adornar la muñeca como lo haría una pulsera decorada con rosas de rubíes; más bien, su objetivo es hacer un statement brutal de diseño jamás antes visto que, de alguna manera, intenta alejarse del concepto trivial de belleza. El Diamond Outrage sigue la premisa, pero lo lleva un paso adelante. El reloj impulsado por un calibre 2701 con movimiento de cuarzo, tiene dos versiones: un brazalete en oro de 18 quilates cubierto con un set de diamantes y uno con zafiros azules, los cuales pesan aproximadamente 65 quilates, y que le deben su forma a los paisajes del Vallée de Joux en invierno. A simple vista, cuesta trabajo entender cómo esta pieza puede dar la hora (la caja está escondida entre los picos de su estructura), aunque, en realidad, por un momento esto pasa a segundo plano, ya que el Diamond Outrage intenta hablar a través de su dramatismo e impacto visual.