Fabricado en Dinamarca
Una empresa como Dynaudio no surge completamente formada. Necesita una filosofía clara y duradera que la guíe. En 1977, el fundador de Dynaudio, Wilfried Ehrenholz, decidió que los altavoces comerciales que había estado escuchando no decían toda la verdad.
Dynaudio empezó colocando transductores fabricados por otras empresas en recintos comerciales modificados, con crossovers de fabricación propia. Pero seguían sin estar en lo cierto: no todo era de fabricación propia. Y todos sabemos que sólo hay una forma de hacer algo bien si nadie más puede hacerlo...
“Haga lo que haga, quiero hacerlo perfecto. Hablé con muchos ingenieros de la época y pude ver lo limitada que era su comprensión de la tecnología de los altavoces”, dice Wilfried. “Así que lo hicimos nosotros mismos”.
Esa obsesión por la verdad les puso en el camino de la rectitud. Empezaron en Skanderborg, Dinamarca. Es una pequeña ciudad junto a un lago; te gustará, es encantadora.
Y como no hay mucho que hacer en Skanderborg, se dedicaron a fabricar los altavoces más honestos posibles. Los transductores disponibles en ese momento no eran lo suficientemente buenos, así que construyeron los suyos propios, pero no se trataba de un simple trabajo de probar el agua y zambullirse. Hicieron sus deberes.
Los controladores disponibles en aquel momento no eran lo suficientemente buenos, así que construyeron los suyos propios.
Dynaudio siempre se esforzaba por alcanzar el siguiente nivel; un nivel al que sus competidores establecidos -algunos de los cuales eran leviatanes de la industria de la alta fidelidadno podían llegar o ni siquiera se habían dado cuenta de que existía.